El domingo 14 en Turquía se celebrarán las elecciones presidenciales más reñidas en mucho tiempo.

El actual mandatario del país, Recep Tayyip Erdoğan, quien está en el cargo desde 2014 y que antes, durante 11 años había sido primer ministro durante los gobiernos del también islamista de derecha Abdullah Gül, puede, de acuerdo a las encuestas de intención de voto, perder los comicios frente a su principal oponente, Kemal Kiliçdaroglu.

En el marco de una campaña muy dura, el sábado durante un masivo acto que se celebró en Estambul, el candidato opositor prometió que en caso de imponerse en las elecciones se pondrá fin a un ciclo “autoritario” en el país.

“Van a reemplazar un gobierno autoritario por la vía democrática”, expresó ante la multitud Kiliçdaroglu, candidato conjunto de seis partidos políticos opositores. Kiliçdaroglu, un político de larga trayectoria de 74 años, es el líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco), histórico sector político fundado hace exactamente 100 años por Mustafa Kemal Atatürk, el padre de la Turquía moderna.

El CHP, un partido republicano, de tendencia secular, ya gobierna en las tres principales ciudades del país, la capital Ankara, Estambul y Esmirna. Su electorado es además importante en otros conglomerados urbanos del país y se contrapone con la adhesión que tiene el partido de Erdoğan, el conservador e islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco), que tiene altos niveles de votación en las zonas rurales y menos desarrolladas. En esta ocasión, el CHP lidera una alianza electoral con otros cinco partidos con la que pretende terminar con el mandato de Erdoğan. Los aliados del CHP son el partido nacionalista IYI, el islamista Saadet, el Partido Demócrata de tendencia liberal, y también los partidos Democracia y Progreso y Futuro, estas dos últimas formaciones escindidas en los últimos años del AKP.

Según lo que consignó el portal Europa Press, en su discurso del sábado en Estambul Kiliçdaroglu dijo que el cambio político que significaría una derrota del AKP sería “un regalo para el mundo”.

“No vamos a dejar la República Turca en manos de un solo hombre”, expresó el candidato haciendo referencia a Erdoğan, antes de prometer restaurar el estado de derecho y los derechos de la gente.

Por su parte Erdoğan realizó un importante acto este domingo en Estambul, la ciudad más poblada de Turquía, con vistas a revalidar su presidencia en medio de la grave crisis económica que vive el país y tras los mortíferos terremotos que afectaron el sur del territorio turco en febrero.

El discurso confrontativo de los candidatos subió de tono en las últimas semanas hasta el punto que recientemente Erdoğan acusó a los diputados de la oposición de traición y de apoyar el terrorismo.

El sábado, el actual presidente turco lideró un acto en la ciudad de Mersin, en el sur del país, sobre las costas del Mar Mediterráneo, desde donde ha pedido un voto de “supervivencia” y contra los “terroristas”, ya que durante toda su campaña electoral se viene empeñando en relacionar a Kiliçdaroglu con la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). La oposición en todo momento negó estos vínculos y realizó un llamamiento a la ciudadanía a la calma.