26 de marzo de 2021. Un hombre bajo y regordete camina por la plaza bordeada de palmeras y columnas doradas, en el jardín del Templo de Salomón, en San Pablo. Lo acompañan seis personas vestidas elegantemente, entre ellas el diputado federal Aroldo Martins, del partido Republicanos, y el obispo de la Iglesia Universal Eduardo Bravo. Un video muestra al hombre paseando por una réplica del Tabernáculo, admirando artefactos religiosos y hablando por un micrófono frente a un candelabro de siete brazos. Según él, en ese lugar es posible ver que “la palabra de Dios está viva”. Habla de una “frialdad del evangelio” en Alemania y dice que Brasil es un ejemplo para que Europa reavive su fe.

El hombre del video es Waldemar Herdt, de 58 años, miembro del Parlamento Federal alemán, representante de Alternativa para Alemania (AfD), el mayor partido de extrema derecha del país. A fines de marzo, viajó a Brasil, donde se encontró con políticos y pastores, visitó empresas e iglesias. ¿Qué hace que un diputado alemán viaje a Brasil en medio de la pandemia de coronavirus? La respuesta a esa pregunta remite a un hombre importante para las redes de la derecha cristiana, a grupos de seguidores de la Biblia que forman alianzas en todo el mundo y tratan de redefinir los derechos humanos y a un partido alemán que ha estado buscando intensamente intercambios con fuerzas de la extrema derecha brasileña.

Björn Höcke, portavoz y líder de Alternativa para Alemania, en Érfurt, Turingia, durante una manifestación, el 24 de febrero de 2016.

Björn Höcke, portavoz y líder de Alternativa para Alemania, en Érfurt, Turingia, durante una manifestación, el 24 de febrero de 2016.

Foto: Michael Kappeler, DPA, AFP

“Brasil fue especial”

Neuenkirchen-Vörden, en el noroeste de Alemania. Un camino serpentea por el bucólico pueblo. El césped frente a las casas está bien recortado, las banderas alemanas ondean al viento y se pueden ver algunas vacas en el pasto. Un poco más lejos, se encuentra un terreno gigantesco protegido por árboles y un muro. Un camino de grava conduce a la casa en la que vive Waldemar Herdt con su familia. Es finales de julio. Después de haber cancelado dos entrevistas en Berlín en el último minuto, el político de extrema derecha estaba dispuesto a realizar un encuentro en su casa.

AfD se fundó en 2013. En 2017 ingresó al Parlamento alemán con 12,6% de los votos. En el momento de su creación, era sobre todo un partido nacionalista y ultraliberal, contrario a la Unión Europea. Sin embargo, con la llegada de cientos de miles de refugiados a Alemania, las fuerzas de la derecha radical se afirmaron dentro del partido. Hoy, AfD es un partido con conexiones con movimientos de extrema derecha y grupos neonazis. Sus políticos suelen llamar la atención por sus comentarios racistas y antisemitas. Björn Höcke, integrante de AfD, por ejemplo, calificó el Memorial del Holocausto (que conmemora la muerte de seis millones de judíos por el nazismo) en Berlín como “un memorial de la vergüenza”.

En la entrada de la enorme casa de Waldemar Herdt, un letrero saluda a los visitantes: “Dios bendiga esta casa / y a todos los que entran y salen de ella”. “¿El periodista ya almorzó?”. La esposa de Herdt había preparado algo. “¿No, en serio? ¿Está seguro?”. Luego, Herdt lleva al reportero a una habitación espaciosa con piso de baldosas. El hijo adulto del político está ocupado detrás de cinco monitores de televisión, atendiendo llamadas para la empresa transportadora de la familia. Un gran ventanal da al inmenso jardín. Trampolín, hamaca, una carpa para eventos. Un perro juega con una correa.

Antes de que comience la entrevista, Herdt todavía necesita responder algunos mensajes y llamadas. Tienen que ver con Armenia, Grecia, Uzbekistán. Es imposible no darse cuenta: todo pasa por Waldemar Herdt. “Brasil fue especial”, dice Herdt con entusiasmo, con acento ruso. Es originario de Kazajistán. El país más grande de América Latina está desempeñando un papel cada vez más importante para la derecha cristiana europea.

Waldemar Herdt en una conferencia especial de Alternativa para Alemania, antes de las elecciones del Bundestag de 2021, en Baja Sajonia.

