Autoridades ucranianas informaron que 11 personas murieron y más de 60 resultaron con heridas de diversa entidad luego de que en las últimas horas de la tarde del martes un ataque con misiles perpetrado por las fuerzas rusas impactara en una zona comercial de la ciudad de Kramatorsk, ubicada en el óblast (provincia) de Donetsk, en la región del Donbás.
Según lo detallado por las fuentes ucranianas, el bombardeo dio de lleno contra una pizzería, que en el momento del ataque estaba llena de clientes, incluyendo algunos niños. Pero desde Rusia se negó la autoría del hecho, aunque sí se informó sobre un ataque contra un puesto de mando de las Fuerzas Armadas ucranianas en Kramatorsk. “En la ciudad de Kramatorsk, de la República Popular de Donetsk, fue destruido un puesto de mando temporal de la 56ª brigada de infantería motorizada del Ejército ucraniano”, informó el portavoz de Defensa ruso, Igor Konashénkov.
Hablando sobre el tema en su contacto diario con los medios de prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aclaró que las Fuerzas Armadas de Rusia únicamente atacan objetivos militares en Ucrania. “La Federación Rusa no ataca objetivos civiles. Los ataques se efectúan contra objetos que de una forma u otra están relacionados con la infraestructura militar” ucraniana, explicó Peskov.
Mientras se sumaban las condenas de países occidentales hacia Moscú por el ataque, en una conferencia de prensa que brindó este miércoles luego de reunirse con la primera ministra de Estonia, Saja Kallas, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el noruego Jens Stoltenberg, dejó claro a cualquier “adversario potencial”, como Rusia o Bielorrusia, que defenderá “cada centímetro” de su territorio tras el inminente despliegue de los mercenarios del grupo Wagner en el territorio bielorruso. El diplomático nórdico, de acuerdo a lo que consignaron agencias internacionales, dijo además que es “es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas” sobre el levantamiento del grupo Wagner, cuestión que la OTAN considera “un asunto interno de Rusia”.
Pero el incidente militar ocurrido en Rusia durante el fin de semana, más allá de las lecturas que pueda tener, generó muchas inquietudes, en particular en los países que tienen fronteras con Bielorrusia, que es donde se encuentra actualmente el jefe del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, a quien se le unirán miles de combatientes en los próximos días.
En el inicio de la semana, Lituania, por intermedio de su presidente, Gitanas Nauseda, le solicitó a la OTAN ayuda para reforzar su zona fronteriza con Bielorrusia. El miércoles surgieron novedades similares desde Polonia: después de una reunión del Comité del Consejo de Ministros para Seguridad Nacional y Defensa, el viceprimer ministro, Jaroslaw Kaczynski, anunció que su país reforzará militarmente su frontera con Bielorrusia. “Basándonos en los datos que tenemos hasta ahora, estimamos que alrededor de 8.000 soldados de Wagner se desplazarán a Bielorrusia”, afirmó Kaczynski, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias oficial polaca PAP, consignadas por El País de Madrid. “Es un elemento que es peligroso para Ucrania, y los ucranianos lo saben. Pero también puede ser peligroso para Lituania y para nosotros”, agregó Kaczynski.
Por otra parte, el miércoles llegó a Moscú el cardenal Matteo Zuppi, un hombre de confianza del papa Francisco que ya estuvo hace algunas semanas en Kiev, donde se reunió con autoridades ucranianas para intentar lograr un cese del fuego. Ahora, de acuerdo a lo que informaron agencias rusas e internacionales, el funcionario del Vaticano está en la capital rusa, donde se reunió el miércoles con Yuri Ushakov, asesor para Asuntos Internacionales del Kremlin.
Pero una salida negociada al conflicto en este momento no parece ser una opción cercana. En ese sentido, este miércoles el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo en una entrevista televisiva que los países occidentales por el momento no hicieron ninguna propuesta seria para resolver el conflicto en Ucrania. “No hemos visto ninguna idea de este tipo hasta ahora”, dijo Lavrov. “En gran medida, sólo ha habido especulaciones sobre el plan [del presidente ucraniano, Volodímir] Zelensky; ahora quieren convocar un ‘foro de paz’ sin la participación de Rusia”, agregó.
El alto funcionario del Kremlin dijo también que su país nunca se negó a negociar. Al respecto, dijo: “Aquellos que se niegan a negociar, incluidos Occidente y Ucrania, deben entender que cuanto más sigan retrasando el proceso de paz, más difícil será llegar a un acuerdo”.