Cuando el basurero municipal de Piriápolis comenzó a arder, en la madrugada del 23 de enero, el jefe de Bomberos a cargo del operativo sabía que les esperaba una tarea constante de varios días. “Tres o cuatro más”, dijo Nerio da Motta a la diaria cuando ya llevaban dos. Pero el muladar sigue prendido, tras nueve días de esfuerzo.

Lo primero que hicieron los bomberos fue controlar las llamas para evitar que alcanzaran los montes y el Castillo de Piria, ubicado a 300 metros. Luego se abocaron a apagar focos que parecían inextinguibles, porque dentro de las pilas de materiales combustibles explotaban los gases de la basura en descomposición. En eso continúan este jueves 1°, expuestos a una humareda tóxica que se ha extendido cinco kilómetros a la redonda.

El humo llegó primero a los barrios Pueblo Obrero (ubicado a un kilómetro y medio del acceso al basural) y La Cascada, en los accesos a Piriápolis. Pronto los vecinos empezaron a acusar problemas respiratorios, tos y picazón en ojos y garganta; además, en plena ola de calor, mantienen cerradas las puertas y ventanas para que las nocivas partículas no se cuelen dentro de las casas.

Por si fuera poco, la concentración de humo dificulta la visibilidad en las vías de tránsito. El fenómeno se intensificaba en horas de la mañana: al entrar en contacto con la humedad ambiente se transforma en una niebla grisácea que se asienta sobre las viviendas, mientras que la fauna nativa -alguna en peligro de extinción- es atropellada en su huida hacia lugares más seguros.

La humareda ya alcanzó también los barrios La Falda y Los Ángeles, y a los balnearios Playa Grande, Playa Hermosa y Playa Verde. Dentro de todo, también preocupa el impacto en las visitas que llegaron al Castillo de Piria. La residencia particular del fundador del balneario, que es monumento histórico nacional, recibe turistas todo el año, pero más en estos meses de verano. El humo y los olores generados por la quema del basural molestan a los visitantes, entre ellos turistas de todas partes, que optan por retirarse.

Medidas urgentes y acceso a la información

Los hechos de marras fueron relatados por 90 vecinos y vecinas que integran la Red Ambiental de Piriápolis y Alrededores (APA), en una carta que dirigieron a las autoridades del Ministerio de Ambiente, la Intendencia de Maldonado, el Municipio de Piriápolis y la Junta Departamental, en busca de soluciones. “Estamos muy preocupados con esta realidad y reclamamos medidas inmediatas”, enfatizó la organización en el documento, al que accedió la diaria.

Los vecinos no soslayaron la existencia de un alto riesgo de incendios debido a la ola de calor en curso, lo cual podría agravar el problema en el basurero municipal y su entorno. Esta situación de riesgo sanitario y ambiental -enfatizó la red- hace necesario que se adopten “medidas claras y urgentes”.

El texto remarca que alrededor del basurero existen unas 13 hectáreas “importantes” de bosques nativos, según mapas de la Dirección Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) consultados por los denunciantes. “La zona es parte de la Red Física de Sitios de interés del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)”, subrayaron, al adjuntar las imágenes aéreas del lugar.

Además, en los mapas oficiales se observa que por la zona del basurero corren las nacientes del arroyo Zanja Honda y del arroyo La Cascada. “Toda esta contaminación ambiental llega directamente a estos cursos de agua continental y a través de ellos a la playa”, advirtieron. Por otra parte, denunciaron “las quemas sin control, en toda época del año, por parte de un chatarrero” que está ubicado sobre la ruta 37, a 160 metros de la entrada al Castillo de Piria.

El jefe Da Motta supo desde el principio que el incendio había sido intencional. Estimó que fue responsabilidad de personas que ingresan durante la noche para buscar cables y quemarlos con el fin de extraer su cobre. Lo llamativo, en ese contexto, es que una empresa tercerizada se encarga de controlar el ingreso de personas al predio, los materiales que aportan y cómo se deposita la basura. Evidentemente, algo falló.

Por eso la Red APA apeló a la Ley de Derecho de Acceso a la Información Pública. Solicitó datos sobre el estado actual del basurero (porcentaje quemado, investigación sobre implicados, detalle de personal a cargo, cantidad de materiales que se depositan, detalle de su gestión).

También consultó si existe un protocolo de actuación en estos casos de incendio y cuál es el presupuesto asignado a la empresa tercerizada que se encarga de controlar a las personas que ingresan al basural. Los vecinos quieren saber si quedó registrado su acceso al predio cuando comenzó el incendio y cuántos funcionarios se encontraban en el momento para vigilar.

Un plan de control y campaña educativa

Por otra parte, la Red APA solicitó “apoyo” a nivel departamental y municipal para realizar un plan de control que evite estos episodios. Entre otros puntos, sugirió instalar cámaras de videovigilancia para observar el ingreso de personas, vehículos y materiales; la instalación de extintores, y “más control” sobre la basura depositada.

“Como estrategia para la solución de fondo del problema”, el grupo puso énfasis en la promoción de un plan de educación ambiental en cuanto a la clasificación, reciclaje y valorización de los residuos durante todo el año. “Es de esperar que la educación ambiental en la temática genere que los vecinos, visitantes y turistas podamos sumarnos al trabajo de separar nuestros residuos de forma adecuada, generando menos residuos para el basural municipal”, estimó.

Otra de las recomendaciones es que el plan municipal incluya el tratamiento de los residuos en destino, tomando ejemplos de otros municipios que cuentan con maquinaria específica, y que se ejecuten “medidas concretas y sostenibles” con el tema de las podas y cortes de pasto. “Estas acciones podrán crear genuinos y sustentables puestos de trabajo para los habitantes de la comarca”, destacaron los vecinos.

Para la Red Ambiental, es “imprescindible” que el personal de recolección y limpieza sea capacitado para la separación adecuada y gestión de residuos. En su opinión, esto debería comprender a los funcionarios municipales, directores de áreas naturales y espacios públicos, y cooperativas contratadas.

Por último, el grupo de la red ya trabaja con esta temática y por eso necesita el apoyo de las autoridades municipales y departamentales para “hacer más visibles las alternativas sustentables de gestión de los residuos”. Tales acciones -recordaron- entran en el marco del plan del Ministerio de Ambiente para cerrar los vertederos a cielo abierto del país hacia 2025.

Cómo impacta la quema de basurales en la salud humana

Citando algunos estudios e investigaciones, la Red APA recordó que la basura contiene normalmente plásticos, papel tratado químicamente y otros materiales sintéticos.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, al quemarse emiten otros químicos tóxicos como dioxinas, furanos, hexaclorobenceno, plomo y mercurio, que son transportados en micropartículas dañinas para el ambiente y la salud humana.

Es así que el humo producto de la quema de basurales -que puede permanecer en la atmósfera durante meses- puede ocasionar goteo nasal y dificultad para respirar, además de empeorar las enfermedades cardíacas y respiratorias sobre las personas expuestas.

Dolor en el pecho, palpitaciones, falta de aire, fatiga, ataques de asma, bronquitis aguda y reacciones alérgicas son síntomas que sufren las personas más vulnerables (niños, ancianos y embarazadas) por la exposición prolongada a los gases tóxicos, remarca el resumen de la Red.