Los restos del fundador del movimiento ultraderechista Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, fueron exhumados este lunes del Valle de Cuelgamuros, como fue renombrado el complejo que antes se conocía como Valle de los Caídos, ubicado en la localidad de San Lorenzo del Escorial, muy cerca de Madrid.

De ese modo se dio cumplimiento a la ley llamada de Memoria Democrática, aprobada en 2022 por el Parlamento.

Primo de Rivera fue fusilado en 1936, durante la Guerra Civil española, después de que un tribunal popular lo condenara por conspiración y rebelión militar contra el gobierno de la Segunda República por levantamiento del 18 de julio de 1936 comandado por Francisco Franco. Con su muerte, a los 33 años, se consolidó como figura de referencia de la Falange, primero, y luego del franquismo.

En 1939, pocos días después de que finalizó la Guerra Civil, sus restos fueron exhumados en Alicante, donde había sido fusilado, y trasladados en una procesión al monasterio del Escorial, donde están enterrados los reyes españoles. Después fueron inhumados en el Valle de los Caídos desde la inauguración, en 1959, de ese monumento que mandó construir Franco. Por decisión del dictador, los restos de Primo de Rivera ocuparon un lugar destacado en la basílica del monumento. Allí Primo de Rivera tenía la única lápida individual, hecha de 3.500 kilos de granito, con excepción de la del propio Franco, que fue exhumado en 2019.

Esa lápida que cubría los restos de Primo de Rivera fue removida el lunes, a 120 años de su nacimiento, a puertas cerradas, sin presencia de la prensa ni de autoridades. Sin embargo, el sacerdote a cargo de la abadía del monumento ofició una ceremonia religiosa siguiendo el pedido de la familia de Primo de Rivera.

La ley de Memoria Democrática que se aprobó en 2022, además de renombrar el lugar y devolverle la denominación que tuvo antes del franquismo, establece que pueden estar enterradas allí víctimas de la guerra civil. Sin embargo, la norma prohíbe expresamente la permanencia de los restos de protagonistas del golpe militar de 1936 y de la dictadura franquista en lugares “preeminentes”, para evitar su “exaltación”, informó el diario Público.

La familia de José Antonio Primo de Rivera podría haber optado por que sus restos permanecieran en Cuelgamuros, pero no en un lugar destacado sino en la cripta de ese monumento, que con la ley de 2022 es considerado un cementerio civil. Pero optó por trasladarlos a un cementerio católico, tal como quería el fundador de la Falange. Dispuso que los restos de Primo de Rivera fueran enterrados en el cementerio de San Isidro, en Madrid, donde están enterrados otros integrantes de la familia, entre ellos su hermana Pilar, fundadora de la Sección Femenina de la Falange.

Hasta ese cementerio fueron trasladados los restos en un coche fúnebre, que fue esperado a su llegada por unas 200 personas identificadas con banderas y símbolos de la Falange, así como banderas españolas. Según informó el diario Público, los manifestantes ultraderechistas dirigieron cantos contra las autoridades españolas a quienes calificaron de “gobierno criminal”, y también cantaron “primero asesináis y luego profanáis”. La Policía intentaba mantener un cordón de seguridad mientras los falangistas cantaban su tradicional himno, “Cara al sol”, y se produjeron incidentes por los que fueron detenidas tres personas. También a la salida del Valle de Cuelgamuros, un pequeño grupo de falangistas esperaba los restos con gritos de “¡Viva España!” y “José Antonio, ¡presente!”.