El domingo 24 de marzo sobre las 17.00, los vecinos de La Juanita y José Ignacio se reunieron en la playa para manifestarse en contra del proyecto que obtuvo una excepción para construir un hotel de campo sobre las dunas. Los vecinos pusieron en común la propuesta que enviarán a la Junta Departamental, en la que exponen los argumentos para frenar el desarrollo.
El proyecto, que en enero consiguió una excepción por parte de la Junta Departamental y del intendente Enrique Antía, se define como una construcción de 3.300 metros cuadrados a lo largo de 150 metros de duna, directo sobre la playa, lo que los vecinos califican como “un disparate legal y ambiental”.
La Red Unión de la Costa y la Liga de Fomento de José Ignacio también se expidieron en contra del proyecto. Comentaron, entre otras cosas, que los instrumentos correspondientes a la categoría hotel de campo deben ser usados en predios con producción rural “característica inexistente en este sitio”. Además afirmaron que el desarrollador compró los padrones costeros sabiendo que allí no se podía edificar, ya que estaban catalogados como rurales naturales.
La primera manifestación fue en enero y, según indicaron los vecinos, fue una reacción ante la sorpresa. Unas 50 personas se reunieron en la playa para intercambiar percepciones e ideas. “La segunda manifestación fue en febrero y en esa ocasión quisimos compartir todo lo que este proyecto hotelero iba a generar en daño al medioambiente. Y esta tercera manifestación está destinada a poner de manifiesto la dimensión ético-moral de este proyecto”, explicó a la diaria Isidoro Felcman, vocero de la agrupación. “Es un proyecto que los vecinos consideramos que no se debe hacer porque viola las normas y porque va a destruir el medioambiente”, agregó.
Junto a un representante legal y otras personas allegadas a la causa, se presentaron 27 recursos objetando la aprobación del proyecto, que aún espera resolución. “Las excepciones violan la Constitución, las leyes, los decretos y las ordenanzas vigentes” dijeron.
En una manifestación pacífica, llena de niños que remontaban cometas de colores, los vecinos agrupados pidieron que la Intendencia de Maldonado deje de hacer excepciones en lugares que están protegidos por la naturaleza. La mayor preocupación es el “daño irreversible” que este proyecto pueda causar en la zona. “Nosotros creemos en la propiedad privada y en el espíritu empresario, pero la codicia empresaria que destruye el medioambiente no la avalamos”, sentenció Felcman.