Nilufar Hamedi, periodista del diario iraní Shargh, se presentó el martes ante la sala 15 de Tribunal Revolucionario de Teherán, que la acusa de “colaboración con el gobierno hostil de Estados Unidos, colusión contra la seguridad nacional y propaganda contra el sistema”, informó en Twitter su esposo, Mohamad Hosein Ajarlu.
La periodista enfrenta estos cargos por informar por primera vez sobre el caso de Mahsa Amini, la joven kurda de 22 años detenida por la Policía de la moral iraní por llevar mal colocado el velo islámico y muerta bajo custodia, en setiembre del año pasado. Por esas acusaciones, Hamedi podría recibir una condena a la pena de muerte, de acuerdo con activistas citados por la agencia Efe.
La audiencia transcurrió a puertas cerradas, sin presencia de familiares y sin que los abogados de Hamedi tuvieran permitido intervenir. Se extendió por dos horas y continuará en una fecha todavía a definir.
En condiciones similares se desarrolló el lunes la primera audiencia contra otra periodista, Elahe Mohammadi, del diario Hammihan, que cubrió el masivo funeral de Amini, en la ciudad de Saqez, en el Kurdistán iraní. También Mohammadi fue acusada de ser una agente extranjera en Irán. Según Europa Press, su abogada, Shahab Mirlohi, informó que la defensa no tuvo permitido intervenir en la audiencia, que también se desarrolló a puertas cerradas.
La muerte de Amini, el 16 de setiembre, ocurrió, según el gobierno, por “condiciones médicas preexistentes”. Sin embargo, en un informe publicado en marzo, el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Irán, Javaid Rehman, dijo que su muerte fue el “resultado de los golpes de la ‘policía de la moral’” que la había detenido.
La muerte de Amini generó una ola de protestas en Irán. Cerca de 500 personas murieron en esas manifestaciones y otras siete fueron ahorcadas, acusadas por hechos vinculados con su participación.