El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, declaró que los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán están dispuestos a firmar en las próximas semanas un acuerdo de paz que tendrá como finalidad terminar con las hostilidades que ambas naciones vienen sosteniendo desde la caída de la Unión Soviética.

“En este momento no son bandos opuestos. Declaran su plena disposición a alcanzar un documento común, a finalizar las conversaciones de paz, a alcanzar un documento común, un tratado de paz. No hay ningún riesgo aquí”, afirmó el funcionario del Kremlin en una entrevista televisiva con la cadena local Rossiya 1, cuando se le preguntó si era arriesgado haber invitado a los mandatarios de ambos países a una cumbre informal de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que se celebró este martes en la ciudad rusa de San Petersburgo.

De acuerdo a lo que informó la agencia oficial rusa TASS, el presidente Vladimir Putin presidió este martes el encuentro en el que estuvieron presentes el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, y el presidente azerí, Ilham Aliyev.

También estuvieron en la reunión los mandatarios de los otros países que integran esta organización de exrepúblicas soviéticas: Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.

El encuentro cara a cara entre los mandatarios de ambos países marcó un avance sustancial para la concreción de un acuerdo de paz tendiente a poner fin a las hostilidades que estos dos países vienen teniendo hace décadas, pero que recrudecieron en los últimos años.

El día de Navidad, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia, Ani Badalyan, había manifestado que su gobierno había recibido del azerí una nueva versión de las propuestas para un tratado de paz.

Badalyan remarcó que uno de los puntos más conflictivos entre las partes es cómo proceder con la demarcación de la intrincada frontera entre los países.

El conflicto de décadas entre Armenia y Azerbaiyán centrado en la soberanía sobre el territorio de Nagorno-Karabaj, un enclave situado por las autoridades soviéticas dentro de territorio azerí, pero poblado casi totalmente por armenios, se intensificó en setiembre de 2020.

En ese momento, en plena pandemia de coronavirus, las fuerzas de Azerbaiyán hicieron valer su poderoso armamento, muy superior tecnológicamente al de los armenios, y lograron conquistar varios territorios de Nagorno-Karabaj, lugar al que los armenios denominaban oficialmente como República de Artsaj.

La guerra que duró aproximadamente ocho semanas se saldó con una declaración de alto el fuego trilateral mediada por Rusia y firmada en noviembre de 2020. Los dos antiguos estados soviéticos acordaron el despliegue de fuerzas de paz rusas en la región.

Pero en setiembre de este año, luego de estar cercando al territorio durante más de nueve meses, el ejército azerbaiyano lanzó una ofensiva para tomar el control de Nagorno-Karabaj, lo que provocó que prácticamente todas las personas de etnia armenia huyeran a través de la frontera, dejando el lugar en manos del gobierno de Azerbaiyán.

A principios de diciembre, Ereván y Bakú reafirmaron en una declaración conjunta su intención de normalizar las relaciones y trabajar para la firma de un tratado de paz basado en la soberanía e integridad territorial.

Las autoridades armenias declararon, a comienzos de diciembre, que se espera que el texto de un acuerdo de paz esté finalizado para enero de 2024.

En el marco de la normalización de las relaciones, los países también realizaron un intercambio de prisioneros de guerra.