El intendente de Maldonado, Enrique Antía, sorprendió este lunes a una decena de activistas que se plantaron en el acceso al predio público del humedal del arroyo Maldonado, donde se ubicará la polémica pista de picadas de vehículos.

El grupo frenaba el paso de los camiones con relleno para las piletas de oxidación sobre las que irá el circuito, como acordaron en la reunión que se realizó el domingo en la desembocadura del arroyo, cuando vieron llegar al intendente y al director general de Gestión Ambiental, Jorge Píriz.

Los jerarcas llegaron acompañados por un camarógrafo y un periodista del área de Comunicaciones de la Intendencia de Maldonado (IDM). Allí tuvieron un intercambio con los manifestantes, que se cerró cuando el jefe departamental les exigió que dejaran pasar a los camiones, bajo amenaza de llamar a la Policía, según revelan los audios registrados por los manifestantes, a los que accedió la diaria.

Pasado el mediodía, Comunicaciones divulgó declaraciones del intendente con su versión de los hechos. “Fui a explicarles que eso no es un humedal”, dijo el jerarca al periodista que llevó al lugar. Después hizo un racconto histórico del predio, que alguna vez fue basural y luego depósito de aguas servidas para las barométricas.

“En agosto de 2016 cerramos la descarga de las barométricas para proteger, sin duda, el humedal”, agregó, para insistir en que “eso no es un humedal”. “Me hubiera gustado que los vecinos que hoy fueron a protestar se hubieran movilizado cuando las materias de los asentamientos Kennedy y de El Placer iban al humedal”, concluyó.

La versión de los ambientalistas

Varios manifestantes dijeron a la diaria que Antía aseguró que cuenta con el Ministerio de Ambiente (MA) para rellenar las piletas, y evitó mencionar si la cartera autorizó el proyecto de la pista de picadas.

“Si realmente el MA autorizó el relleno, es porque las autoridades nacionales no saben qué materiales se están volcando. Ni Antía ni Píriz pueden sostener que hay una clasificación y que sólo utilizan escombros y material fino”, indicó Pablo Pereira, uno de los ambientalistas.

“Hay basura domiciliaria de todo tipo, como colchones, neumáticos, hierro y mucho plástico”, que en parte era visible en los camiones. Para reafirmarlo, invitaron a los jerarcas a recorrer la zona, pero éstos se negaron con el argumento de que “ya la conocen”, dijo Lucía Navátril, otra de las manifestantes que participó en el intercambio.

Los activistas insistieron en que “eso sí es un humedal, que durante años fue afectado, y que lo que pasó antes no justifica que el daño continúe con materiales contaminantes”. Insistieron en que la normativa obliga a la IDM a proteger esa zona.

Añadieron que al hacerle notar a Antía el impacto acústico de las picadas, éste comentó que habrá una barrera de árboles -mencionó especies exóticas- para evitar el ruido, y sostuvo que “hay mucho espacio para que los pájaros vayan a otra parte el día que se realizan las competencias”.

Según los manifestantes, el jerarca remarcó que la pista irá en ese lugar, “que está abandonado”, y que se va a concretar porque tiene “un compromiso” con los jóvenes de MaldoStunt que hasta ahora tuvieron un espacio en la antigua pista de El Jagüel.

“Más allá de todas las explicaciones, acá hay un factor determinante: leyes y decretos departamentales que obligan a proteger el área. No existe argumento que justifique estas intervenciones en función de lo que pasó hace décadas”, concluyó Navátril.

El intercambio con el intendente finalizó cuando el jerarca exigió que se retiraran bajo amenaza de llamar a la policía. Los ambientalistas accedieron para evitar enfrentamientos, ya que su intención fue realizar una protesta pacífica.