Policías de la seccional decimotercera patrullaban la zona de José Ignacio en la noche del 23 de enero cuando, sobre las 23.30, les llamó la atención un auto Hyundai que circulaba por Camino Sainz Martínez “en actitud sospechosa”.
Los efectivos detuvieron al auto de color gris, matriculado en Lavalleja, e identificaron a sus ocupantes: dos hombres de 21 y 20 años de edad, carentes de antecedentes penales.
Al inspeccionar el interior del vehículo, encontraron un bolso de mano con una balanza de precisión, seis envoltorios negros con cocaína -dos de ellos en forma de piedra-, 650 pesos uruguayos, celulares y una libreta de anotaciones.
Los jóvenes fueron derivados a la seccional y al día siguiente funcionarios de la Brigada Antidrogas inspeccionaron la casa de uno de ellos, ubicada en el barrio La Candelaria de la capital departamental. Allí sólo encontraron una lata con restos de cocaína.
Finalmente, los hombres de iniciales JPLS y FBLM comparecieron ante la Justicia y resultaron condenados como autores de un delito de “suministro de sustancias estupefacientes prohibidas” a la pena de dos años de penitenciaría.
Otras bocas móviles
En lo que va del verano, otros vendedores de drogas en “bocas móviles” han sido detenidos en balnearios de Maldonado; en un caso producto de investigaciones y en otro por casualidad, como en este de José Ignacio.
La operación Katiuzka fue trabajada por la Brigada Antidrogas de Maldonado desde principios de enero, tras recibir información sobre un auto desde el que se despachaban drogas en la península de Punta del Este.
Los datos conseguidos permitieron detener al vehículo el 4 de enero en la rambla Artigas y calle Gaviotas, mientras sus ocupantes operaban con marihuana, pastillas y cristales de éxtasis.
En este caso los indagados fueron una uruguaya de 36 años y un paraguayo de 37, a quienes se les incautó dinero y un celular, entre otros efectos. Ella cumple arresto domiciliario por 120 días como medida cautelar, mientras que él fue condenado a dos años de prisión.
Por otro lado, el 9 de enero un hombre de 23 años fue detenido en la playa Mansa a bordo de un Chevrolet Celta rojo desde el que vendía LSD. Resultó ser un estudiante de la Escuela Naval del Ministerio de Defensa, a quien le incautaron 39 sellos de este alucinógeno, un celular y 2.000 pesos uruguayos.
En este caso, fue imputado como autor de un delito de negociación de sustancias estupefacientes prohibidas y cumple una medida cautelar de arresto domiciliario total, con tobillera electrónica, por el plazo de tres meses. También debió afrontar las sanciones de la unidad naval donde estudiaba.