El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo el miércoles en la televisión rusa que si se produjera una tercera guerra mundial, involucraría “armas nucleares” y “sería destructiva”, informó la agencia de noticias rusa RIA. Lavrov dijo que Rusia, que lanzó lo que llama una “operación militar especial” contra Ucrania la semana pasada, enfrentaría un “peligro real” si Kiev adquiriera armas nucleares.

También este miércoles en declaraciones a la cadena de televisión catarí Al Jazeera, Lavrov dijo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sabe que la única alternativa a las sanciones que se impusieron contra Rusia es una tercera guerra mundial y que sería “una guerra nuclear devastadora”. Lavrov dijo que Biden “tiene experiencia y sabe que no hay alternativa a las sanciones sino la guerra mundial”, reportó el canal árabe en su cuenta de Twitter, según consigna Efe.

El ministro ruso dijo que su país estaba “listo” para enfrentar las sanciones económicas que llegaran desde Estados Unidos y la Unión Europea (UE) luego de que comenzara la invasión militar en Ucrania, pero que no esperaba que apuntaran a atletas, intelectuales, artistas y periodistas. De todas formas, señaló que “Rusia tiene muchos amigos y no puede ser aislada”, según Al Jazeera.

Lavrov aseguró que el gobierno ruso está a disposición para reunirse con los representantes ucranianos en Bielorrusia y avanzar en la negociación; sin embargo, acusó a gobierno ucraniano, liderado por Volodímir Zelenski, de dilatar estas conversaciones “por órdenes estadounidenses”. De hecho, Zelenski señaló en la mañana del miércoles que las negociaciones están en pausa, porque se le exige a Rusia que deje de bombardear zonas civiles para poder sentarse en la misma mesa a debatir.

Por su parte, Biden prometió, en su discurso anual en el Parlamento el martes por la noche, “salvar la democracia”, y dijo que Putin “no tiene ni idea de lo que viene”.

Avanza la ofensiva rusa

La guerra en Ucrania llega a su séptimo día y por el momento Moscú no ha logrado tomar Kiev, aunque su ejército avanza rodeando la ciudad también por el sur, cuando su presencia ya está marcada en el norte, con un convoy militar de cientos de vehículos que permanece allí sin movilizarse. Al mismo tiempo, se intensifica el bombardeo indiscriminado a objetivos civiles, derribando edificios gubernamentales, antenas de televisión, universidades, escuelas y hospitales.

El último movimiento del Ejército ruso fue en Jersón, un puerto cerca del Mar Negro; si terminan de tomar esa zona sería la primera ciudad grande en quedar bajo el control total de las fuerzas del presidente Vladimir Putin. Por un lado, Rusia afirma que tiene el control total de la ciudad, pero en los reportes del Ejército ucraniano se afirma que el gobierno municipal todavía estaba en su lugar. Por el momento no se ha verificado de forma independiente ninguna de las dos versiones, pero el alcalde de Jersón dijo que la ciudad estaba “esperando un milagro” para recolectar cuerpos y restablecer los servicios básicos tras los ataques rusos.

En la noche del martes al miércoles, las tropas rusas rodearon Mariúpol, una ciudad portuaria en el sureste, y durante este miércoles las batallas entre las fuerzas ucranianas y rusas por el control de la ciudad se mantuvieron, según afirmó el Ministerio del Interior ucraniano. “Las batallas por Mariúpol continúan. Las unidades de la Guardia Nacional de Ucrania junto con las Fuerzas Armadas de Ucrania mantienen la defensa de la ciudad”, se indica en un comunicado publicado en la cuenta oficial de Facebook del ministerio. Sin embargo, horas antes los separatistas prorrusos de Donetsk aseguraron que Mariúpol estaba bloqueada. El alcalde de la ciudad afirmó que más de 120 civiles estaban siendo tratados por heridas en hospitales.