Una encuesta encargada y difundida este miércoles por el portal Poder 360 mostró que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sigue estando primero en la preferencia de los votantes de cara a las elecciones del 2 de octubre con 44% de las adhesiones, en tanto que el actual mandatario Jair Bolsonaro, del Partido Liberal, lo sigue con 37% de los apoyos. Mucho más atrás, con 6% se sitúa Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista. En el escenario de una eventual segunda vuelta, que tendría lugar el 30 de octubre, Lula se impondría con claridad con 52% de los votos contra 38% de su oponente.
Según la ficha técnica del sondeo, los datos fueron recolectados del 14 al 16 de agosto mediante llamadas a teléfonos celulares y fijos. Se realizaron 3.500 entrevistas en 331 municipios de las 27 entidades federativas del país. El margen de error es de 2 puntos porcentuales.
Otra encuesta difundida el miércoles, hecha por la consultora Quaest y consignada por el portal Brasil de Fato, le da una ventaja aún más grande a Lula, con 45% de las intenciones de voto contra 33% de Bolsonaro. Pero una de las peculiaridades de este sondeo es que profundizó en varios cortes demográficos y mostró que, dentro del electorado evangelista, el actual presidente cuenta con 52% de las adhesiones contra 28% del petista.
Este tema, entre otros, fue abordado por Lula en una entrevista que concedió este miércoles a la radio Super de la ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. El líder del PT le restó importancia a la preocupación por el tema y afirmó que no pretende llevar adelante “una guerra santa en el país”.
“No soy candidato de una facción religiosa. Soy un candidato del pueblo brasileño”, dijo Lula, de acuerdo a lo que consignó el portal Metropoles. El exmandatario expresó que su idea es tratar a los creyentes de todas las religiones de la misma manera y que no fomenta la rivalidad entre los seguidores de distintas creencias.
El referente de la izquierda brasileña agregó que, a pesar de lo que muestran las encuestas, su campaña no hará ninguna acción específica para captar a este sector del electorado. “La religión es para nosotros cuidar nuestra fe, nuestra espiritualidad, no hacer política. No me preocupa dar un discurso a los evangélicos, a los católicos. No; quiero tener un discurso para la gente”, continuó Lula. “No quiero ser unánime. Ni siquiera Jesucristo logró la unanimidad”, agregó.
Cara a cara en Brasilia
El martes de noche, luego de que ambos celebraran los actos oficiales de lanzamiento de sus respectivas candidaturas, Lula estuvo por primera vez cara a cara con Bolsonaro en el acto en el que el ministro del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, asumió la presidencia del Tribunal Supremo Electoral. En el evento realizado en Brasilia participaron también otros exmandatarios: Dilma Rousseff, Michel Temer –quien la sucedió en 2016 luego de un golpe de Estado técnico– y también José Sarney, primer presidente brasileño luego de la reinstauración democrática, quien actualmente tiene 92 años.
El acto fue particularmente poco llevadero para Bolsonaro, un contumaz crítico del sistema electoral de su país, quien tuvo que permanecer impertérrito mientras De Moraes pronunciaba un encendido discurso en el que defendió el rol del organismo que ahora preside y la transparencia que siempre tuvo. Además, el jurista apuntó directamente contra el mandatario cuando se refirió al combate a la difusión de noticias falsas, arma con la que Bolsonaro contó para imponerse en las elecciones de 2018.
“La intervención de la Justicia Electoral será pronta, firme e implacable a fin de frenar las prácticas abusivas o la difusión de noticias falsas y fraudulentas, especialmente aquellos que se esconden en el cobarde anonimato de las redes sociales”, expresó De Moraes, ante el aplauso de la mayoría de los presentes, pero no del presidente.
En la entrevista que dio este miércoles a la radio mineira, Lula se refirió a la actitud de Bolsonaro durante el evento. “Estaba muy molesto porque escuchó la palabra democracia y críticas al autoritarismo y las fake news. Cada vez que se mencionaba la palabra ‘democracia’, se veía la cara de disgusto”, manifestó Lula en tono sarcástico.
El candidato de la coalición de partidos que lidera el PT y Bolsonaro se volverán a ver las caras dentro de poco más de un mes, el 24 de setiembre, ya que ese día un grupo de medios brasileños organizará un debate en el que participarán todos los postulantes a la presidencia.