“Todo se digita desde Maldonado, hay un centralismo tremendo. Las decisiones importantes se toman sin considerar las necesidades locales y el alcalde de Pan de Azúcar, Alejandro Echavarría, no se opone a las imposiciones” del intendente Enrique Antía, dijo a la diaria el edil Juan Urdangaray, del Frente Amplio.

Como ejemplo, mencionó “la construcción de un camino asfaltado” que une la Ruta 60 con la planta de agua Nativa en un tramo de 8 kilómetros. “Es una obra millonaria que beneficia a unos pocos: a Nativa, algunas estancias y un emprendimiento turístico muy aislado”, consideró. Según le dijo el alcalde, el proyecto fue una decisión del intendente.

La obra consistió en trabajos de pavimentación, ciclovía y acceso al Mirador Las Ánimas, con una inversión de 1.780.000 dólares, y fue inaugurada a principios de marzo pasado con un fuerte despliegue mediático. Entonces el intendente la defendió como “necesaria” porque la zona forma parte de un circuito turístico, donde además circulan camiones de la planta de agua Nativa y de una cartera cercana.

Sin embargo, Urdangaray cuestionó que, en la ciudad de Pan de Azúcar, a diez kilómetros de las obras impulsadas por Antía, “hay calles intransitables, en situaciones se vuelven insostenibles en los días de lluvia”. Desde su punto de vista, “esa es la diferencia entre las prioridades locales y las obras decididas desde el centralismo de Maldonado”.

Inseguridad vial y transporte colectivo

La necesidad de atender la inseguridad vial en el municipio, es otro punto que subsiste, aunque la IDM aportó móviles y equipos. “No hay respuesta a las demandas vecinales, a quienes están en el territorio y conocen lo que pasa”, indicó, para mencionar el caso de una mujer que perdió a su hijo en un siniestro vial y que recogió más de 600 firmas para que se interviniera la zona céntrica donde ocurrió el hecho.

“El expediente que se generó ahora está encajonado, está archivado. Sin una orden directa desde Maldonado, las intervenciones necesarias no se realizan”, apuntó.

A su vez, criticó la gestión del transporte público, correspondiente a la Dirección General de Tránsito y Transporte de la IDM, por la falta de frecuencias y conectividad y por el mal estado de unidades, que afecta a los usuarios, especialmente a estudiantes y trabajadores de la zona. Aunque autoridades locales se comprometieron a buscar una reunión con las empresas, esto nunca se concretó, dijo.

Pan de Azúcar excluido del millonario fideicomiso de OSE

El centralismo también impide resolver los problemas ambientales que se dan a nivel municipal, marcó el edil. En este caso, recordó que la ciudad quedó fuera del paquete de obras del fideicomiso de 55 millones de dólares que administrará la Unidad de Gestión Desconcentrada de OSE.

“En Pan de Azúcar hay barrios enteros sin conexión al saneamiento y donde existen han quedado obsoletas o son parciales. Es insostenible la situación”, lamentó, para recordar que la carga de barométricas afecta el funcionamiento de la planta de tratamiento cercana a la ciudad.

Entonces relató que la planta “no da abasto en verano” y que los líquidos no tratados “terminan en el arroyo Pan de Azúcar, principal afluente de la Laguna del Sauce, y contaminan el arroyo Tarariras”, además de que los habitantes cercanos a la planta “sufren olores insoportables”. Aunque presentó notas al directorio de OSE y al municipio local, para que se tenga en cuenta esa urgencia, ninguna autoridad atendió el planteo.

Para Urdangaray, la raíz del problema es la falta de voluntad política del alcalde Echavarría, pero más al centralismo del gobierno departamental encabezado por Antía. “El intendente es quien decide qué recursos aporta a los municipios, a quién le da y para qué. Estamos ante un gobierno totalmente centralista, que no escucha absolutamente a nadie”, enfatizó.