Desde hace unos años, nos encontramos con diversos análisis sobre el surgimiento de una nueva derecha a nivel mundial y con los perfiles de quienes la lideran: millonarios mediáticos, caudillos autoritarios, nacionalistas nostálgicos. Así, el giro a la derecha que dio nuestro hemisferio tiene como íconos a una serie de figuras ubicables entre Donald Trump y Jair Bolsonaro, con algún matiz local incorporado.

Sin embargo, durante los últimos tiempos, la izquierda también ha dado liderazgos novedosos. Si hace dos décadas concitó interés e inspiración la llegada al poder de dirigentes fuertemente ligados a sectores mayoritarios largamente postergados, como el laborista Lula Da Siva y el indigenista Evo Morales, hoy, en medio de una seguidilla de triunfos electorales de las fuerzas progresistas, seguimos con atención la irrupción del ex líder estudiantil Gabriel Boric en Chile o de la militante afro y feminista Francia Márquez, flamante vicepresidenta electa de Colombia.

Con esa mirada, en nuestra edición anterior publicamos una entrevista con la activista chilena Elisa Loncon y en esta les ofrecemos un perfil de la legisladora argentina Ofelia Fernández.

Todas las nombradas son figuras muy dispares, pero, tomadas en conjunto, puede verse que también son producto de la resolución, por la vía de los hechos, del debate sobre el lugar que las reivindicaciones identitarias debían ocupar en las prioridades de la izquierda.

En ese sentido, la diversidad dejó de ser sólo una consigna y está demostrando que puede encarnar tanto en la agenda programática como en la renovación de la dirigencia de la izquierda latinoamericana. Es una oferta claramente más amplia que la de los adversarios.