La víctima era una quinceañera en 2010, cuando cinco varones la drogaron y violaron en casa de uno de ellos en Punta del Este, antes de una fiesta privada. Diez años después de aquella noche, ya viviendo en Montevideo, decidió radicar una denuncia penal. El expediente fue derivado a Maldonado, jurisdicción donde se produjo el hecho denunciado, pero se cerró en 2022 porque el delito había prescrito para los agresores que al momento de cometerlo eran menores edad, explicaron a este medio allegadas a la joven. No obstante, remarcaron que la prescripción a los diez años no aplica para los mayores de edad y que, por lo menos uno de los varones, tenía 18 años en 2010.

La joven se recibió de trabajadora social, ejercía en un refugio conveniado con el Mides en Montevideo, desde donde viajaba algunos días a Maldonado para cursar la maestría de Políticas Públicas en la sede fernandina del Centro Universitario Regional Este (CURE) y ver a su familia. Fue en el centro de estudios que confió a varias compañeras lo que le había pasado y su necesidad de que se hiciera justicia. Las tres mujeres que contaron esto pidieron la reserva de sus nombres; envueltas en un sentimiento de culpa y en la percepción de que los familiares de la joven son las personas más idóneas para hablar.

Según supo la diaria a instancias de la Defensoría de Oficio se presentó un escrito para que otro fiscal revisara expediente en el juzgado de violencia especializada en género y delitos sexuales ubicado en San Carlos. Este medio no pudo determinar, por el momento, si la revisión se realizó o no.

Hace tres meses, la víctima comenzó a consultar a conocidos, amigos y organizaciones feministas en busca de asesoramiento legal. “A principios de agosto me dijo que quería reabrir el caso, que había hecho muchos años de terapia, pero que necesitaba algún tipo de justicia para estar en paz y me pidió ayuda. Por lo menos, para conseguir una condena social para los agresores”, declaró una compañera de la maestría, que la ayudó a buscar contactos.

Así llegaron a un abogado de Maldonado, con enfoque en derechos humanos, que tuvo una reunión por Zoom con la joven y llegó a recibir por correo electrónico documentos judiciales con miras a estudiar posibles caminos para hacer justicia. No obstante, el profesional aseguró a la diaria que nunca llegó a tomar su defensa, porque la joven no volvió a comunicarse con él.

Compañeros y colectivos feministas movilizados

Las personas consultadas no saben qué pasó desde entonces. La joven se suicidó el viernes, tras varios días de ir a un centro de salud en busca de ayuda por sus “ideas de muerte”.

Llenas de dolor, impotencia y rabia, algunas personas y colectivos feministas comenzaron a difundir la historia en las redes sociales, con escraches a los jóvenes que las violaron. Otros preparan una movilización en reclamo de justicia. También prevén organizar encuentros con expertos en violencia sexual, suicidio y protocolos de contención, y una actividad en memoria de la joven, que tendrá lugar en CURE en fecha a confirmar.

Exigen justicia, por lo menos sobre los agresores para quienes el delito no prescribió, y cuestionan las fallas institucionales que llevaron a este desenlace. Aunque por su trabajo social están “acostumbrados” a advertir señales entre personas vulnerables, en crisis y con intentos de autoeliminación, estas compañeras no advirtieron que la joven tenía ideas de muerte.

“Parecía muy desfachatada, siempre de buen humor y cuando me contó lo que le había pasado la cuidaba como a una hija. Le preguntaba si estaba tomando medicación, si estaba con terapia, y me decía que sí. Pero sé qué pasaba con ella mientras estaba en Montevideo, siento que no hicimos lo suficiente, que todo el sistema falló”, dijo una de ellas.

Todos sabían

“Le hicieron esto cuando tenía 14 años, hoy a sus 30 años seguía luchando para que tener justicia, para que estos soretes que van a ver en las fotos reciban por lo menos alguna consecuencia por arruinarle la vida”, escribió @feminismo.uruguay en Instagram, este martes. “Ellos siguieron con su vida como si nada, los que estaban allí también siguieron su vida como si nada. Ella intentó hacerlo, pero claramente no pudo”, agregó.

“TODOS SABÍAN. El estado, los testigos y nadie hizo nada!!!!!! Y ya es demasiado tarde, pero le debemos por lo menos que estos 5 abusadores tengan justicia social”, continúa el posteo.

En otra placa, Feminismo Uruguay reproduce algo que la víctima escribió en 2022, en su necesidad de exponer a sus agresores y encontrar justicia. “Violación en manada, eso fue lo que viví a los 15 años en Maldonado. En mi adolescencia no supe poner en palabras lo que me había sucedido, no quise identificar lo que me había pasado. Pero hoy, sí. Hoy tengo el coraje de decirlo, a pesar de que esto me desgarra por dentro”, se lee en blanco sobre negro.

Siguió contando: “Hace doce años fui invitada por AP, un amigo y compañero de inglés en el Instituto New England, a la casa de otro amigo, JDL, ubicada en Parquemar R en la avenida Roosevelt de Punta del Este. Cuando llegué estaban PM, KP, AA y JDL. Cuatro de ellos creo que tendrían 17 o 18 años. Todos, menos AP, eran alumnos del Colegio Maldonado”.

“Al llegar me ofrecieron alcohol, lo cual me shockeó. Lo siguiente que recuerdo es entrar al baño, sentirme mareada y un poco fuera de control de mi propio cuerpo. En ese momento entra uno de ellos, yo me desvanezco. Lo siguiente que recuerdo es estar tirada y desnuda en un baño. Que ellos me manipularan a su gusto, cual muñeco. No solo fui violada, sino que fui filmada y fotografiada sin mi consentimiento”.

Y siguió: “Como si fuera poco, este contenido se difundió. Como si fuera poco, fui acosada durante años, las malas lenguas decían que había sido, literalmente, ‘cogida entre cinco’. Yo fui violada por cinco hombres estando inconsciente. Esa noche no sólo fui violada, fui ultrajada, me arrebataron mi inocencia, me cosificaron y me expusieron como si fuese un trofeo”.

Después explicó la etapa judicial en que se encontraba: “Estos agresores, que cometieron un delito, es muy probable que no sean imputados a nivel penal porque las leyes que regían en 2010 no son las mismas que las de hoy. Hace 12 años, la sociedad era aun más machista, y si te emborrachabas o te emborrachaban, éramos y aún somos propensas a ser violadas. Mi caso es uno en un millón y es necesario que esto sea visibilizado por la sociedad”.

“Se fue una joven por culpa de este Estado cómplice, de sus abusadores y de todos los testigos que hubo esa noche y que no hicieron nada”, concluye la publicación.