El argentino Elvio Gandolfo es una figura de la literatura de ambos lados del Río de la Plata: nacido en Rosario, reside desde hace décadas en Montevideo, donde desarrolló gran parte de su carrera como escritor y como periodista. A mediados del año pasado, comenzó a sufrir complicaciones de salud. Fue operado de urgencia por una hernia abdominal y posteriormente se le diagnosticó una insuficiencia renal crónica y una insuficiencia cardíaca. En enero de este año, su hija Laura pidió ayuda económica para costear los cuidados posoperatorios de una operación de próstata programada para el mes siguiente.

“La ayuda puede suavizar un poco el peso hacia él y hacia mí”, dijo por entonces a Infobae, y agregó que luego de la cirugía de 2023 su vida había cambiado mucho. “Hay instalado un proceso cognitivo, un proceso de demencia senil. Elvio puede hablar de libros y de cine, como lo ha hecho siempre. De pronto se pierde, pero por ahora puede y lo hace con los amigos que lo visitan y lo acompañan. Están al pie del cañón”.

Por entonces hubo colegas, como el argentino Pedro Mairal, que hicieron circular la información de contacto para hacer aportes. Y ahora se agrega una nueva iniciativa que permitirá colaborar económicamente con el escritor, al tiempo que es “una inmersión en la narrativa, las crónicas y la poesía de Elvio Gandolfo de la mano de escritores que lo admiran y han aprendido de su obra”, según sus organizadores.

Se trata de un seminario online que tendrá cuatro encuentros en cuatro sábados de agosto, de 11.00 a 12.30. Cada uno de esos días se podrá asistir a un Zoom que incluirá análisis de la obra y espacio para preguntas y respuestas. Se enviará material para leer con antelación, y aquellas personas que no puedan asistir en vivo tendrán la oportunidad de ver las grabaciones de los encuentros durante 90 días y la cantidad de veces que quieran.

Con respecto al programa, la escritora argentina Ana María Shua, conocida por sus microrrelatos, será quien analice las dos novelas cortas de Dos mujeres (1992). El uruguayo Damián González Bertolino trabajará sobre el cuento “El momento del impacto”, incluido en el libro Cuando Lidia vivía se quería morir (1998). Alejandro Zambra, escritor chileno, se sumergirá en The Book of Writers (2010). Finalmente, el mencionado Mairal será quien haga un recorrido por la antología poética Tengo ganas de risas, Raquel. Obra poética (2022).

González Bertolino dijo a la diaria que Gandolfo hizo una crítica “muy elogiosa” de su primer libro, y luego lo conoció en persona. “Fue un encuentro magnífico. Elvio es un tipo genial, muy generoso y muy divertido”, dijo. “Como autor siempre me sentí muy agradecido, y hacer este seminario, así como otras instancias de ayuda a él, es una forma muy pequeñita de poder devolverle todo lo que me ha ayudado”.

“Eso lo hace con mucha gente, y para mí es una gran muestra de generosidad”, agrega el escritor. “Uno empieza a ver a toda la gente que quiere ayudar y se conmueve con lo que está pasando. Todos tienen una historia similar con Gandolfo, de apoyo, de aliento, de ayuda”.

González Bertolino explicó por qué eligió “El momento del impacto” para su encuentro virtual: “Me parece un cuento muy profundo, que es un gran ejemplo de la búsqueda artística de Elvio, de la búsqueda estética. Tiene muchos elementos: el de la sorpresa, el de la especulación, el de trabajar diferentes niveles de lo que es la conciencia humana. Es un cuento, además, imaginativamente muy rico, que tiene muchas aristas desde donde apreciarlo. Obviamente, voy a hablar de ese cuento, pero de algún modo me voy a remitir a otras partes de su obra, de su obra narrativa, pero me parecía un buen punto de partida. Una muy buena representación de lo que es su búsqueda”.

Seminario online Elvio Gandolfo. 10, 17, 24 y 31 de agosto a las 11.00 por Zoom. El costo es de 2.400 pesos, se abona por Mercado Pago, y todo lo recaudado será para el escritor. Más información en el sitio nauexperiencias.com.

Galardonado

En diciembre de 2022, Gandolfo recibió la Medalla Delmira Agustini, distinción honorífica que homenajea a quienes contribuyen de modo excepcional a la cultura y a las artes. Unas horas antes había hablado con la diaria sobre esta entrega. “Me impresionó. Yo preferiría que hubiera algo de dinero. El otro día la [Mercedes] Rosende publicó en Facebook que acá el dinero y la cultura son cosas que no tienen nada que ver nunca, y le puse un post diciéndole que en Rosario tampoco. Ya estoy acostumbrado. Obviamente, sin referirlo a nada concreto”. De todos modos, aceptó “de inmediato” el galardón por ser “admirador incondicional” de Agustini. “Que mi nombre esté pegado a Delmira Agustini, para mí, es brutal”, agregó. Finalmente, dijo que los artistas reticentes a los premios, y los sufridos, tienen mucho de sanata. ‘Yo sufro tanto cuando escribo...’. ¡Andá a cagar! Los grandes escritores, y algunos por suerte han sido amigos míos, todos gozaban como bestias escribiendo. Casi sin excepciones. Es una sanata que les sirve a los editores y a toda la menesunda”.