Peter David, legendario guionista del cómic de superhéroes cuyos trabajos se destacaron especialmente en la editorial Marvel, murió el sábado a los 68 años. Pese al prestigio en la industria y a los millones de dólares que sus creaciones hicieron ganar a los estudios de cine, llevaba varios años soportando penurias económicas y pidiendo dinero a los internautas para costear los tratamientos por su delicada salud.

“Estamos devastados”, dijo su esposa Kathleen en un posteo de Facebook que confirmaba la noticia que ya circulaba en las redes sociales. Menos de una semana antes había revelado que el guionista había sido conectado a un respirador por su incapacidad de toser o aclararse la garganta. “Está bajo sedación ligera para evitar que se resista a que le pongan el tubo por la garganta”, había contado en ese momento.

David había nacido en 1956 en el estado de Maryland, y desde chico sus padres aceptaron la lectura de historietas en el hogar, excepto las de Marvel, porque “los héroes debían verse heroicos y no vestirse con trajes con ojos de bicho o verse como monstruos”, contó una vez en su blog. “Así que Marvel era mi placer culpable. Mientras que otros niños guardaban revistas de National Geographic con fotos de mujeres tribales en topless, yo escondía revistas de los Cuatro Fantásticos”.

Después de intentar escribir profesionalmente, se incorporó al Departamento de Ventas de Marvel Comics, desde donde buscó colaborar con guiones para las revistas que se publicaban, sin éxito. En 1985 logró vender su primera historia, que apareció en el número 103 del título The Spectacular Spider-Man. Unos meses más tarde publicaría la saga “La muerte de Jean DeWolff”, con arte de Rich Buckler, que fue muy bien recibida por el público.

La obra que lo elevaría al Olimpo entre los lectores de Marvel llegaría poco después. El editor en jefe Bob Harras le ofreció la serie The Incredible Hulk, un título que en ese momento nadie tenía interés en escribir. Así, David disfrutó de libertad para profundizar el universo de Bruce Banner durante 12 años. Habló del desorden de personalidad del protagonista, introdujo al Hulk Gris y por primera vez estableció que Banner había sufrido abusos por parte de su padre cuando era niño.

En 1992 creó, junto con el dibujante Rick Leonardi, a Miguel O’Hara, el Spider-Man 2099, cuando la editorial publicó varias series sobre los herederos de distintas identidades superheroicas en el futuro. Estuvo en los primeros 44 números, pero renunció luego de que despidieran a uno de los editores.

También se destacó en DC Comics, donde escribió durante cuatro años Aquaman y también revitalizó a un personaje supuestamente “difícil” de escribir, reemplazando su mano derecha por un arpón. Eso que hacía tan bien, que era reinventar personajes de segunda línea o temporalmente olvidados, lo repetiría con Supergirl.

El legado de su escritura puede verse en el Universo Cinematográfico de Marvel, en el desarrollo del personaje de Hulk y en las películas animadas del Spider-Verso con el papel destacado del mencionado O’Hara. Sin embargo, los miles de millones de dólares recaudados no se derramaron hasta las facturas de sus servicios médicos.

Peter David en Montevideo

Como tantas figuras destacadas del mundo de la historieta estadounidense en estos últimos 20 años, pero con la particularidad de haber sido el primero en hacerlo, Peter David fue invitado por la organización de Montevideo Cómics y se hizo presente en la edición de 2010, donde dio una recordada charla junto con el argentino Ariel Olivetti, quien también se ha destacado en esa industria.

Fue Olivetti quien sugirió el nombre de David a Montevideo Cómics, según recuerda a la diaria Matías Castro, integrante de la organización. “Aceptó enseguida. Por entonces lo hacíamos en el cine Plaza, y a nosotros nos parecía bárbaro, pero era muy rústico en comparación con el estándar de Estados Unidos. Y el tipo vino con la mejor actitud del mundo a divertirse. Me acuerdo de verlo durante el fin de semana participando en actividades, mezclándose entre la gente y disfrutando como si fuera uno más del público”.

“Vino a disfrutar y a conocer, como muchos de los invitados gringos, pero para nosotros tuvo esa cosa de haber sido el primero que aceptó una invitación sin haber antecedentes, sin que otro le hubiera contado”, agrega Castro. “Después nos ofreció los primeros contactos con sus colegas y habló de Montevideo Cómics en su blog, así que gracias a él llegamos otros, y gracias a esos otros llegamos a otros más. Más allá de su lado profesional, desde su lado humano era un tipo que dejó un muy lindo recuerdo”.

En su blog, al regresar a su ciudad, David agradeció a los organizadores y a los fanáticos. “Creo que hasta debería agradecer al carterista que trató de sacarme la billetera de la campera mientras estaba en un mercado de pulgas el domingo”, escribió en referencia a su visita a la feria de Tristán Narvaja, “porque la anécdota del incidente, incluyendo cómo casi le rompo el codo al tipo, que se fue con las manos vacías y el brazo dolorido, fue muy disfrutada por los fans cuando la conté”. También se había mostrado “impresionado” por la calidad de las historietas locales y dijo que los editores de Marvel y DC deberían darse una vuelta por estos lares, “porque muchas de estas personas merecen que su obra se dé a conocer”.