Sobre las seis de la mañana de Moscú, medianoche del miércoles en Uruguay, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció a través de un mensaje televisado el inicio de una “operación militar especial” en el Donbás. Horas después comenzaron los bombardeos sobre la capital ucraniana, Kiev, y la segunda ciudad del país, Jarkov. A primeras horas de la mañana en Uruguay, las víctimas ucranianas eran 40 militares y diez civiles, según dijo a la prensa internacional Oleksiy Arestovich, asesor del gobierno ucraniano.
El Ejército ruso anunció horas después de comenzar la invasión que junto a los separatistas prorrusos del este de Ucrania se están logrando avances territoriales frente al Ejército ucraniano. El general Igor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa ruso, dijo en declaraciones a la televisión nacional rusa, consignadas por AFP, que los rebeldes avanzaron tres kilómetros en la región de Donetsk y un kilómetro y medio en Lugansk, ambas regiones reconocidas como independientes por el Kremlin y que ahora están bajo una administración político-militar. Además, aseguró que los civiles no tienen “nada que temer” porque Rusia tiene únicamente objetivos militares.
Putin aseguró que su país “luchará por la desmilitarización y desnazificación de Ucrania y juzgará a aquellos que cometieron crímenes contra los ciudadanos pacíficos”. Sostuvo que el objetivo no es ocupar sino “proteger a las personas”, según recogió El País de Madrid y el portal estadounidense Axios. El jefe del Kremlin afirmó que “la expansión de la OTAN y el desarrollo militar del territorio de Ucrania por parte de la alianza es inaceptable para Rusia”.
Además, Putin amenazó a quienes quieran “intervenir desde el exterior: si lo hacen, enfrentarán consecuencias mayores que cualquiera que hayan enfrentado en su historia. Todas las decisiones relevantes han sido tomadas. Espero que me escuchen”, sentenció Putin.
Tras el anuncio, el presidente estadounidense, Joe Biden, describió la acción como una guerra “premeditada y escogida” que acarreará pérdida de vidas humanas y sufrimiento, y aseguró que está monitoreando la situación, según informó The New York Times.
Ucrania rompe relaciones con Rusia y países limítrofes piden protección de la OTAN
Desde el lado europeo comienzan a llegar las condenas a nivel político y los pedidos de activación de los protocolos de apoyo y seguridad para los países miembros de la OTAN. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció que su país rompió oficialmente relaciones diplomáticas con Rusia, y sigue vigente el estado de excepción decretado este miércoles que rige en casi todo el país.
Por otra parte, en la tarde de hoy habrá una reunión urgente de la OTAN para tratar el tema, y el ministro de Relaciones Exteriores de Eslovaquia, Ivan Korcok, adelantó que pedirán la activación del artículo 4 de la alianza que se aplica cuando alguno de los países se siente amenazado. “La situación lo exige”, declaró, y recordó que su país comparte una frontera de 97 kilómetros con Ucrania.
Además de Eslovaquia, los gobiernos de Polonia y de los países bálticos Letonia, Lituania y Estonia también apelaron al artículo 4 de la OTAN, además de que advirtieron sobre la “previsible” campaña de desinformación y ciberataques rusos que podrá comenzar sobre sus Estados.
Estado de emergencia en Ucrania
En este contexto el gobierno autorizó a los civiles ucranianos a armarse, y paralelamente el Ejecutivo les pidió a ciudadanos de su nacionalidad que viven en Rusia que salgan del país lo antes que puedan.
Según informó la BBC, se estima que aproximadamente cuatro millones de ucranianos viven en territorio ruso. Paralelamente, Zelenski firmó un decreto que autoriza a reclutar a personas de 18 a 60 años de edad en calidad de reservistas, cumpliendo un período máximo de un año. Del lado ruso, la cancillería ordenó la evacuación del personal diplomático residente en Ucrania.
Este miércoles entraron en vigencia las sanciones contra Rusia impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.
El paquete de sanciones europeo afecta a “los bancos que están financiando las operaciones militares y de otro tipo” en esos territorios y también involucran a nivel general “al comercio de las dos regiones separatistas hacia y desde la UE, para garantizar que los responsables sientan claramente las consecuencias económicas de sus acciones ilegales y agresivas”, según informaron la alemana Ursula von der Leyen y el belga Charles Michel, presidentes de la Comisión y el Consejo Europeos, respectivamente, en un comunicado conjunto.
Además, según informó el portal ruso Sputnik, el jefe de la diplomacia de la UE, el español Josep Borrell, escribió un polémico tuit que abordaba las sanciones. “No más compras en Milán, no más fiestas en Saint Tropez y no más diamantes en Amberes. Este es un primer paso: estemos unidos”, escribió el funcionario, quien poco después borró el mensaje ante las críticas de que esas sanciones sólo estaban dirigidas a las élites rusas que poseen un elevadísimo poder económico. Los dichos de Borrell fueron respondidos por la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zajarova.
En su cuenta de Telegram, la alta funcionaria del Kremlin expresó que le constaba que Borrell “no manejaba sus redes sociales y ni siquiera era consciente de lo que se escribía para él”.
“Puede pasar. Pero estas cosas no deben dejarse en manos de personal ignorante”, agregó. Zajarova además atacó a Borrell por su frivolidad al hacer mención a las sanciones que se aplicarían a los rusos más pudientes y le reprochó no haber realizado ninguna publicación en su nombre “apoyando a los padres de los niños asesinados” por el Ejército ucraniano en estos años en los territorios de Donetsk y Lugansk, ni tampoco “pidiendo al régimen de Kiev que frene a los nacionalistas”.
Por su parte, Joe Biden, anunció un bloqueo total al sector financiero ruso, así como a una lista de referentes del gobierno y a familias potentadas, además de incluir en la nómina de sancionados a Alexander Bortnikov, jefe del servicio de inteligencia. El martes Biden había expresado que el reconocimiento de las repúblicas del Donbás por parte del presidente Putin marcó el comienzo de la “invasión rusa a Ucrania”, y además calificó la acción adoptada por el Kremlin como una “flagrante violación del derecho internacional”.