Israel intensificó en las últimas semanas los ataques contra Siria, en especial los dirigidos contra Damasco, la capital, y zonas fronterizas con Líbano, en las que, según el gobierno de Benjamin Netanyahu, se almacenan armas de la milicia libanesa Hezbolá. Este miércoles, un nuevo ataque tuvo como blanco la ciudad de Palmira y dejó 36 muertos y más de medio centenar de heridos.

En lo que va del año, los ataques israelíes mataron a 140 personas en Siria y causaron diversos daños materiales, informó el Ministerio de Defensa de ese país.

Palmira, ubicada en el centro de Siria, es una ciudad histórica que se encuentra junto a las ruinas del mismo nombre, que fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Sobre el bombardeo de este miércoles, la agencia de noticias local SANA reportó la destrucción de varios edificios, y la organización civil Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que tiene sede en Londres pero cuenta con una red de informantes en Siria, comunicó que el blanco de este ataque fue un almacén de armas. Según esta organización, el almacén se encuentra en una zona industrial en la que viven familiares de milicianos de distintas nacionalidades.

En estos momentos en que Israel ataca en varios frentes en la región, y cuando la posibilidad de un acuerdo que lleve a un cese del fuego en la Franja de Gaza no está en el horizonte, Estados Unidos vetó este miércoles, por cuarta vez, una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que apuntaba a detener los ataques contra ese territorio palestino, que ya mataron a 43.985 personas y dejaron cerca de 104.100 heridos.

La resolución exigía un alto el fuego “inmediato, incondicional y permanente”. Había sido presentada por los diez miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y apoyada por los otros cuatro miembros permanentes. Sólo Estados Unidos se opuso.

A diferencia de lo que ocurre en el caso de Gaza, todavía están activas las negociaciones para un cese del fuego en Líbano, donde Israel combate contra Hezbolá. Esos contactos fueron reconocidos por el primer ministro israelí el lunes, en una declaración en la que también manifestó que su objetivo es seguir “destruyendo” a Hezbolá.

“Las negociaciones se están llevando a cabo bajo fuego porque aquí lo importante, más allá del papel [el acuerdo que se firme], es seguir impidiendo el fortalecimiento de Hezbolá y destruirlo para garantizar la seguridad en el norte” de Israel, dijo Netanyahu. Más de 60.000 habitantes de esa región permanecen evacuados desde hace un año por los combates.

“Desafortunadamente, Líbano es un Estado fallido”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Saar, en alusión a que Hezbolá opera independientemente de las decisiones que tome el gobierno libanés. Por eso, dijo, “en cualquier acuerdo que logremos, tendremos que mantener la libertad de actuar si es violado”.

Por su parte, el nuevo secretario general de Hezbolá, Naim Qasem, dijo que un acuerdo debe “detener completamente” la “agresión” israelí contra Líbano y preservar “la soberanía libanesa”, según citó la agencia de noticias Efe. El dirigente dijo también que Hezbolá actúa paralelamente “en el campo de las negociaciones” y en el de batalla.

Para mediar en el diálogo entre estas dos partes, el gobierno de Estados Unidos envió un representante, Amos Hochstein, que este miércoles visitó Beirut y se disponía a viajar a Israel.

El conflicto y la “propaganda”

A su vez, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, visitó Amán, la capital de Jordania, y advirtió allí contra una narrativa de “propaganda” y “desinformación” en el conflicto en Medio Oriente. Se refirió en particular al que mantienen desde hace décadas israelíes y palestinos.

“En primer lugar, tenemos que reconocer el problema. Tenemos que reconocer que la narrativa de una lucha existencial entre Occidente y Oriente, o el Sur o el mundo musulmán, es una invención que hay que deconstruir”, dijo Borrell.

“La intolerancia y la deshumanización vuelven a hacer retroceder el espíritu de las Naciones Unidas, el compromiso, la comprensión mutua y el respeto de los derechos humanos universales. Vemos cómo la propaganda y la desinformación sabotean el debate basado en pruebas y el discurso basado en hechos”, agregó.

Para el alto representante de la Unión Europea, “no podemos vivir en un mundo en el que no se respetan las altas instituciones de justicia de la ONU” y llamó a establecer una “alianza global para implementar la solución de los dos estados que brindará paz a la región”.