Puestos a agrupar, por comodidad de catalogación y fácil ubicación geográfica, libros y autores en los rígidos estantes de las literaturas nacionales, resulta pertinente preguntarse por qué razón se conocen (circulan, son visibilizados) escritores de determinados países y no de otros. ¿Cuánto conocemos los lectores de estas tolderías levantadas al sur de América sobre lo que se está escribiendo y publicando hoy en día en Ecuador, Bolivia, Guyana, Venezuela, Costa Rica o El Salvador, pongamos por caso? Se podrán alegar tanto razones de circulación comercial como los propios gustos de los lectores, además de la marca indeleble de la globalización que permite, buscador de internet mediante, horadar el magma de esa ignorancia generalizada y, eventualmente, hacerse con una obra escrita y publicada en aquellas regiones a través del mero trámite de una compra online con envío. En ese contexto dual de desconocimiento de ciertas literaturas nacionales y posibilidad concreta de acceso a ellas, la llegada a las librerías locales del libro de cuentos Ustedes brillan en lo oscuro, de la escritora boliviana Liliana Colanzi (1981), constituye una suerte de triunfo sobre los elementos antes mencionados. Un triunfo en el que ganamos todos, especialmente los lectores.

Nacida en Santa Cruz de la Sierra, en la región de los llanos orientales de Bolivia, hija de un italiano proveniente de los Abruzos y de una boliviana oriunda de la región amazónica del Beni, Liliana Colanzi no es una recién llegada a la literatura: en 2010 publicó el libro de cuentos Vacaciones permanentes, aunque su consagración crítica llegaría seis años después con Nuestro mundo muerto. En 2017 fundó el proyecto editorial Dum Dum (dos títulos al año con tiradas de 500 ejemplares), que estrenó su catálogo con la novela Eisejuaz, de Sara Gallardo. Doctora en Literatura Comparada en la universidad estadounidense de Cornell, todas las semanas recorre los mismos pasillos que antaño transitara Vladimir Nabokov para dictar el curso “Ciborgs, animales y monstruos”. Este año, además, el libro Ustedes brillan en lo oscuro se alzó con el Premio de Narrativa Ribera del Duero, el mismo que antes obtuvieron Marcelo Luján, Samanta Schweblin y Guadalupe Nettel, entre otros.

Bellamente publicado por la editorial española Páginas de Espuma, en lo que ya representa una constante de su frondoso catálogo, Ustedes brillan en lo oscuro reúne una serie de cuentos basados en el accidente radiológico de Goiânia, en el centro de Brasil, ocurrido el 13 de setiembre de 1987, que provocó la muerte de cinco personas y el envenenamiento por radiación de una importante cantidad más. Se trata de un volumen desconcertante, inmerso en una doble extrañeza: la de la pertenencia geográfica y la del deslumbramiento del lenguaje. Pero puestos a establecer a un protagonista absoluto de las seis piezas unificadas en el tomo, debería mencionarse el tiempo como elemento clave. Lo anterior queda magistralmente graficado en el primer relato, “La cueva”, donde el personaje central es, justamente, una cueva: a su alrededor, con el paso de las eras, se desarrollan diversas historias, pero el foco se ubica siempre sobre esa oquedad formada entre las rocas de una montaña.

Es notable cómo en este relato, y también en otros, Colanzi introduce la referencia a temas de rabiosa actualidad –los discursos feministas, en este caso, pero también los bolsones de marginalidad en las grandes ciudades o el sistema extractivista de la naturaleza– integrándolos a las tramas de forma armónica, sin atisbo de cualquier gesto panfletario. En otros casos, como en el relato coral “Atomito”, la autora se apropia de ciertas claves de la llamada ciencia ficción blanda para ilustrar a través de una ristra de viñetas un universo contaminado por la radiación, donde el futuro no tan lejano se vuelve presente inmediato y, por eso mismo, más desconcertante. En esa suerte de crónica posapocalíptica, Colanzi se destaca en el entramado de párrafos perfectos, que fluyen con una pasmosa naturalidad, presentando a algunos personajes que habitan la realidad contaminada: “Yoni reparte pollo a la broaster en moto con un casco anaranjado en forma de cresta de gallo para devolver el préstamo con el que compró el ataúd en el que enterraron a su padre, muerto de cáncer”.

Antes señalé lo de la pertenencia geográfica y el deslumbramiento del lenguaje, dos elementos que aparecen siempre ensamblados en el transcurrir de los cuentos y que se vuelven esencialmente notorios en el relato que le da nombre al volumen, magnífico y perturbador cierre del conjunto. Los que brillan en lo oscuro son los habitantes de una región contaminada por un desastre nuclear; las historias de los personajes se encadenan de manera anodina, enquistadas en lo que parece un presente continuo, sin posibilidad de cambio, esto es, de recuperación o salvación, girando siempre en el mismo lugar y sin ir hacia ninguna parte, tal como grafica este pasaje: “El año del accidente yo estaba embarazada de mi segunda hija y vivía a ciento cincuenta metros de la chatarrería de Devair en la calle 26-A. Todos pasábamos por las zonas prohibidas todo el tiempo: la gente iba y venía del trabajo por esas calles, los periodistas se metían a las casas a entrevistar a los afectados, los niños jugaban a las escondidas en las áreas contaminadas. Mi inocencia era tan grande que me quedé y tuve a mi hija ahí”.

De una cuidada condensación y orfebrería interna, Ustedes brillan en lo oscuro desplaza el haz que alumbra el título para iluminar a la propia autora, que brilla en el difícil arte de la escritura del cuento, ese formato tan persistentemente ninguneado por el mercado.

Ustedes brillan en lo oscuro. De Liliana Colanzi. España, Páginas de Espuma, 2022, 118 páginas.