Al cabo de meses de preocupación por un inusitado crecimiento de plantas acuáticas, que durante el verano impidió la realización de actividades recreativas y económicas en la laguna Garzón, el Ministerio de Ambiente (MA) autorizó la remoción de arena para desagotar agua hacia el mar. La Intendencia de Rocha comenzó, en la mañana del miércoles 3, a abrir la boca de la laguna mecánicamente en el punto donde se realizaron anteriores aperturas. Las tareas son monitoreadas por personal del área protegida y los técnicos de las direcciones nacionales de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Dinabise) y Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea), informó la cartera.
El procedimiento “sigue las directrices elaboradas para un protocolo de apertura que establece, entre otros aspectos, las mejores condiciones meteorológicas para que sea efectiva”. Mientras una retroexcavadora de la Intendencia de Rocha trabaja en la remoción de arena, la Intendencia de Maldonado “está atenta a una posible intervención con una maquinaria de mayor porte”, en caso de que se generen obstrucciones por la descarga y acumulación de plantas acuáticas presentes en la laguna.
Una medida largamente esperada
Las agrupaciones vecinales y autoridades que integran la Comisión Asesora Específica (CAE) del Área Protegida Laguna Garzón fueron informadas previamente sobre las tareas. Desde hace meses, cuando la sequía comenzó a favorecer el crecimiento de plantas y la abundancia de nutrientes, vecinos de la zona reclamaban esta medida.
En febrero pasado, las autoridades del MA explicaron que debían esperar una suba en la cota de la laguna para concretar la apertura. Finalmente, las lluvias permitieron superar el nivel de 1,6 metros e iniciar el procedimiento para “garantizar el desagote de agua hacia el mar arrastrando las plantas y nutrientes de la laguna y el ingreso de agua salada”.
Un informe del Centro Universitario Regional Este, al que accedió la diaria, estableció que el crecimiento de Myriophyllum quitense Kunth, especie propia del agua dulce, es síntoma de un proceso de eutrofización “detectado en los últimos años” a partir “del monitoreo interinstitucional que se realiza desde 2019, con frecuencia estacional”.
Como consecuencia de la sequía extraordinaria registrada este año, la laguna presentó “condiciones ambientales de elevada transparencia y baja salinidad que, combinadas con la alta disponibilidad de nutrientes, dieron lugar a un crecimiento masivo que no registra antecedentes en el sistema”.
La apertura natural de la barra arenosa en lagunas que se conectan en forma periódica con el mar constituye un mecanismo de “autolimpieza” que permite que estas descarguen agua dulce y sedimentos, con mayores valores de nutrientes, y posteriormente ingrese agua marina con valores menores de nutrientes y elevada salinidad.