Durante las primeras horas del día, Ángel cala sus redes de pesca en el interior de la laguna Garzón. Sus padres se asentaron en esas orillas hace más de 40 años y él creció aprendiendo el oficio de pescador artesanal. Las redes se recogen al caer la tarde o al día siguiente, una tarea que requiere un enorme esfuerzo físico, ya que la red por sí sola ofrece una fuerte resistencia y más todavía si viene cargada de peces. Sin embargo, Ángel advierte que en la laguna cada vez es más difícil pescar cantidades rentables de recursos pesqueros.
Dos de las especies que más se pescan allí son la lisa y el pejerrey. También el cangrejo sirí o de pinzas azules, un crustáceo de gran tamaño que habita en las costas de Rocha y se relaciona con las lagunas costeras porque cumple en estas parte de su ciclo. Las larvas ingresan a las lagunas cuando las barras arenosas se abren y permiten la comunicación con el océano. Los cangrejos juveniles crecen mientras las barras permanecen cerradas. Una vez que estas vuelven a abrirse, emergen los adultos para reproducirse e iniciar nuevamente el ciclo. Ángel cuenta que esta especie solía ser muy abundante en la laguna, pero desde hace años ya no hay tanta cantidad de este cangrejo cuya pulpa es muy valorada en la gastronomía local.
La pesca artesanal se desarrolla en las lagunas costeras de Uruguay a pequeña escala, con embarcaciones con una capacidad máxima utilizable de diez toneladas de registro bruto, y es una de las actividades productivas que se llevan adelante en torno a la laguna Garzón, un lugar del que Ángel conoce cada rincón.
En 2014 la laguna Garzón ingresó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, con su espejo de agua de 1.750 hectáreas, sus casi 9.600 hectáreas de superficie terrestre y más de 27.000 de superficie marina. La fundación Lagunas Costeras se dedica desde 2008 a promover la conservación y la investigación en la zona, trabaja con autoridades nacionales y locales, y apoya la gestión de la laguna y la gobernanza ambiental. Interactúa con técnicos y con las comunidades del lugar con el objetivo de generar información que permita crear planes de gestión de las lagunas, con el énfasis puesto en educar, concientizar y transformar.
Distintos intereses y prácticas productivas confluyen en la laguna. La fundación apoya su articulación, consensuando miradas, para facilitar el avance hacia una gestión integrada y lograr la preservación de este singular territorio, con sus ecosistemas naturales, las especies de flora y fauna nativa, y las distintas expresiones de la vida humana.
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Ana es guía ecoturística y baqueana de la laguna Garzón. Creció a sus orillas y aprendió a reconocer las especies nativas, en particular las de la flora, y narra las historias que dan identidad al lugar, poniendo de manifiesto la importancia del cuidado de la naturaleza desde una mirada integral e invitando a articular la conservación con el desarrollo sustentable.
Allí los paisajes son diversos. La desembocadura del arroyo Anastasio, uno de los afluentes de la laguna, es un gran humedal donde confluye una enorme diversidad de plantas emergentes y flotantes. Muchas especies de aves utilizan estos ambientes para descansar y alimentarse.
María es productora rural. Madre, abuela y bisabuela, se crio en el campo y es la única de sus hermanos que se aventuró a seguir la tradición familiar de vivir de la producción agropecuaria. Vivir y producir en el campo no es tarea fácil, en especial al borde de una laguna costera con regímenes de inundación muy variables. María trabaja de manera muy dura para mantenerse con la producción de ganadería extensiva en campo natural y conservar así los atributos ecológicos de las praderas naturales y el monte nativo asociado.
Como presidenta de una sociedad de fomento rural, María trabaja para que perduren las Mesas de Desarrollo Rural, que desde su conformación han contribuido a darles voz a productores familiares, que allí pueden plantear sus preocupaciones e inquietudes al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y a otras instituciones con incidencia en el territorio. Las Mesas de Desarrollo Rural son potentes herramientas de participación social que ayudan a fortalecer la producción familiar.
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También desarrollan su actividad en torno a la laguna los guardaparques del Área Protegida Laguna Garzón. El registro de fauna nativa es una de sus actividades fundamentales, así como velar por la protección de la flora y la fauna de los ecosistemas naturales dentro del área, y fiscalizar incumplimientos de la normativa ambiental.
Los binoculares para observar mejor, ya sea un ejemplar de la fauna nativa, la presencia de fuego o cualquier movimiento irregular en el área protegida, y el gorro para protegerse del sol forman parte del equipamiento básico de los guardaparques.
Dos de ellos, Ramiro y Victoria, colocan cámaras trampa, sofisticados aparatos que permiten “capturar” la fauna de los montes nativos. Es mucha la información que se obtiene utilizando esta técnica de muestreo, especialmente sobre aquellas especies más tímidas y esquivas.
Entre las múltiples actividades que permite desarrollar la laguna se encuentran los deportes náuticos. Laura es instructora de varias disciplinas, y orienta sus enseñanzas a adultos y niños para que aprendan a navegar en estas tranquilas pero a veces potentes aguas. Llegó hace 30 años a Uruguay. Se enamoró de las lagunas costeras Garzón y José Ignacio y decidió quedarse. Contra viento y marea, se ha mantenido en la laguna Garzón.
Una de sus actividades fue el desarrollo de una escuela de deportes náuticos a sus orillas, desde donde contribuye con la preservación del medioambiente en general y de la laguna en particular. Con su vasta experiencia, invita a quien se anime a perderle el miedo al agua y desafiar sus propios límites, respetando los de la naturaleza.
Imágenes de la laguna
El fotógrafo Daniel Caselli retrató el paisaje y la gente en torno a la laguna Garzón. A pie o con un pequeño velero de madera construido por él, recorrió este lugar de setiembre a junio. Su preocupación por la conservación del ambiente lo llevó a charlar con “los que saben”: integrantes de la fundación Lagunas Costeras, guardaparques y habitantes del lugar. Uno de ellos es el pescador conocido como el Sacapoco, un hombre arraigado en la zona y capaz de hacer recorridos casi enciclopédicos por sus bosques, humedales y corrientes, cuenta Caselli.
El fotorreportaje fue parte de su vida profesional a lo largo de 35 años de documentar, fotografiar, ejercer la docencia y editar fotos de colegas desde su trabajo en la Agence France-Presse. Dice que ahora, recién jubilado, pudo recuperar el tiempo para la libertad creativa y dedicarse a tomar sólo aquellas fotos que quiere, siguiendo siempre su regla de no intervenir en las imágenes que documenta.
Eligió el blanco y negro para las personas que habitan la laguna y el color para la naturaleza, la fauna y los paisajes, una “mezcolanza ideal para exasperar a los puristas”.
Soledad Ghione y Silvia Zumarán integran la fundación Lagunas Costeras. Más información y fotos en lagunascosteras.org.uy y en https://www.casellidaniel.com/laguna-garzón.