A raíz de la recuperación del Centro Comunal de Barrio Hipódromo en Maldonado, la Intendencia de Maldonado y el municipio fernandino acondicionaron en 2022 una cocina con equipos profesionales y habilitación para crear una planta de elaboración donde pequeños emprendedores gastronómicos puedan tener un espacio para producir.

El municipio trabaja en conjunto con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) y el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) para que distintos proyectos gastronómicos reciban, además de horas para producir sus alimentos en un espacio con maquinaria profesional y correcta habilitación, cursos e información para presentarse a programas de apoyo y subsidios y transformar sus proyectos en negocios con sustento económico.

“La idea era que los emprendimientos pudieran crecer con herramientas vinculadas a una gestión de negocio. En ese escenario, Inefop entra en el día uno como socio para poder ofrecer talleres de capacitación”, explicó a la diaria Ana Surroca, encargada de la unidad social del Municipio de Maldonado.

El primer ciclo comenzó con un reglamento aprobado por el consejo del municipio, que establecía que los emprendedores podían usar el espacio durante un año con opción a seis meses más. La idea era que en ese tiempo el emprendedor pudiera no sólo mejorar su producción, sino el mercado en el que puede ingresar: tramitar la habilitación bromatológica, adquirir herramientas contables, de marketing, de negocios; una serie de cosas para que lo que es un emprendimiento a una escala de hogar se transforme en un proyecto de vida si así el emprendedor lo desea”, detalló la funcionaria.

La pandemia como oportunidad

Todo comenzó en la pandemia con la creación del Mercado Central por iniciativa del municipio. Se trata de una feria, los segundos domingos de cada mes, instalada en la plaza de San Fernando de Maldonado para comercializar los productos de pequeños emprendedores.

“A raíz de esta experiencia surge la necesidad de los emprendedores de tener un espacio habilitado para la elaboración de sus productos. Entonces el municipio comienza a ver la posibilidad de armar la planta de elaboración”, detalló Surroca.

Así, en agosto de 2022 se inaugura la cocina y se hace una convocatoria para que los primeros emprendedores puedan elaborar sus productos. La mayoría ya era parte de Mercado Central; esto “cerraba un ciclo”, según indicó Surroca, ya que tenían su espacio de venta y ahora también su espacio de producción.

Por otro lado, en el Centro Social y Deportivo de Balneario Buenos Aires, dependiente del Municipio de San Carlos, se inauguró hace un año una planta de elaboración que funciona de manera similar que la del barrio Hipódromo. Además de ser planta de elaboración, allí se ofrecen cursos y talleres de repostería y panificados, entre otros.

Dos emprendedoras cocinan allí: una elabora galletas de avena y otra mermelada de frutillas y pétalos de rosas, con asistencia en el etiquetado profesional de los productos.

La responsable del área social del Municipio de San Carlos, Dina Lazo, adelantó a la diaria que el 18 de octubre abrirá la convocatoria para nuevos emprendedores.

Los espacios trabajan también en conjunto con el programa Impulsa del Ministerio de Industria, Energía y Minería, que da la posibilidad de subsidiar el registro bromatológico de los productos, “que es un costo bastante caro para el emprendedor”. Muchos lograron subsidiar el 80% de ese costo, según indicaron las funcionarias.

Este registro es fundamental, ya que otorga a los emprendedores la posibilidad de comercializar sus productos en cadenas de supermercados, además de cuidar la calidad de los mismos.

Así, en un año los emprendedores pueden aumentar su productividad, focalizar el mercado, tener una contabilidad clara y crear un plan de negocios para salir al menos con uno de sus productos con registro bromatológico.

Espacios socioproductivos

Algunos de los proyectos que ya pasaron por las cocinas comunitarias producen mermeladas, panes, galletitas, granola y pizzas.

“La primera experiencia fue muy buena y ahora estamos transitando el segundo colectivo emprendedor con 11 proyectos, ajustando los nuevos intereses que van surgiendo, siempre con la consigna clara de que el municipio puede tener un rol muy articulador en su gestión e invitar a otras instituciones que colaboren en el proceso de cada emprendedor”, expuso Surroca.

Se generan convocatorias anuales, a medida que se van liberando cupos, a través del sitio web del municipio y otros canales de comunicación. Tanto el uso de la cocina como las capacitaciones son gratuitos. La cocina está equipada con hornos, amasadoras, sobadora y máquinas específicas, y cada emprendedor tiene su día y hora de trabajo fijo en la cocina que comparte con otro emprendedor, lo que también les da la posibilidad de crecer e intercambiar con sus pares.

“Es una experiencia que se fortalece por la articulación con los otros programas”, detalló Surroca. “Es un espacio socioproductivo porque se generan situaciones sociales con los emprendedores todo el tiempo y nosotros estamos también encargados de considerar eso, escucharlos y apoyarlos para que alcancen sus objetivos”, agregó.