Waldemar Herdt en una conferencia especial de Alternativa para Alemania, antes de las elecciones del Bundestag de 2021, en Baja Sajonia.

Foto: Moritz Frankenberg, AFP

“Internacional conservadora”

El plan de viajar a Brasil surgió en 2019, durante el Desayuno Nacional de Oración en la Casa Blanca, en Washington. Una vez al año, políticos y grupos religiosos de todo el mundo se reúnen en la capital estadounidense por iniciativa de una organización cristiana conservadora. El encuentro es considerado un evento importante para presionar a los grupos de interés cristianos en Estados Unidos. Algunos de estos grupos son católicos, muchos son evangélicos y no pocos son fundamentalistas. Incluso Donald Trump, entonces presidente de Estados Unidos, habló allí. “No fue un discurso presidencial”, dice Herdt. “Fue una prédica”. En 2019 participaron en el evento 4.500 personas, principalmente políticos, pero también pastores y empresarios. Diez parlamentarios viajaron desde Alemania. Herdt también mantuvo conversaciones con parlamentarios brasileños en este evento. Con quién exactamente es algo que no revela. Pero una cosa quiere decir: “Durante el Desayuno Nacional de Oración me di cuenta de que no sólo yo, sino toda la AfD carecía de relaciones con América Latina”. Eso cambiaría pronto.

En julio, la famosa política de AfD Beatrix von Storch también viajó a Brasil y se reunió con el presidente Jair Bolsonaro. Luego de la visita, que fue ampliamente publicitada por la prensa brasileña, la diputada federal dijo en una entrevista con la BBC que pretende crear una “internacional conservadora”, en alusión a la Internacional Socialista. En un texto del periódico de derecha alemán Junge Freiheit, se queja de que la izquierda opera hoy a nivel mundial. “Sus redes van desde las Naciones Unidas y la Unión Europea hasta los tribunales internacionales, desde los gigantes de internet hasta los medios de comunicación nacionales. Antifa, Fridays for Future y Black Lives Matter actúan como organizaciones en todo el mundo. A menos que los conservadores también trabajen en red a nivel global, siempre estarán en desventaja y se quedarán atrás. El gobierno de Bolsonaro entendió esto y, por lo tanto, está abierto a la cooperación internacional con conservadores de otros países”, declaró.

Jair Bolsonaro y el diputado Marco Feliciano durante un oficio religioso en la Cámara de Diputados, el 10 de julio de 2019.

Jair Bolsonaro y el diputado Marco Feliciano durante un oficio religioso en la Cámara de Diputados, el 10 de julio de 2019.

Foto: Marcelo Camargo / Agencia Brasil

En Brasil, Von Storch también conoció a otros políticos influyentes, incluido el hijo del presidente, el diputado Eduardo Bolsonaro. Steve Bannon, quien fuera estratega jefe de Donald Trump, ha presentado a Eduardo Bolsonaro como líder en América Latina de El Movimiento, una red internacional de derecha que se encuentra en proceso de planificación. A diferencia de la visita de Waldemar Herdt, el encuentro con Beatrix von Storch, nieta del ministro de Finanzas de Hitler, generó una gran indignación, en particular de los grupos judíos y las organizaciones de derechos humanos.

Von Storch, como Herdt, integra el ala cristiano-conservadora de AfD. En esta corriente se unieron representantes de diferentes confesiones cristianas: iglesias evangélicas libres, anglicanos, opositores al papa Francisco y católicos tradicionalistas. Su posicionamiento suele tener gran afinidad con las posiciones oficiales de las iglesias católica y evangélica. El lema de esta derecha religiosa es la defensa de aquello a lo que consideran el “Occidente cristiano”: la lucha contra el aborto y los derechos LGBTQI, la promoción de la familia tradicional como norma universal y la resistencia a una supuesta “islamización”.

La visita de Von Storch, sin embargo, ha tenido pocos resultados concretos hasta ahora, a diferencia del viaje de Waldemar Herdt, que sigue siendo el político más importante de la nueva alianza entre AfD y Brasil.

