“Cabrera llegó tarde”, pienso, mientras retoco nuestra entrevista de tapa y el sol irrumpe de costado. Las tres palabras me hacen sonreír, porque sí, el texto se demoró y ahora hay que trabajar a contrarreloj, pero a la vez el hecho remarca la aparición postergada de Fernando Cabrera en Lento.
Estuvo desde el inicio en la lista de entrevistados con la que, desde el número 100, nos propusimos acercarles a personas destacadas desde una perspectiva diferente; de hecho, era una de las imprescindibles, pero distintos asuntos fueron postergando el encuentro, entre ellos, que de algún modo es una presencia demasiado natural en las páginas de un producto de la diaria, dados los numerosos reportajes y coberturas que ha merecido desde que empezamos con este proyecto, hace más de una década y media.
Por cercano, entonces, Cabrera, protagonista ineludible del arte uruguayo contemporáneo, había quedado relegado. Ojalá que parte de la felicidad que siento ahora al leerlo de nuevo durante el amanecer, con un teclado en las manos y una taza de café empezada, se transmita en la página impresa.
El resto de esta edición es bastante internacionalista. Para muchos noviembre será el mes del Mundial y desde aquí, imposibilitados de conocer los resultados deportivos, les proponemos una mirada crítica a la situación del país organizador. También tenemos una crónica de viaje por una zona ocupada de Palestina y un fotorreportaje que interviene el día a día de un grupo de trabajadores de Bolivia.
Hasta el mes que viene, y que ganen los mejores.