Sabido es que el planeta Tierra se encuentra en una posición estratégica en el cosmos que lo vuelve escenario constante de los más diversos enfrentamientos, en los que se pone en juego la vida en el universo entero e incluso en los demás universos alternativos. No importa cuánto hagan los gobiernos y las agencias globales de seguridad por impedirlo, la estadística indica que usted y yo seremos testigos de una gran cantidad de fenómenos de origen extraterrestre en nuestras vidas. Algunos estudios bastante serios señalan que la mitad de la humanidad afirma haber sido abducida y sometida a experimentos en alguna oportunidad, mientras que la otra mitad recibió un buen lavado de cerebro antes de ser devuelta a su hogar.

Además de avistamientos y de toda clase de encuentros cercanos, un hecho que se repite varias veces por año es la llegada de cápsulas provenientes de otros mundos que en su interior contienen seres recién nacidos. En el caso de estos pequeños inmigrantes, su llegada a estos lares no se debe a las batallas previamente mencionadas, sino a algo positivo que tiene este pequeño rincón de la galaxia: las características únicas de nuestro sol hacen que aquellas criaturas nacidas en otros sistemas planetarios pero criadas aquí desarrollen poderes impresionantes.

Ningún padre se desharía de su descendencia solamente por asegurarse de que en un futuro tenga superpoderes; estas “cunas interestelares” provienen de mundos a punto de estallar por no escuchar las advertencias de los científicos. Curiosamente, por estos días son numerosas las parejas humanas que están construyendo cohetes capaces de enviar a sus bebés a otros planetas, pero eso es culpa de andar haciendo caso a todo lo que leen en las revistas.

Aunque existen registros de cápsulas estrellándose en medio de ciudades populosas y causando enormes daños económicos y humanos, las mentes superiores que dieron a sus sucesores en adopción suelen asegurarse de que aterricen en algún descampado. Con esto disminuyen las chances de que sean mal vistos por la sociedad y de que los gobernantes ordenen la inmediata vivisección de lo que sea que contenga la pequeña nave espacial.

Por eso es tan común la escena de la persona que maneja por una ruta tranquila y presencia una fuerte explosión. Desciende del vehículo, se acerca a la zona de impacto y encuentra un enorme cráter con un objeto extraterrestre en el medio, casi siempre metálico, pero en ocasiones orgánico y nauseabundo. La presencia humana es suficiente para activar la escotilla y revelar al tripulante, en general un humanoide joven que dedica su mejor sonrisa, ensayada o no, a la persona con la que acaba de cruzar miradas.

Ahora imagine que esa persona es usted. ¿Se siente en condiciones de ser madre o padre de un bebé llegado de las estrellas?

Si bien el hijo, hija o ser que cambia de forma a voluntad funcionará como una batería solar y no necesitará ir al médico porque jamás contraerá enfermedad alguna, es posible que desarrolle habilidades incompatibles con el estilo de vida sereno al que se había acostumbrado. Los fines de semana, en lugar de leer una novela junto a un vaso de vino tinto, es probable que deba dedicarse a tapar agujeros producidos por rayos calóricos que salgan de los ojitos de la criatura o descargas de plasma explosivo que salgan de sus manitos.

Si al momento de encontrar la cápsula usted se encuentra dentro de una relación estable la decisión será más sencilla, ya que habrá que consensuar con su pareja. En caso contrario, deberá anticiparse a lo que ocurra cuando ingrese al mundo de las citas y deba confeccionar una excusa para explicar por qué llegó al restaurante dos horas tarde y con parte del pelo echando humo. La verdad sólo podrá confesarse luego de tener la plena seguridad de que quien se encuentra del otro lado de la mesa no trabaja para un organismo que persigue y captura a extraterrestres. O directamente es un supervillano o una supervillana con vestimenta civil.

El trabajo también se verá afectado. Las complicaciones para cumplir con cualquier horario se sumarán a las posibles habilidades de teletransportación. Aquellas personas con ocupaciones freelance no tendrán mayor inconveniente en ponerse a trabajar en el lugar del mundo en el que sean depositadas después de una rabieta, siempre y cuando recuerden andar siempre con la laptop a cuestas. No está de más sumarle un dispositivo de internet móvil, en caso de reaparecer en medio de la selva con el tiempo justo para terminar una presentación en PowerPoint y enviarla al superior inmediato.

Criar en secreto a alguien que probablemente sea el último ser inteligente de su mundo implica una gran dedicación de tiempo y energía. Al menos hasta que llegue una cápsula con un perro que le haga compañía. Pero un tema no menor es la crianza en valores. Si llevar por el buen camino a un pequeño ser humano puede ser importante para el desarrollo de una parte de la sociedad, las decisiones que tome un ser superpoderoso podrían cambiar el destino de toda la especie humana.

¿Se considera usted una persona buena? Qué pregunta, la mayoría de las personas duermen tranquilas por las noches aun después de cometer las atrocidades más grandes. Así que será necesario un instante de máxima honestidad. ¿Se considera usted capaz de llevar por el camino del bien a alguien que estará moldeando desde el primer día? ¿Le enseñará cómo usar sus poderes en beneficio de la sociedad o buscará la forma de enriquecerse en secreto aprovechándose de sus capacidades extraordinarias? O peor: ¿utilizará esas capacidades para ascender en la escala social, ya sea coqueteando con el poder o tomándolo por la fuerza?

Si cree que su escala de valores llevará a que el bebé extraterrestre un día vele por los intereses de todos nosotros ante un tsunami, un emperador espacial o una fuerza cósmica casi indestructible, cargue la cápsula entera en su vehículo, para que nadie sospeche de lo ocurrido en ese lugar. Siga haciendo las cosas bien, en solitario o en pareja, y no olvide confeccionar un traje de colores primarios para reflejar la bondad que este ser contagiará allí donde se encuentre.

Si usted es una persona ruin, piense el problema que se estará ganando. Tarde o temprano los superhéroes derrotan al mal, así que continúe con su vida miserable. Eso sí, antes de retomar su camino haga una llamada al 911 para asegurarse de que la policía capture al extraterrestre cuando todavía no ha absorbido suficiente energía solar y los bisturíes de las agencias globales de seguridad puedan abrirlo para descubrir de qué está hecho. Es mejor estar preparados.