El alcalde de Estambul, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, fue condenado a dos años y siete meses de cárcel e inhabilitación política por haber dicho, hace tres años, que “son estúpidos quienes anularon las elecciones de marzo” de 2019. De acuerdo con Imamoglu, se refería al partido de gobierno, el AKP, que impugnó los resultados. Pero, según los jueces que lo condenaron, el dirigente insultó al Consejo Supremo Electoral que dispuso la anulación, y cometió así el delito de “insultar a funcionarios”.

Para la oposición, se trata de una maniobra que busca evitar una posible candidatura de Imamoglu a la presidencia, con la que compita con el actual gobernante, Recep Tayyip Erdogan, en las elecciones de 2023. En respuesta, los principales líderes opositores de Turquía prometieron unirse en una coalición para “acabar con la tiranía”, según citó Europa Press. La oposición llamó a terminar con el “régimen represivo” de Erdogan y lo mismo hizo Imamoglu. Miles de personas salieron a las calles a protestar contra su condena el miércoles, cuando se conoció la sentencia -que todavía no está firme-, y le manifestaron su apoyo.

Según recordó la agencia Efe, Imamoglu fue electo con una escasa diferencia en marzo de 2019, pero, después de que se anulara el resultado y se repitieran las elecciones, tres meses más tarde, aumentó su ventaja de 13.000 a 800.000 votos, en una ciudad de 16 millones de habitantes. Fue así que Imamoglu terminó con 25 años de alcaldes del AKP en la capital turca.

Desde entonces, el nombre de Imamoglu, de 52 años, es uno de los que suenan como posibles candidatos a la presidencia.

“Estambul pertenece a 16 millones de estambulíes. ¿Hay algún estúpido que pueda frenarlos o encadenarlos? Mañana habrá aquí una muchedumbre aún mayor”, dijo Imamoglu ante la multitud que se reunió en las calles. “Estamos aquí por la justicia”, dijo el miércoles.

Al día siguiente, seis partidos opositores convocaron otra manifestación: el socialdemócrata CHP, el nacionalista IYI y cuatro organizaciones políticas minoritarias. De acuerdo con Efe, el líder del CHP, Kemal Kiliçdaroglu -otro posible candidato a la presidencia- regresó antes de tiempo de una visita a Alemania una vez que se conoció la sentencia, y la presidenta del IYI, Meral Aksener, participó en las movilizaciones en la plaza Saraçhane, frente a la alcaldía. “Ustedes harán lo necesario en las urnas. Castigaron a su alcalde con una farsa judicial. Romperán en pedazos esa sentencia. Hoy ustedes están juzgando a Imamoglu y lo están absolviendo”, dijo Aksener.

El propio Imamoglu, al dirigirse a los manifestantes, dijo que su país “se encuentra en una encrucijada”, y que “la oposición puede reemplazar a Erdogan mediante el sentido común y la idea de un futuro en común”.

Por su parte, la Unión Europea calificó esta sentencia judicial como “un gran revés” para la democracia en Turquía. Así lo dijo el portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano. En un comunicado, calificó la sentencia como “desproporcionada” y agregó que “confirma la falta sistémica de independencia del poder judicial y la presión política indebida sobre jueces y fiscales en Turquía”.