El comandante en jefe del Ejército de Chile, Ricardo Martínez, renunció a su cargo un día antes de la convocatoria a declarar como inculpado en la investigación sobre corrupción conocida como “Milicogate” o “Fraude en el Ejército”. Junto a Martínez, fueron indagados en los últimos años más de medio centenar de militares por sospechas de que desviaron fondos públicos.

Al hacer pública su decisión, Martínez dijo que es inocente de los hechos por los cuales se lo investiga, que siempre actuó según las normas, y que renuncia por respeto a los demás militares. “Muy lejos en mí está, por el respeto a los miles de hombres y mujeres que sirven a Chile desde sus filas, causarles inconvenientes o que se vean de algún modo afectados por una situación que afecta a su comandante en jefe”, agregó Martínez.

“Pese a que debería contar con la presunción de inocencia, de la que goza todo ciudadano pero que en la práctica aplica para algunos y no para todos, comunico que he resuelto presentar al presidente de la República mi renuncia al cargo de comandante en jefe del Ejército”, anunció. Para entonces, la presidencia, encabezada por Sebastián Piñera, ya estaba al tanto de la dimisión.

Con su renuncia, Martínez dejaba atrás la posibilidad de que por primera vez un comandante en jefe del Ejército pudiera quedar detenido al ir a declarar ante la Justicia, que lo había citado para este jueves. Pero Martínez no asistió. Cuando ya habían pasado dos horas desde el comienzo previsto para la audiencia, su defensa presentó un recurso contra la decisión de la jueza Romy Rutherford, que había rechazado el pedido del militar de ser interrogado en su casa y en presencia de su abogado. El recurso pospuso el interrogatorio al menos hasta la semana que viene.

La renuncia de Martínez fue conocida días antes de que asuma un nuevo gobierno, encabezado por Gabriel Boric, el viernes 11. La futura ministra de Defensa, Maya Fernández, fue consultada al respecto por la prensa y afirmó: “Me imagino que tomó la decisión pensando en la institución, a propósito de la investigación que lleva adelante” la jueza Rutherford. “No supe previamente de esto, pero me imagino que él como comandante en jefe puso primero a la institución y por eso renunció. En ese sentido, corresponde”, agregó, según citó el diario El Mostrador.

En el cargo de Martínez quedará el general Javier Iturriaga, designado por Piñera.

Ante las críticas del exjerarca militar al Poder Judicial, este jueves el ministro de Defensa de Piñera, Baldo Prokurica, manifestó el “irrestricto apoyo del gobierno a la autonomía y funciones del Poder Judicial, contempladas en nuestra Constitución y en las leyes que nos rigen”. En un comunicado enumeró una serie de medidas que se han tomado para “mejorar la probidad, la transparencia y el control civil en las Fuerzas Armadas, con lo que se busca poner un cerco a la corrupción”.

El caso “Milicogate” fue revelado por el medio chileno The Clinic en 2015 y consiste en desvíos de fondos y emisión de facturas falsas. Por este caso fue procesado el anterior comandante en jefe, Humberto Oviedo, que estuvo en el cargo entre 2014 y 2018, recordó la agencia de noticias Efe. La Justicia le atribuye a Oviedo delitos de lavado de dinero, defraudación fiscal y mal uso de recursos para gastos. También fueron imputados otros dos exjefes del Ejército anteriores, Juan Miguel Fuente-Alba, que ejerció de 2010 a 2014, y Óscar Izurieta, de 2006 a 2010.

Algunas de las prácticas para desviar fondos consistían en compras falsas que iban desde armamento hasta pasajes. Por eso el segmento de la causa judicial por el que es investigado Martínez es llamado “Pasajes y fletes”.