El sábado en la sala Dorada del Palacio Municipal, la Cámara Uruguaya del Libro (CUL) llevó a cabo la ceremonia de entrega del Premio Bartolomé Hidalgo Infantil y Juvenil en su primera edición.

“Uruguay cuenta con escritores que trabajan con compromiso y sentíamos que era hora de visibilizar y celebrar esa producción de forma específica. Además, creemos que los libros de LIJ no sólo forman lectores, sino que también crean ciudadanía, sensibilidad y pensamiento crítico. Si en nuestro país la LIJ es tan relevante para sostener una feria del libro de tal magnitud, es lógico pensar que también hay mucho talento para reconocer y premiar, sobre todo entendiendo que los premios literarios cumplen un doble propósito: son un reconocimiento a quienes crean y, al mismo tiempo, funcionan como dinamizadores culturales, porque colocan títulos de calidad en la agenda de los medios y, por lo tanto, al alcance de más lectores”, decía la gerenta de la CUL, Melina Regalini, a la diaria en el marco de la inauguración de la 23ª Feria del Libro Infantil y Juvenil.

Durante la ceremonia se dieron premios en cuatro categorías, además de un premio a la trayectoria, otro a la revelación y un premio especial del público, que se votó en las redes sociales de la CUL. Con la conducción de Leo Lagos y Mariana Olivera, que le pusieron humor y amenizaron el evento, la entrega se realizó con la sala colmada de público.

En la categoría Libro álbum, el jurado integrado por Virginia Brown, Sabrina Pérez y Fidel Sclavo seleccionó como ternados El niño de la Mancha, de Natacha Ortega y Lucía Franco; Mi amiga de al lado, de Lucía Franco; y Pasatiempo, de Virginia Mórtola y María José Pita. El ganador fue El niño de la Mancha, editado por Loqueleo.

En la categoría Literatura infantil, el jurado integrado por Dinorah López Soler, Rosanna Peveroni y Lía Schenck ternó a Augusto y los piratas del aire, de Sofía Aguerre; El día del Dragón, de Natacha Ortega; y Las cosas que pasan en 6° B, de Federico Rodrigo. El premio fue para este último, publicado por Loqueleo.

En la categoría Literatura juvenil el premio fue declarado desierto. Por último, en la categoría Divulgación, el jurado integrado por Daniela Hirschfeld, Martín Otheguy y Silvia Soler no elaboró una terna porque habían sido pocos los libros presentados, y exhortaron a la producción y presentación en esta categoría. El libro premiado fue 197 historias ilustradas, de Kiara Lucas, en el que decenas de ilustradores fueron convocados para presentar a los 197 detenidos-desaparecidos por la dictadura civil-militar. Fue uno de los momentos más emotivos de la ceremonia, en el último día de mayo, el mes de la memoria, y Lucas cerró sus palabras dedicándoles el premio a las cuatro madres que aún viven y que “le dedicaron la mitad de su vida a esta búsqueda”.

La CUL otorgó el premio Revelación a ¿Alguien me escucha? En mi familia hay una separación, de Carolina Camilo Zabala y Mariela Solari Morales, publicado por Fundación de Cultura Universitaria.

El premio a la Trayectoria le correspondió a la escritora e ilustradora Susana Olaondo, protagonista de la generación disruptiva de la década de 1990, que renovó la literatura infantil y juvenil uruguaya, y dueña de una trayectoria que incluye verdaderos clásicos como Una pindó, Olegario, Julieta, ¿qué plantaste? También fue un momento muy emotivo, por lo que significa Olaondo en el universo LIJ y por el cariño que le profesó el público.

Por último, se entregó el Premio del Público, que se votó a partir de una convocatoria en las redes sociales que, en primer lugar, permitió conformar una terna de seleccionados –El año de los girasoles, de Sofía Aguerre; Pateando lunas, de Roy Berocay; y Entre relojes, de Camila Silva, entre los cuales el público votó su preferido. El elegido fue el libro de Silva, quien destacó el trabajo y el camino transitado por Entre relojes, primero como autopublicación y luego con la editorial Puck.

La Feria del Libro Infantil y Juvenil sigue hasta este domingo en el Palacio Municipal.