Canadá acordó este lunes pagar 800 millones de dólares canadienses -aproximadamente 600 millones de dólares- para resolver una disputa de reclamos de tierras con cinco de las denominadas Primeras Naciones indígenas, reconociendo que no habían cumplido un tratado firmado en 1899. Esta es la más reciente de una serie de medidas tomadas por el Ejecutivo que encabeza el primer ministro Justin Trudeau en su intento de reformular las relaciones entre el gobierno canadiense y las comunidades indígenas del país.
Según informó el diario británico The Guardian, el fin de semana, funcionarios de los gobiernos federal y de la provincia de Columbia Británica, ubicada en el extremo oeste del país norteamericano, admitieron que las sucesivas administraciones habían incumplido los acuerdos firmados con las Primeras Naciones de Blueberry River, de Doig River, de Halfway River, de Saulteau y de West Moberly.
Las naciones firmaron en 1899 el llamado Tratado 8, que permitía a los indígenas tener libre acceso a sus tierras de caza tradicionales y también la capacidad de generar ingresos a partir de la posesión de la tierra. Pero una prolongada negativa de la provincia y el gobierno federal a cumplir con el acuerdo obligó a las naciones a pasar décadas luchando por una compensación, algo que finalmente lograron.
“Honrar el Tratado 8 es una parte clave de nuestro trabajo para promover la reconciliación y volver a conectar a estas cinco naciones con su tierra”, dijo el primer ministro de la provincia de Columbia Británica, David Eby, en la conferencia de prensa en la que se comunicó el otorgamiento de la compensación. “Al resolver estos reclamos específicos de derecho a la tierra del tratado estamos restaurando la cantidad legítima de tierra que se prometió en virtud del tratado y todos los beneficios que deberían haber fluido en ese momento a esas naciones”, agregó el jerarca.
Eby dijo que el acuerdo con las naciones del Tratado 8 marca un “gran hito” en el “largo camino hacia la reconciliación” y servirá para evitar más batallas judiciales prolongadas y costosas.
Como parte del tratado inicial de 1899, a las naciones indígenas se les prometieron 160 acres de tierra por persona para permitir la cosecha tradicional y beneficiarse de los réditos económicos. Sin embargo, eso nunca sucedió. En cambio, el gobierno provincial permitió que colonos provenientes de países occidentales ocuparan tierras durante años sin consultarlo con los habitantes originarios, lo que llevó a los líderes de las naciones a reclamar.
“Es por esta injusticia que nuestros mayores se propusieron corregir este mal”, dijo en declaraciones a medios canadienses el consejero principal de las Primeras Naciones de Saulteau, Justin Napoleón. “Se acercaron al gobierno esperando que cumplieran su palabra, pero las puertas se les cerraron en las narices”, agregó.
Así, tras años de litigios judiciales, el gobierno federal comunicó que aportaría los 600 millones de dólares para compensar el daño causado a las naciones indígenas. “No es una ganancia inesperada, no es dinero gratis”, dijo el ministro federal de Servicios Indígenas, Marc Miller, y agregó que, al no cumplir con sus obligaciones como socio del tratado, el gobierno había “incumplido” sus romesas. “Esta es una factura que no se pagó durante 100 años”, agregó Miller.