El expresidente Donald Trump se declaró inocente este martes en un juzgado de Nueva York, luego de ser imputado por 34 cargos por delitos graves de falsificación de registros comerciales, en el marco de un caso en el que la fiscalía lo acusa de sobornar a dos mujeres antes de las elecciones de 2016 para que no hablaran sobre encuentros sexuales que habrían mantenido con él.

Las dos mujeres en cuestión son la actriz de cine porno Stormy Daniels –cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford– y la exmodelo de Playboy Karen McDougal.

Poco después del mediodía del martes, Trump llegó en un convoy de más de diez vehículos a la sede de los tribunales de Manhattan, en medio de un gran operativo de seguridad implementado de manera conjunta por el Servicio Secreto, el Departamento de Policía de Nueva York, la seguridad del tribunal y la oficina del fiscal del distrito de Manhattan. En el lugar había centenares de periodistas, además de manifestantes contrarios y favorables al expresidente de 76 años, que aspira a ser el candidato del Partido Republicano en las elecciones del año que viene.

En el marco del operativo policial, un helicóptero sobrevoló la zona y, separados por vallas metálicas, los simpatizantes y los detractores de Trump intercambiaron agravios, aunque sin llegar a mayores.

Según informó la agencia Reuters, vestido con su habitual traje azul y corbata roja, Trump se presentó visiblemente malhumorado en la sala judicial flanqueado por sus abogados. “No culpable”, respondió Trump cuando se le preguntó cómo se declaraba. Mientras estuvo bajo custodia de la Policía, al exmandatario se le tomaron las huellas dactilares como a cualquier acusado de delitos graves, pero se hicieron adecuaciones especiales para el expresidente: estuvo poco tiempo bajo custodia, no fue esposado, su paso por el juzgado fue breve y posteriormente se retiró del lugar y tomó un vuelo de retorno al estado de Florida, donde suele pasar largas temporadas.

Según detalló The New York Times, los cargos por los que se acusa a Trump incluyen la presentación de registros comerciales falsos en primer grado, un delito grave de bajo nivel que conlleva un máximo de cuatro años de prisión por cada cargo, aunque si es declarado culpable, un juez podría condenarlo y ponerlo en régimen de libertad condicional.

Está previsto que el juicio se desarrolle durante el año que viene.

El caso, presentado por el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, podría marcar sólo el comienzo del periplo de Trump por el sistema de justicia penal. El líder republicano se enfrenta a otras tres investigaciones penales relacionadas con acusaciones de intento de socavar las elecciones y manejar indebidamente registros gubernamentales confidenciales, cuestiones por las que el exmandatario puede llegar a quedar inhabilitado para participar en las elecciones.

Trump en todo momento negó enfáticamente todas las acusaciones, así como cualquier encuentro sexual con Daniels. Además, en varias ocasiones arremetió contra el fiscal Bragg con expresiones amenazantes y, en ocasiones, racistas, al llamar al fiscal de distrito, quien es negro, “animal” y al convocar a sus seguidores a “protestar” por su arresto, una retórica que recuerda su discurso incendiario previo al ataque al Capitolio, el 6 de enero de 2021.