Algo podrido

Una agenda que une a los evangélicos y a la nueva derecha ultraconservadora en el mundo es, junto con la criminalización del aborto, la lucha contra la comunidad LGBTI. Es también por este motivo que buscan intensamente contactos en el exterior. “Quieren transformar su agenda en un tema global”, dice Christina Vital, profesora del Programa de Posgrado en Sociología de la Universidad Federal Fluminense y colaboradora del Instituto de Estudios de la Religión. “Para ello están uniendo numerosas fuerzas, actuando en redes internacionales”, afirma. Según Vital, los evangélicos brasileños tienen conexiones directas con la Casa Blanca. Los contactos en Europa, sin embargo, son pocos hasta ahora y ninguno significativo en Alemania. ¿Será que Waldemar Herdt quiere cambiar eso?

El político de AfD dice que quedó impresionado con que hubiera una coalición de diputados religiosos en el Parlamento brasileño y que muchos de ellos fueran pastores. “En Brasil es posible expresar la fe sin sentir la presión contraria de la sociedad”. Herdt se reunió con numerosos políticos y pastores evangélicos en Brasil. También estaba previsto un encuentro con el evangélico Eduardo Bolsonaro, pero no pudo realizarse por un viaje de vacaciones. Pero Herdt sí se reunió con Marcelo Crivella, un obispo licenciado de la Iglesia Universal y exalcalde de Río de Janeiro. También con la diputada Bia Kicis, seguidora radical de Bolsonaro.

Pero un interlocutor en particular llama la atención: Marco Feliciano. Diputado, dirigente oficialista y párroco. Se trata probablemente de uno de los vínculos más importantes entre las iglesias evangélicas y la política, y de alguien muy controvertido. Innumerables veces tuvo expresiones consideradas racistas y homofóbicas. Sobre esto, Herdt dice solamente: “Si miras, todo el mundo tiene algo podrido” (en traducción libre). Además, afirma no haber realizado una investigación detallada antes de esa reunión.

AfD busca conexiones con Brasil

Waldemar Herdt no es el único político de AfD que busca conexiones con Brasil. El 28 de octubre de 2018, cuando Bolsonaro fue electo presidente, Petr Bystron, líder de AfD en el Comité de Relaciones Exteriores del Parlamento alemán, lo describió como un “verdadero conservador” y celebró: “La revolución conservadora ahora llegó a América del Sur”.

Otros políticos también celebraron la victoria del hombre que, durante la campaña, amenazó con disparar a sus opositores políticos y colgó fotos de torturadores en su oficina. Christian Blex, por ejemplo. Conocido por ser especialmente radical, el diputado de AfD en el Parlamento del estado de Renania del Norte-Westfalia tiene familiares en Brasil y visita el país con frecuencia. “Por razones puramente personales”, enfatiza. Dado que su enfoque está en la política interna alemana, dice que no quiere involucrarse en asuntos internacionales. Sin embargo, se mostró contento con la victoria de Bolsonaro, con quien simpatiza por negar la “estupidez climática” y no tolerar el “pánico con el corona”. Para Blex, es lógico que sus posiciones no agraden al “mainstream de la izquierda”. Había propuesto la creación de un grupo parlamentario Brasil-Alemania en el parlamento estatal, pero el intento fracasó. “Quizás en la próxima legislatura”, dice.

Torben Braga, vocero del grupo parlamentario de Alternativa para Alemania, habla con periodistas, en Érfurt, Turingia, el 16 de julio de 2021.

Torben Braga, vocero del grupo parlamentario de Alternativa para Alemania, habla con periodistas, en Érfurt, Turingia, el 16 de julio de 2021.

Foto: Martin Schutt, DPA, AFP

Otro político de AfD con vínculos con Brasil es Torben Braga, de 30 años, miembro del parlamento del estado de Turingia. Fue responsable de prensa de la Asociación Alemana de Fraternidades de Estudiantes, una institución notoriamente racista. Se lo considera un ahijado político de Björn Höcke, la figura más radical del partido. Braga nació y se crio en Brasil, asistió a la escuela en Río de Janeiro. En las redes sociales, Braga también celebró la victoria de Bolsonaro, pero cuando fue entrevistado se comportó de una manera más moderada. ¿En cuanto a la propagación del odio contra las minorías? Después de todo, Bolsonaro afirmó que prefiere un niño muerto a un niño gay, cometió delitos racistas contra la población negra, le dijo a una diputada que ella ni siquiera merecía ser violada. Braga asegura que nunca escuchó de esto y por eso no puede comentar al respecto.

