En 1976 se publicó en Estados Unidos Entrevista con el vampiro (Knof), novela escrita por Anne Rice. La novela no generó gran entusiasmo de la crítica, pero cautivó a un público leal y se volvió lectura obligatoria dentro de la subcultura gótica que estaba por aquel entonces en estado embrionario. Leída desde hoy, quizás la historia resulte poco original, pero por aquel entonces no era común que se optara por un narrador no humano. El precedente más claro está en el clásico Frankenstein (1818) de Mary Shelley, en el que se guardan un par de capítulos para que la criatura pueda contar su propia historia. Pero hasta Anne Rice, los monstruos habían sido los antagonistas, no los narradores y protagonistas.
Incluso el hecho de que el vampiro aludido en el título, Louis de Pointe du Lac, mantenga durante buena parte de la trama una relación homosexual con otro vampiro varón, Lestat, puede ser percibido por el lector moderno y desprevenido como un intento forzado de inclusión. Sin embargo, el año 1976 se encuentra casi en el medio entre los disturbios de Stonewall (1969) y el asesinato de Harvey Milk (1978), dos hitos que muestran lo difícil que era la vida para la comunidad LGBTQ por aquel entonces, y lo jugada, por lo tanto, que fue semejante decisión creativa.
Pero sobre todo, Entrevista con el vampiro es un libro melancólico y nihilista que por momentos recuerda más a “El Inmortal” de Borges que a las toneladas de literatura adolescente a la que Anne Rice terminó influyendo. En esta novela, los vampiros deben habitar por siempre un mundo que cambia más rápido de lo que ellos pueden adaptarse. Por otro lado, ellos tienen las mismas dudas y angustias existenciales que nosotros, los humanos, sólo que, al tener una vida mucho más prolongada, esa falta de certezas termina por volverse insoportable.
El éxito de esta novela la animó a seguir escribiendo. Entre sus Crónicas vampíricas puede destacarse que Lestat, el vampiro (1985) es un libro interesante, que nos permite explorar la psicología y motivaciones del otro protagonista de Entrevista... Por su parte, La reina de los condenados (1988) tiene momentos muy bien logrados, como mostrar el mundo moderno a través de los ojos de alguien originario del Antiguo Egipto, o la historia de lo que podríamos describir como una adolescente de contexto crítico convertida en vampiro que no entiende muy bien qué es lo que le está pasando, pero sabe que cambió su adicción al crack por la de la sangre. El ladrón de cuerpos (1992) resulta un libro ameno, sobre todo si se lee desde el humor.
A partir de ese momento las ideas de Rice para las Crónicas vampíricas parecen haberse agotado un poco, y además empezó a mezclar sus narrativas con disquisiciones religiosas que quizás sean del interés de los lectores estadounidenses, pero que resultan agobiantes para estas latitudes con una sensibilidad más secular. Tal vez haya necesitado reconciliar su recobrada fe religiosa con los temas en los que había encontrado el éxito editorial.
Y es que escribir, escribió mucho. Además de las historias vampíricas, están las sagas de Las brujas de Mayfair, la de Ramsés el maldito y la de El don del lobo. También escribió literatura erótica: bajo el seudónimo AN Roquelaure publicó la saga de La bella durmiente, que comenzó en 1983 con El rapto de la bella durmiente, en la que abordó el tema del dominio y la sumisión décadas antes que Cincuenta sombras de Grey (EL James, 2011). Escribió también varias novelas que no son parte de ninguna saga, superando los 35 libros.
Hasta el momento, fueron adaptadas al cine tres de sus obras. Entrevista con el vampiro (Neil Jordan, 1994) es una buena adaptación de la novela, de la que logra transmitir el tono sin dejar de ser además una buena película. En cambio, el mayor mérito de La reina de los condenados (Michael Meyer, 2002) es su banda sonora; un estado del arte de lo que era el rock por aquellos tiempos, con temas cantados por Jonathan Davis, de Korn, el fallecido Chester Bennington, de Linkin Park, Marilyn Manson y David Draiman, de Disturbed, entre otros. Pero, en resumen, es una mala adaptación del material literario y una peor película. Exit to Eden fue también adaptada al cine en 1994 por Gary Marshall; recuerdo ver su afiche en los videoclips de aquella época. Pero pasó sin pena ni gloria y todo parece indicar que para Dan Aykroyd y Rosie O’Donnell fue un paso en sus carreras que prefieren olvidar. Como serie televisiva fue adaptada su novela La fiesta de todos los santos, y según informaba la diaria en 2016, habría cierto interés de adaptar en serie las Crónicas vampíricas.
Estilísticamente se ha situado a Anne Rice como perteneciente al Southern Gothic (gótico del sur), movimiento literario cuyo mayor exponente fue nada menos que William Faulkner y que, además, es el primo hermano del realismo mágico latinoamericano. Porque después de todo, hasta la Segunda Guerra Mundial, el sur de Estados Unidos se parecía más, en muchos aspectos, a América Latina que al norte y al oeste más desarrollados.
Posiblemente Anne Rice no haya sido la mejor escritora de su época, pero su amor por la fantasía urbana terminó por establecer las reglas de un subgénero que actualmente es muy popular, sobre todo entre jóvenes lectores. Y Entrevista con el vampiro tiene todos los elementos para volverse un clásico literario de la segunda mitad del siglo XX.