Las autoridades chinas llamaron a la población a abastecerse de reservas de comida y productos de primera necesidad ante los rebrotes de covid-19 detectados en el país que perturban las comunicaciones. A esto se suman las inusuales lluvias que afectaron varias zonas del país, lo cual dañó algunas cosechas, por lo que se generó un aumento de los precios de las verduras, una situación que generó preocupación por la eventual escasez de suministros.
Según consignó la agencia de noticias AFP, un aviso publicado en la página web del Ministerio de Comercio en la noche del lunes invitó a “los hogares a almacenar cierta cantidad de productos de primera necesidad para hacer frente a las necesidades cotidianas y a casos de urgencia”. El mensaje no especificaba el motivo concreto de este comunicado ni si el país está amenazado por escasez alimentaria. En el momento más complejo de la pandemia de coronavirus en el país asiático, a comienzos del año pasado, las cadenas de suministro se vieron perturbadas por la aplicación de estrictas cuarentenas en numerosas partes del país y el bloqueo de muchas carreteras.
En el documento difundido, el ministerio llamó además a las autoridades locales a facilitar la producción agrícola y las cadenas de suministro, a vigilar las reservas de carne y verduras y también a mantener los precios estables.
Mientras se acerca la fecha de inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se van a realizar en febrero en Pekín, el gobierno de Xi Jinping quiere evitar por todos los medios una expansión de la epidemia y adoptó medidas radicales tras la aparición de brotes esporádicos en el norte del país. Hace algo más de una semana al menos seis millones de personas fueron confinadas, especialmente en la ciudad de Lanzhou, capital de la provincia de Gansu, ubicada a 1.700 kilómetros al oeste de la capital.
De todas maneras, el número de casos de acuerdo a las cifras oficiales es muy bajo comparado con otros países: 71 nuevas infecciones fueron reportadas este martes y 92 el lunes, el número más alto desde mediados de setiembre.
Pero la nación asiática está decidida a no abandonar a mediano plazo su política de tolerancia cero frente a los casos locales de covid-19, según algunos expertos, ya que esta política le permitió al país controlar de manera muy rápida los brotes. Para evitar que los casos locales se conviertan en brotes más amplios y se extiendan por otras zonas del país, el gobierno chino viene desarrollando y mejorando desde el comienzo de la pandemia una serie de medidas para evitar la propagación de la covid-19, incluyendo test masivos, cierres selectivos y restricciones a los viajes, incluso cuando esas medidas contra el virus causaron pérdidas en las economías locales.
“Esta política permanecerá durante mucho tiempo”, dijo a los medios de comunicación estatales Zhong Nanshan, un experto en enfermedades respiratorias que ayudó a formular la estrategia china contra el nuevo coronavirus a principios de 2020, poco después de que se detectaran los primeros casos en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en el centro del país.
“El tiempo que durará depende de la situación de control del virus en todo el mundo”, agregó Zhong. En un brote importante ocurrido entre julio y agosto China contabilizó un total de más de 1.200 infecciones sintomáticas locales. En el último brote, focalizado principalmente en el norte del país, se registraron 538 casos entre el 17 de octubre y el 1º de noviembre.