El Departamento de Justicia de Estados Unidos interpuso una demanda antimonopolio para evitar que el grupo editorial Penguin Random House compre a su rival Simon & Schuster por 2.175 millones de dólares, alegando que esa adquisición le permitiría ejercer una influencia desmedida sobre los libros que se publican en ese país y el dinero que reciben los autores, informó The New York Times.

“Los libros han dado forma a la vida pública estadounidense a través de la historia de nuestra nación y los autores son la savia de la publicación de libros en Estados Unidos, pero sólo cinco editoriales controlan la industria editorial”, dijo el fiscal general Merrick Garland en un comunicado. “Si se permite que la editorial de libros más grande del mundo adquiera a uno de sus mayores rivales, tendrá un control sin precedentes sobre esta importante industria”.

Actualmente, las dos editoriales (Penguin es la primera y Simon & Schuster la cuarta en tamaño en ese país) compiten para comprar manuscritos de autores, ofreciendo adelantos en efectivo y contratos favorables. En caso de producirse la fusión, se eliminaría esa competencia, afirma el gobierno, ya que Penguin Random House controlaría 70% del mercado literario de ficción y casi la mitad del mercado de adquisición de obras, por lo que podría establecerse un “monopsonio”, o monopolio del comprador, lo que sería potencialmente perjudicial para los escritores.

Penguin Random House, que opera más de 300 sellos en todo el mundo y lanza unos 15.000 títulos por año, dijo que luchará enérgicamente contra la medida y contrató como abogado litigante a Daniel Petrocelli, quien defendió con éxito a AT&T y Time Warner contra una demanda similar que buscaba impedir su fusión, valuada en unos 100.000 millones de dólares.

La unión de editoriales se había dado a conocer en noviembre del año pasado, poco después de que ViacomCBS la pusiera en venta.

El bloqueo llega en medio de una atmósfera cambiante en Washington, que ya no ve con tan buenos ojos la consolidación entre grandes empresas, en especial aquellas relacionadas con la tecnología y las redes sociales.

Tanto es así que en julio el presidente, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva con la finalidad de limitar esa clase de uniones y encauzar un “mayor escrutinio de las fusiones, especialmente por parte de las plataformas de internet dominantes, con especial atención a la adquisición de competidores nacientes, fusiones en serie, acumulación de datos, competencia por productos ‘gratuitos’ y el efecto en la privacidad del usuario”.