Cien meses haciendo esta revista: cuando empezamos, hubiera sido un disparate pensar tan lejos. Es cierto que ni somos las mismas personas ni esta es exactamente la misma revista que aquella, y que ni siquiera la diaria, desde donde hacemos Lento, es la misma publicación que en 2013. Pero tampoco somos tan distintos.

Atrapados en cierta idea de la simetría, para este número quisimos entrevistar, junto con Lucas Silva —uno de los que estuvieron en la cocina de la revista a lo largo de 2012—, a Danilo Astori. Recordarán (es una forma de decir) que para la primera edición de Lento, Lucas y Natalia Uval entrevistaron a José Mujica, y que entonces sus palabras sobre los gobernantes de Argentina dieron bastante que hablar. Tenía sentido que ahora habláramos con el otro gran referente histórico vivo de la izquierda uruguaya y protagonista, al igual que Mujica, del ciclo progresista que culminó hace casi dos años.

Decíamos que la diaria también cambió. Los mencionados Lucas y Natalia tienen mucho que ver con eso: al poco tiempo de que empezó a salir Lento, Lucas sucedió a Marcelo Pereira en la dirección del diario, y desde hace unos meses es Natalia la que ocupa ese lugar. Ellos tres fueron impulsores, junto con otros compañeros —entre ellos, dos generadores de ideas como Damián Osta y Lucía Pardo—, del enorme crecimiento del proyecto la diaria en estos años.

Cuando apareció Lento se trató de la primera publicación periódica que producíamos en paralelo al diario (si descontamos algunos suplementos que se encartaban con las ediciones semanales). Hoy, en cambio, la revista es una de varias unidades del proyecto, que incluye otras publicaciones en papel, como la edición de fin de semana y el diario mensual para niños Gigantes, suplementos fijos y especializados, como Cultura, Economía y Garra, y nuevas áreas enfocadas en la educación, los feminismos, la ciencia, la salud, la justicia, el ambiente y el buen vivir, además de ediciones locales del diario (en Maldonado y Colonia, por ahora). Atravesándolo todo, la inmersión en el ámbito digital, que ha llevado, entre otras cosas, a que les brindemos un ciclo casi ininterrumpido de noticias, y a que podamos ofrecerles piezas específicas para la experiencia audiovisual, como Mezcla, el área de podcasts de la diaria. (Esa avanzada digital también hace que tener la revista entre las manos sea, cada vez más, una experiencia privilegiada).

El estilo —si cabe hablar en singular— de la diaria también mutó en estos años, expandiéndose, en sincronía con la ampliación de temas, para llegar mejor a más personas; en esto, si la centena habilita el cumplido en espejo, podría hablarse de una pequeña contribución de Lento, que tal vez sea más evidente en el aspecto visual de nuestras publicaciones.

Y Lento misma cambió, obviamente, junto con toda esa transformación de la diaria. Cambió su gente también: no somos las mismas personas las que nos ocupamos directamente de su día a día, aunque todos los mencionados siguen cerca de la revista. En este número, así como en las ediciones más recientes, podrán reencontrarse con algunas firmas y tonos que nos ayudaron a afinar algo difícil de describir, y que sería la identidad de esta publicación que encaramos mes a mes.

Hay más historias de Lento, pero ya es suficiente autorreferencia para una página. Mejor dejarlas para otro número redondo.