Desde este domingo y hasta el martes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se encuentra de visita oficial en China, en el marco de un intento de acercamiento entre las dos potencias, cuyas relaciones bilaterales están en un momento muy complejo debido a tensiones comerciales, geopolíticas y económicas.

De acuerdo a lo que informó la agencia Efe, el jefe diplomático de Washington llegó en la mañana del domingo a Pekín, convirtiéndose en el funcionario estadounidense de mayor rango que visita China desde la asunción del presidente Joe Biden, en enero de 2021.

Blinken fue recibido por el canciller chino Qin Gang, con quien se reunió durante más de cinco horas en la Casa de Huéspedes de Diaoyutai, un complejo diplomático ubicado en el norte de la capital china.

El encuentro del domingo entre los dos altos jerarcas estuvo precedido de una conversación telefónica la semana pasada, en la que, de acuerdo a lo que ambas cancillerías difundieron, el tono fue amable, aunque desde posiciones muy alejadas. Qin le pidió a Blinken que Estados Unidos detenga sus intentos de dañar los intereses soberanos chinos en materia de seguridad, en tanto que el funcionario de Washington le pidió a su homólogo “mantener abiertas las líneas de comunicación” para evitar un conflicto.

Esta visita de Blinken originalmente estaba planeada para febrero, pero se pospuso por el derribo de un supuesto globo espía chino sobre territorio estadounidense, uno de los últimos cruces fuertes que tuvieron a nivel diplomático las dos potencias, que también tienen posiciones divergentes sobre la guerra en curso en Ucrania.

La agenda de Blinken es sumamente reservada, pero trascendió que el lunes podría reunirse con el director de la comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista Chino, Wang Yi, o incluso con el presidente, Xi Jinping.

Este domingo, luego de la reunión entre Blinken y Qin, el canciller chino expresó que las relaciones entre las administraciones de Pekín y Washington “se encuentran en su punto más bajo desde el establecimiento de relaciones diplomáticas” entre ambos gobiernos, en 1972, cuando el entonces mandatario estadounidense Richard Nixon viajó a China para reunirse con Mao Zedong.

Según consignó la cadena estatal china CCTV, Qin señaló que el estado de los lazos bilaterales “no responde a los intereses fundamentales de los dos pueblos ni a las expectativas comunes de la comunidad internacional”. El canciller chino formuló “claras exigencias sobre los intereses esenciales y las principales preocupaciones de China, incluida la cuestión de Taiwán” a Blinken. Paralelamente, Qin declaró que “la política de China hacia Estados Unidos siempre ha mantenido la continuidad y la estabilidad, y se guía fundamentalmente por los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación”, y que el país asiático tiene el compromiso de construir una relación “estable, predecible y constructiva”.

El canciller expresó su esperanza de que Washington “mantenga una percepción objetiva y racional de China, se mueva en la misma dirección y que maneje las eventualidades inesperadas con calma, profesionalidad y racionalidad”.

Las dos delegaciones acordaron “fomentar la expansión de los intercambios educativos”, “explorar activamente la posibilidad de aumentar los vuelos de pasajeros entre China y Estados Unidos” y “dar la bienvenida a más estudiantes, académicos y empresarios para que visiten a la otra parte”.

Por su parte, Blinken invitó a su homólogo a visitar Estados Unidos, país en el que Qin fue embajador antes de ser promovido a canciller a fines de 2022, y enfatizó “la importancia de la diplomacia y de mantener canales de comunicación abiertos en todos los ámbitos para reducir el riesgo de errores de cálculo”, informó el portavoz de la diplomacia estadounidense, Matthew Miller.

El titular estadounidense de Exteriores también planteó a su homólogo chino “una serie de temas de preocupación”, así como “oportunidades” en las que Washington y Pekín pueden cooperar.

“El secretario dejó claro que Estados Unidos siempre defenderá los intereses y valores del pueblo estadounidense y trabajará con sus socios y aliados para promover una visión de un mundo libre que defienda un orden internacional basado en reglas”, explicó Miller.