Dentro de una semana vencerá el plazo de puesta de manifiesto otorgado por el Ministerio de Ambiente (MA) para que la ciudadanía, organizaciones y asociaciones se expidan sobre el proyecto conocido como Complejo Residencial Punta Ballena. Mientras vecinos, académicos, ambientalistas y figuras de la cultura instan a ingresar al formulario disponible en el sitio ministerial en estos días de cuenta regresiva, la Unión Vecinal de Punta Ballena y lagunas del Sauce y del Diario (UVPB) se expidió sobre el asunto.
En su análisis del informe ambiental del megaproyecto inmobiliario, la organización vecinal tuvo en cuenta cinco ejes: patrimonial y cultural; percepción social y zona de influencia; impacto ambiental y afectación a la biodiversidad; situación de tránsito y obras, capacidad de control y seguimiento. Sobre esa base, concluye que el emprendimiento residencial generará “afectaciones inadmisibles al ambiente” y que la acumulación de impactos negativos asociada “podría llevar al ecosistema costero a un punto crítico e irreversible”.
Otra de las conclusiones es que habrá “una pérdida patrimonial irreparable” porque “desaparecerá” un paisaje cultural único. En este punto, la UVPB considera el informe del caso presentado a la puesta de manifiesto por la organización Icomos Uruguay que, entre otros puntos, plantea la expropiación de los terrenos.
También recoge estudios sobre la biodiversidad que se vería afectada, particularmente en aspectos botánicos. “La descripción de las acciones de mitigación y preservación de la vegetación son insuficientes y algunas carecen de una correcta validación práctica. No se plantean medidas ni se analiza la biodiversidad de fauna terrestre y marina”, añade la UVPB.
Un Estado “incapaz”
El documento de los vecinos no soslaya la “experiencia acumulada” a raíz de otros grandes proyectos inmobiliarios desplegados en el Lomo de la Ballena en las últimas décadas. Destaca que ese “gran desarrollo” ha comprometido las visuales a ambos lados de la ruta panorámica y ha generado impactos ambientales y de tránsito, “ninguno de ellos con un plan concreto para ser resueltos”. También se ha restringido el derecho del público a acceder de forma directa desde la ruta panorámica a la franja costera (parte baja de las rocas) para disfrutar de diversas actividades, acota el texto.
Esa experiencia acumulada ha demostrado, asimismo, “la incapacidad del Estado nacional y, en especial, el departamental, de control y seguimiento sobre las afectaciones que surgen en obras de esta envergadura”. Para ejemplificar, el documento menciona “incontables denuncias” planteadas por los propios vecinos durante la construcción de complejos en la zona.
“Las Grutas ha sufrido inundaciones, rotura de calles por el tránsito pesado, ruidos durante día y noche, sin una respuesta razonable de las autoridades. Se actúa más sobre las denuncias de los afectados que por un efectivo control. Entendemos que el seguimiento y control de las afectaciones al ambiente deberían ser controladas y auditadas por un organismo independiente que asegure a la comunidad el cumplimiento de las promesas realizadas y, eventualmente, autorizadas”, subrayan los vecinos.
Como ejemplo, señalan la “pérdida de pequeñas playas de arena” que existían entre Casapueblo y el Club de Balleneros: “Durante la construcción de uno de los complejos de la zona se tiraron al mar toneladas de escombros producto de la excavación de la roca. Estos escombros son arrastrados en cada tormenta, llegando incluso hasta la playa de la Rinconada; no sólo desplazan las acumulaciones de arena, sino que afectan la fauna y flora del lugar”.
Según lo declarado en el informe ambiental del proyecto, se retirarán 77.000 metros cúbicos de rocas durante la etapa de excavación. Esto representa 7.700 camiones, entrando y saliendo de la zona, a los que se sumará la entrada de los materiales de construcción. “¿Qué organismos lo controlarán? ¿Dónde se dispondrán finalmente estos escombros?”, cuestiona la UVPB, contemplando un 10% del residuo que no sea cargado oportunamente en los camiones. “Potencialmente podrán ser volcados al mar aproximadamente 7.000 metros cúbicos de material”, aumentando el problema anterior.
En otro de los puntos, la UVPB enfatiza que el informe ambiental del complejo no presenta visuales desde la Ruta Panorámica hacia el este y el oeste, y solo menciona que la construcción no sobrepasará el metro de altura sobre la ruta. “Ha quedado demostrado, por las construcciones ya existentes, que implica una pérdida total de la vista al horizonte. ¿Acaso ha sido este el motivo por el que no se presentan estas visuales?”, se preguntan los vecinos.
En suma, entienden que “la zona en cuestión debe ser declarada área protegida, con gestión adecuada” para la conservación de la diversidad biológica, calidad del ambiente y conservación del paisaje. “La Punta Ballena es uno de los paisajes simbólicos e icónicos de Maldonado, como es el perfil del Cerro de Montevideo para la capital, o la Meseta de Artigas para Paysandú, o el Cerro Batoví para Tacuarembó, o la Piedra Alta en Florida, o las Grutas del Palacio para Flores, o el Cerro Arequita para Lavalleja, o el Cerro Largo, ¿quién pretendería modificar sus estructuras, llenándolas de edificaciones?”, cuestionan.