Como era previsible, el presidente brasileño Jair Bolsonaro usó la fecha patria en la que se conmemoraron los 200 años del Grito de Ipiranga, hecho protagonizado por Pedro I que supuso la independencia brasileña de Portugal, para realizar actos partidarios apuntando a las elecciones del 2 de octubre, donde todas las encuestas lo muestran detrás del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

El mandatario ultraderechista presidió las celebraciones que se dieron por la mañana en Brasilia, donde, ante una multitud que copó por completo la Explanada de los Ministerios, realizó un discurso corto, de aproximadamente 15 minutos en el que no hizo mención al evento que se conmemoraba, sino que directamente habló en tono electoral.

Una vez más, de acuerdo a lo que consignó el portal Metrópoles, Bolsonaro, luego de participar en el desfile cívico-militar, se dedicó a hablar de los comicios que tendrán lugar en octubre a los que definió como una “lucha del bien contra el mal”.

El presidente dijo que “la voluntad popular” se hará sentir en las elecciones, pero evitó atacar al Supremo Tribunal Federal.

Bolsonaro volvió a mencionar que actuará “dentro de las cuatro líneas de la Constitución”, a la vez que atacó al Instituto Datafolha, cuya última encuesta lo ubica aproximadamente 15 puntos atrás de Lula para la primera vuelta electoral. “Nunca había visto un mar tan grande aquí con estos colores verde y amarillo. No hay Datafolha que mienta aquí. Aquí está nuestro Datapovo. Aquí está la verdad, la voluntad de un pueblo honesto, libre y trabajador”, dijo el mandatario.

Hablando al lado del presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, del empresario Luciano Hang, Bolsonaro también estuvo acompañado de su esposa, Michelle, quien también dijo unas palabras, en un intento del comando de campaña del excapitán del Ejército de tener un acercamiento con las mujeres, en su mayoría reacias al mandatario.

En su discurso, la primera dama también habló de que en las elecciones se estará librando “una lucha del bien contra el mal” y dijo que la batalla “por la patria” se libra con “justicia, verdad y amor”. “Con estos tres principios, el enemigo no ganará”, dijo.

“Estamos aquí luchando por el bien mayor, que es nuestra familia y nuestra libertad. Estamos aquí luchando por principios y valores que Dios ha establecido en la tierra”, continuó Michelle Bolsonaro, una ferviente evangelista.

La primera dama también dijo que el agronegocio es una actividad bendecida por Dios. “Declaramos que esta nación pertenece al Señor Jesús. Declaramos que esta nación es bendecida por Dios. El agro es bendecido por Dios. La familia, es bendecida y es proyecto de Dios. La vida desde la concepción es un proyecto de Dios”, subrayó.

Michelle Bolsonaro también fue la protagonista indirecta de una grosería cometida por su marido. En un momento del acto el presidente besó a su mujer y luego de elogiarla, en tono jocoso, comenzó a gritar ante la multitud en varias ocasiones que es “imbrochável”. El término, según explicó el portal UOL, no existe en el diccionario de la lengua portuguesa, sino que es un neologismo creado por el presidente para referirse al desempeño sexual. “Al que no le baja” sería la definición más correcta.

Según el diccionario, brochar significa “perder la potencia sexual; mostrarse incapaz de realizar el acto sexual”. También hay una definición que no tiene una connotación sexual que puede querer decir que alguien está desanimado o desestimulado.

Mientras se desarrollaba un acto masivo en apoyo a Bolsonaro en el centro de la ciudad de San Pablo, por la tarde el mandatario voló hacia Río de Janeiro, donde protagonizó un acto masivo que tuvo lugar en la rambla de Copacabana. Allí el líder ultraderechista se dedicó básicamente a atacar, sin nombrarlo, a Lula.

Tras señalar que los gobiernos de izquierda están marcados por la corrupción, el mandatario defendió que “este tipo de personas deben ser extirpadas de la vida pública”. “Comparen a Brasil con Argentina, Venezuela y Nicaragua. Esos son amigos del pandillero que se presenta a las elecciones. Este tipo de personas tienen que ser extirpadas de la vida pública, tendremos un gobierno mucho mejor con nuestra elección, con la gracia de Dios”, manifestó Bolsonaro, según consignó el portal Extra. El mandatario, ante los gritos de sus seguidores, volvió a insistir en varios puntos de su agenda conservadora, como la posición contra la legalización de las drogas y el aborto, y reforzó su discurso anticorrupción. “Uso malas palabras, sí, pero no soy un ladrón”, dijo Bolsonaro, quien nunca mencionó el nombre de su principal oponente en la carrera electoral, a quien se refirió como un “mafioso de nueve dedos”.