Además, AfD presentó al Ejecutivo diversos cuestionamientos oficiales sobre la ayuda exterior a Brasil. Con esto, los diputados de los parlamentos pueden hacer preguntas que deben ser respondidas y publicadas por el gobierno a su debido tiempo. “Este es un mero pretexto para darle un aire democrático al gobierno de Bolsonaro”, dice Yasmin Fahimi, política socialdemócrata alemana que preside el Grupo Parlamentario Brasil-Alemania en el Parlamento alemán. “Muchos temas problemáticos no se plantean”.

Los analistas entrevistados para el informe creen que, con la salida de la presidencia de Donald Trump, Brasil podría asumir un papel de liderazgo para la derecha cristiana. Y hay razones para decir que el político de AfD Waldemar Herdt juega un papel central en la creación de redes de esta alianza internacional conservadora-cristiana.

“Valores de la Biblia que guían mi camino”

Herdt emigró a Alemania en 1993. Creció en Kazajistán, se formó como ingeniero agrícola y fue director de una cooperativa de producción. Desde 2004, es propietario de una empresa de construcción en el estado alemán de Baja Sajonia. Antes de ingresar a AfD participó en el pequeño Partido Cristiano de Seguidores de la Biblia. Hasta principios de este año, Herdt era el portavoz de la Asociación Regional del Norte de Cristianos de AfD. “Son los valores de la Biblia los que guían mi camino”, escribe en su página web.

Herdt es un hombre que habla mucho de “humanismo”, refuerza todo el tiempo que la familia es lo más importante, dice que es un pacifista. No es ese tipo clásico de AfD que propaga el odio de las minorías. Aun así, habla de “histeria climática” y dice que “el sentimiento de culpa colectivo alemán” vinculado con el nazismo estaría quitando la dignidad de los alemanes. De vez en cuando advierte sobre un “nuevo modelo de sociedad” y una supuesta “ideología de género”. “En Alemania, la legislación ha ido cambiando bajo la presión de los no creyentes, hasta el punto de que pronto terminaremos en Sodoma y Gomorra”, dice. “Una red conservadora de derecha no haría ningún daño, como contrapeso”, dice. Esta se convirtió en su misión más importante.

La iglesia a la que asiste Herdt es un edificio de dos pisos con vidrios azulados, ubicado en una calle muy transitada, no lejos de la estación central de trenes de Osnabrück (una ciudad de 160.000 habitantes del estado de Baja Sajonia). En la entrada, un cartel: “Iglesia Evangélica Libre Fuente de Vida” (Lebensquelle en alemán). Arriba, una cruz. Aparte de eso, el edificio no llama la atención. Herdt participa activamente en los compromisos de la iglesia evangélica. Fuente de Vida es parte de las comunidades pentecostales que, por regla general, no leen la Biblia de manera crítica. Se estima que esta rama confesional específica tiene 60.000 seguidores en Alemania.

Fuente de Vida tiene su propio canal de YouTube, y en los servicios las bandas tocan música pop cristiana. Los músicos se parecen a cualquier otro adulto joven: barba de tres días, caravanas, camisetas. Sus actuaciones son emocionales, incluso melodramáticas: “Venciste a la muerte por mí. Gracias, Jesús”. Al frente del escenario, la gente baila, aplaude, alza las manos. “Gracias, Jesús. Gracias, Jesús”. Sin embargo, Fuente de Vida es criticada por realizar “terapias de conversión” para la “cura de la homosexualidad” y tratamientos dudosos contra la dependencia química.

De vez en cuando, se invita a otros predicadores a Osnabrück; estas visitas están documentadas en YouTube. Alexey Ledyaev, de Letonia, es uno de ellos. Ledyaev dirige la Iglesia Nueva Generación en Riga y es conocido por su predicación homofóbica agresiva. Waldemar Herdt dice que es su amigo. En este contexto, también hizo acto de presencia en la campaña electoral, en un acto que el predicador organizó en representación de Watchmen on the Wall, un proyecto conjunto de Ledyaev y el predicador fundamentalista estadounidense de extrema derecha Scott Lively. En un discurso durante la fundación de Watchmen on the Wall, Ledyaev afirmó que las personas LGBTI intentaron erigir una “dictadura de la homosexualidad” y que Watchmen on the Wall debe proteger la sociedad de la “cultura de la muerte”, así como apoyar a los políticos que comparten sus valores. Lively es coautor del libro The Pink Swastika, que culpa a los homosexuales del Holocausto. En un evento de Watchmen on the Wall en Riga, en noviembre de 2018, Waldemar Herdt apareció junto a Lively y fue presentado como un aclamado invitado especial. A pesar de esto, cuando se le pregunta, Herdt admite que incluso puede conocer al predicador, pero que sólo puede recordarlo vagamente.

