El nuevo ciclo político español que comenzó con los resultados de las elecciones generales del 23 de julio muestra cada día más cercana la confirmación de que el actual presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, contará con los apoyos necesarios para ser investido para encabezar un nuevo mandato.

El drástico cambio de escenario que pautaron las urnas dejó al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en una situación por demás fortalecida, aunque sabiendo que deberá negociar muy bien los acuerdos que le hacen falta concretar con las formaciones autonómicas e independentistas, que son en concreto las que le otorgarán los apoyos a Sánchez para gobernar el país.

Desde este miércoles, de vacaciones junto a su familia en Marruecos –país en el que también descansaron en su momento otros dos mandatarios pertenecientes al PSOE: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero– el líder socialista recibirá por unos días a distancia las noticias sobre cómo marchan las conversaciones. Inmediatamente después de las elecciones, el sector que tomó la posta para liderar esta tarea política desgastante pero absolutamente necesaria fue Sumar, la coalición de izquierda que lidera Yolanda Díaz, actual vicepresidenta segunda de Gobierno y ministra de Trabajo.

Fue en ese contexto que el miércoles Díaz en una entrevista en un programa de Radio Televisión Española planteó la posibilidad de que en el Congreso de los Diputados puedan utilizarse durante las sesiones otros idiomas, además del castellano, en un evidente gesto de acercamiento a los partidos regionales.

“Desde Sumar nos gustaría que, teniendo en cuenta que nuestro país es diverso y plural, que es un país de países, las Cámaras podamos propiciar una reforma del Reglamento para que podamos expresarnos en las lenguas cooficiales, en galego, catalá o euskera. Esto gana derechos para las distintas identidades de nuestro país”, manifestó la vicepresidenta, nacida en Galicia.

Los partidos nacionalistas e independentistas del Congreso ya trataron de introducir esta posibilidad en junio del año pasado mediante una iniciativa que fue tumbada por los votos en contra de PSOE, PP, Vox y Ciudadanos.

Ante la negativa en aquel momento y como manera de protesta, los legisladores de estos partidos, así como los diputados de Unidas Podemos provenientes de algunas de estas comunidades autónomas, comenzaron a hablar en sus idiomas.

El objetivo ahora es el de recuperar esta reforma del artículo 6 del Reglamento para que también prevea la interpretación simultánea de dichos idiomas, informó el portal Público.

Al mismo tiempo que Díaz planteaba esta iniciativa, la secretaria general de Esquerra Republicana de Catalunya, Marta Rovira, advirtió que “nadie puede dar por descontados los votos” de su partido para una investidura de Pedro Sánchez y agregó: “Queremos saber exactamente para qué servirán”.

Los planteos sobre temas concretos también fueron planteados por otros sectores regionales que están dispuestos a dar sus votos al actual presidente, aunque no a cambio de nada. Por ejemplo, Cristina Valido, diputada de Coalición Canaria, se quejó de que el “régimen económico y fiscal no se está cumpliendo”, lo que ha encarecido el nivel de vida de los canarios y agregó además que su fuerza política pretende tener mayor margen de gestión en los puertos y aeropuertos de las islas.

Por su parte Néstor Rego, diputado electo por el Bloque Nacionalista Galego dijo que su voto en el Congreso en la sesión de investidura no será apoyar un gobierno de derechas, pero tampoco será un “cheque en blanco” para el PSOE, refiriéndose, al igual que hizo su par canaria, al financiamiento de la comunidad autónoma gallega.

Desde el gobierno, el ministro de Seguridad Social en funciones explicó en una entrevista con la cadena La Sexta su visión sobre la actual coyuntura política. “Hay que acostumbrarse a estos resultados electorales en los que hay que configurar mayorías con actores de distinta índole” expresó en referencia a la necesidad que tiene el PSOE de contar con el apoyo de todos los sectores nacionalistas, incluyendo a Junts per Catalunya, el sector centroderechista e independentista que lidera Carles Puigdemont. “Ya en la anterior legislatura, hablamos con un grupo de diputados Junts, yo mismo lo hice”, reconoció Escrivá.

El dirigente, además, al igual que han hecho otros referentes del socialismo, marcó que la exigencia del independentismo catalán de celebrar un referéndum de independencia en Cataluña y la aprobación de una amnistía son líneas rojas en la negociación. “Todo lo que esté fuera de la Constitución en ningún caso es objeto de debate”, enfatizó Escrivá.