La Policía Federal encontró en la casa del exministo de Justicia y Seguridad Pública Anderson Torres un borrador de decreto para que el entonces presidente Jair Bolsonaro avalara una intervención militar del Tribunal Superior Electoral (TSE), con la finalidad de revertir el resultado de los comicios del 30 de octubre en los que se impuso el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Según informó Folha de Sao Paulo, el documento fue encontrado en un armario del domicilio del exministro durante el allanamiento realizado el martes, luego de que el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, determinara el procesamiento con prisión de Torres por su responsabilidad en los actos golpistas del domingo en Brasilia.
El material, que está siendo investigado, parece haber sido redactado después de las elecciones y tenía como objetivo investigar el abuso de poder y las medidas supuestamente ilegales adoptadas por el TSE antes, durante y después del proceso electoral. Bolsonaro difundió en muchas ocasiones acusaciones sin sustento alguno contra las máquinas de votación electrónica empleadas en las elecciones brasileñas desde 1996. Además, mantuvo un enfrentamiento directo con el ministro De Moraes, quien además de integrar el STF preside el TSE.
Tras dejar la titularidad del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, Torres asumió el cargo de jefe de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal el 2 de enero y pocos días después viajó de vacaciones a la ciudad estadounidense de Orlando.
Por esa razón él no estaba en Brasil el domingo, cuando los militantes ultraderechistas invadieron y destrozaron los edificios del STF, del Congreso y del Palacio del Planalto, pero dada su responsabilidad y el puesto que ocupaba fue destituido por el entonces gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, quien al final de ese día también fue separado de su cargo por decisión de la Justicia.
Medios brasileños informaron que el retorno de Torres al país estaba previsto para fines de enero, pero él manifestó, tras ser procesado, que anticiparía su regreso para rendir cuentas ante la Justicia. El mismo domingo, pocas horas después de los graves incidentes, Torres fue entrevistado por algunos medios y desde Orlando negó haberse reunido con Bolsonaro, quien desde el 30 de diciembre está precisamente en esa ciudad del estado de Florida, pero al parecer esto no fue así.
El portal UOL informó que allegados a Bolsonaro habían informado “al Palacio de Planalto” que Torres sí se había encontrado con el expresidente el sábado 7, un día antes de los hechos sucedidos en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia.
Al justificar las detenciones de Torres y también la del comandante de la Policía Militar del Distrito Federal Fabio Augusto Vieira, responsable del operativo policial del domingo en la Plaza de los Tres Poderes, el ministro De Moraes dijo que la conducta de ambos puso en riesgo la vida del presidente Lula, de diputados federales, senadores y ministros de Justicia.
Moraes dijo que los hechos narrados en una investigación de la Policía Federal, autora de la solicitud de captura, “demuestran una posible organización criminal que tiene como uno de sus propósitos desestabilizar las instituciones republicanas”.
“En el caso de Anderson Torres y Fabio Augusto Vieira el deber legal se deriva del ejercicio del cargo de secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal y comandante general de la Policía Militar del Distrito Federal, y su omisión fue ampliamente probada por la previsibilidad de la conducta de los grupos criminales y la falta de seguridad que permitió la invasión de edificios públicos”, expresó De Moraes en el texto legal en el que pidió la detención de los dos, ahora exjerarcas.
Tras conocerse el hallazgo de esta documentación en la casa de su predecesor, el actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, dijo que la noticia es “espantosa”.
En declaraciones a la cadena CNN Brasil, consignadas por el portal Brasil 247, Dino dijo que, “a todas luces, eso fue un intento de golpe de Estado, lo que enfatiza que lo que vimos aquí el 8 de enero no fue algo aislado, sino un eslabón dentro una cadena de actos golpistas, entre los que había preparatorios espantosos, como este decreto de intervención militar en el TSE”.