Una gran polémica se instaló en Italia por declaraciones racistas formuladas por el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, quien está en pareja desde hace muchos años con Arianna Meloni, hermana mayor de la primera ministra del país, la ultraderechista Giorgia Meloni.
El martes, en un discurso que pronunció en el congreso sindical de la Confederación Italiana de Sindicatos Autónomos de Trabajadores, en Roma, el secretario de Estado habló, entre otras cosas, de la natalidad y la inmigración e hizo alusión de manera bastante directa al “reemplazo étnico”, una famosa teoría racista muy utilizada por la ultraderecha internacional según la cual existe en el mundo occidental hay una conspiración para reemplazar a los blancos por personas de otras etnias.
De acuerdo a lo que informó el portal Italy24, Lollobrigida, en una parte de su alocución se refirió a la necesidad de aumentar los recursos asistenciales de las familias para permitirles tener más hijos. “No podemos renunciar a la idea del reemplazo étnico. Los italianos tienen menos hijos, así que los sustituimos por otros: ese no es el camino”, expresó el ministro, quien es integrante de Hermanos de Italia, el sector ultraderechista que lidera Meloni.
Una de las primeras figuras en reaccionar de forma contundente ante los dichos de Lollobrigida fue Elly Schlein, una dirigente emergente en la política italiana, que hace algunas semanas logró ganar la elección interna y pasó a ser la secretaria general del centroizquierdista Partido Democrático.
“Sus palabras son repugnantes e inaceptables por parte de alguien en su cargo. Nos retrotraen a los años 30, son palabras que tienen el sabor del supremacismo blanco”, dijo Schlein durante una manifestación en Roma contra el último decreto del gobierno en materia de inmigración y que se apresta a aprobar el Parlamento.
Según consignó la cadena Ser, Schlein agregó: “Espero que Giorgia Meloni y el gobierno se distancien de estas declaraciones, realizadas el día en que el presidente Sergio Mattarella visitó Auschwitz”, dijo en referencia a la presencia del jefe del Estado italiano en el campo de exterminio nazi en el marco de la conmemoración de los 80 años del levantamiento del gueto de Varsovia.
Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Natalidad, Italia bajó por primera vez de los 400.000 nacimientos anuales en 2022, cuando se registró el nacimiento de 393.000 bebés, la cifra más baja desde la unificación del país en 1871.
El miércoles, en declaraciones recogidas por el diario romano La Repubblica, Lollobrigida intentó defender su posición y afirmó que sus dichos “no tienen nada que ver con el racismo”.
“No conozco los textos de los teóricos de la conspiración. Creo que a esta altura los que se apasionan leyendo eso son los izquierdistas”, manifestó el jerarca, que agregó: “La solución de tener una inmigración que compense el declive demográfico que se está produciendo en Italia es para nosotros una solución secundaria, y no tiene absolutamente nada que ver con las habladurías e insultos pronunciados. No tiene nada que ver con algo degenerado como es el racismo en todas sus formas, sino que está ligado a una observación objetiva y tiene algo que ver con la necesidad de revertir el declive de la población, después de todo, ayer en mi discurso definí la inmigración legal como una necesidad estructural de toda nación que necesita mano de obra”.
De todas maneras, con esta justificación no logró detener las críticas de los opositores.
Angelo Bonelli, coportavoz nacional del sector ecologista Europa Verde y diputado de la Alianza Verdes e Izquierda dijo: “Está en su ser. Crecieron políticamente con la alarma de la invasión negra, y sus referentes políticos fueron los que hicieron las leyes raciales en Italia contra los judíos. Ayer fueron los judíos, hoy les toca a los que vienen de África. Hablando de reposición étnica, el ministro Lollobrigida le está haciendo un guiño a esa cultura neofascista que hace del supremacismo blanco el elemento de acción de los grupos de extrema derecha en Italia y en Europa. No nos sorprende, pero sí es escandaloso el silencio de la primera ministra Giorgia Meloni sobre las vergonzosas palabras del ministro Lollobrigida, porque ella creció en el mismo humus que él y porque ella misma también ha dicho esas palabras”.
Por su parte el secretario nacional de la Izquierda italiana Nicola Fratoianni expresó: “Más que hablar de sustitución étnica, sería necesaria una sustitución ética en el Palacio Chigi”, haciendo referencia al edificio en el que funciona la sede del gobierno italiano.