El general retirado Hernán Chacón, que actuó como represor en el Estadio Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, se suicidó este martes cuando las autoridades fueron a buscarlo a su casa para que cumpliera su condena por el secuestro y el asesinato del músico Víctor Jara.

Los funcionarios de la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones encontraron muerto a Chacón en su cuarto con un disparo en la sien. Según dijo el fiscal Claudio Suazo, Chacón “solicitó retirar objetos personales, lo que aprovechó para realizar la acción” en la que utilizó un arma registrada a su nombre, informó el periódico digital El Mostrador.

Un día antes, la Corte Suprema de Chile había ratificado el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago por el cual fueron condenados Chacón y otros cinco represores a 25 años de prisión. Todos ellos fueron encontrados culpables de secuestrar y matar a Jara y al director general de prisiones, Littré Quiroga. Los dos militantes comunistas fueron torturados en el Estadio Chile, un complejo deportivo cerrado que hoy lleva el nombre de Jara, y luego acribillados a balazos, el 15 de setiembre de 1973, cuatro días después del golpe de Estado contra Salvador Allende. Sus cuerpos fueron lanzados a un terreno baldío cercano al cementerio Metropolitano y allí fueron encontrados por habitantes de la zona.

La Corte Suprema confirmó también las sentencias para los militares retirados Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf y Juan Jara Quintana. También ellos fueron condenados a 15 años de prisión por los homicidios de Jara y Littré, y a diez años por sus secuestros. Otro represor, el exfiscal militar Rolando Melo Silva, fue condenado a ocho años de cárcel por encubrir esos delitos. Para ninguno de ellos se había dispuesto prisión preventiva durante el juicio.

De acuerdo con El Mostrador, el juez de la Corte de Apelaciones de Santiago Miguel Vázquez recordó que Quiroga fue detenido en su oficina el mismo día del golpe de Estado, el 11 de setiembre, fue torturado en el Regimiento Blindados 2 y después lo trasladaron al Estadio Chile. Al día siguiente fue detenido Jara en la Universidad de Santiago, de la cual era profesor e investigador. Esa institución había sido sitiada y atacada por los militares.

Sobre los dos detenidos, el juez informó que hubo un particular ensañamiento de sus captores. En el caso de Quiroga, lo acusaban de “haber sido responsable de la prisión y el maltrato que habría sufrido el general del Ejército Roberto Viaux, lo que agravaba el castigo que le fue propinado por quienes pasaban a su lado, alentándose incluso a los propios conscriptos a tomar parte en dicho castigo”, manifestó. En cuanto a Jara, “las agresiones tuvieron como principal aliciente la actividad artística, cultural y política” del músico, “estrechamente vinculada al recién derrocado gobierno”, y “fue sometido a idénticas torturas físicas, siendo los golpes más severos aquellos que recibió en la región de su rostro y en sus manos”.

Por entonces, Chacón era mayor del Ejército. Su defensa argumentó que sólo era un custodio del perímetro externo del estadio, donde fueron detenidas unas 5.000 personas. Sin embargo, la Justicia pudo probar que participó en interrogatorios, en la clasificación de detenidos y en la decisión sobre el destino que se les daría.

“Varios testimonios corroboraron que este participó en las labores de selección, reportando las mismas a sus superiores, por lo que resultaron no creíbles ni verosímiles sus dichos en cuanto sostuvo sólo haber custodiado el perímetro externo del recinto, funciones que no se condicen con su alto grado ni con los diversos elementos de convicción reunidos”, afirma la sentencia.