Beatrix von Storch (segunda desde la derecha), líder adjunta de Alternativa para Alemania, participa en la “Marcha por la vida” contra el aborto, el 19 de setiembre de 2020, en Berlín.

Beatrix von Storch (segunda desde la derecha), líder adjunta de Alternativa para Alemania, participa en la “Marcha por la vida” contra el aborto, el 19 de setiembre de 2020, en Berlín.

Foto: Jorg Carstensen, DPA, AFP

La alianza

En el verano de 2019, Waldemar Herdt viajó a Moscú y presentó una idea: la creación de una “comisión alternativa de derechos humanos”. Lo explica de esta manera: “He llegado a la conclusión de que todas las organizaciones de derechos humanos tienen un toque de ideología de género de izquierda. El lado conservador no tiene representación. Necesitamos una comisión interparlamentaria basada en valores cristianos, conservadores y patrióticos”.

Unos meses más tarde, en diciembre de 2019, la bancada de AfD en el Parlamento Federal decidió realmente fundar la Comisión Interparlamentaria de Derechos Humanos (IPMK, en sus siglas en alemán), presidida por Waldemar Herdt. En un comunicado de prensa, AfD escribe que la comisión abordará la “ideología ambientalista de izquierda oculta en la definición clásica de derechos humanos”. Hasta ahora, según Herdt, la comisión cuenta con parlamentarios y expertos de 30 países, incluidos Estados Unidos, Portugal, Serbia, Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Mongolia y, recientemente, Brasil. Se están redactando resoluciones para convertirse en proyectos de ley. A pesar de la pandemia, IPMK ya ha realizado varios eventos. Entre ellos, una conferencia en línea sobre el tema del “extremismo”, que reunió a parlamentarios y activistas rusos, a predicadores estadounidenses y a Sam Brownback, quien había sido designado por Trump como embajador especial para la libertad religiosa.

En todo el mundo, el tema de los derechos humanos y la ocupación de cargos políticos en puestos relevantes en este ámbito se han convertido en una especie de puerta de entrada para la derecha cristiana. Incluso en Brasil, donde Marco Feliciano, interlocutor de Herdt, fue elegido en 2013 presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. “No llegó a este puesto porque ya había trabajado en el área, sino porque quería acabar con la problemática LGBTQI”, dice la antropóloga Christina Vital. La ministra Damares Alves, evangélica, también ha estado tratando de establecer una nueva definición de derechos humanos. ¿Y qué piensa Herdt? Para él, los derechos humanos significan sobre todo tres cosas: “El derecho a la vida, el derecho al trabajo y el derecho a las creencias religiosas”, dice. Sin embargo, esto es sólo una fracción de lo que contienen la Constitución de Alemania y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En junio, el Instituto Alemán de Derechos Humanos ya estaba dando la voz de alarma en un estudio detallado sobre AfD. Este estudio concluyó que, desde el punto de vista de la teoría de los derechos humanos, AfD defiende posiciones que no tienen base en la Constitución.

Este año Waldemar Herdt no volverá a competir por el Bundestag alemán. Incluso se postuló como candidato durante el primer caucus del partido, pero no fue elegido. Pese a ello, IPMK continuará, como enfatiza en la entrevista. Y Herdt tiene la intención de seguir actuando como portavoz de IPMK. Además, está prevista una conferencia en el Parlamento alemán el próximo año. Los invitados principales son los interlocutores de Herdt en Brasil: Bia Kicis, Kennedy Nunes, Aroldo Martins, Luiz Philippe de Orleans y Bragança. Es el comienzo de una nueva alianza.

Este artículo fue publicado en portugués por Agência Pública, traducido del alemán por Augusto Paim. Es una adaptación de un reportaje publicado por el diario alemán Taz, elaborado por ese medio en colaboración con el programa Kontraste, del canal ARD, y Agência Pública.