El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) fue el gran ganador de las elecciones que se celebraron el domingo en dos regiones del este del país, la zona en la que se encontraba la extinta República Democrática Alemana. “Ya no hay política sin AfD”, dijo Tino Chrupalla, copresidente de este partido que logró un primer y un segundo puesto en votos.

En Turingia, cuya capital es Érfurt, la AfD obtuvo 32,8% de respaldo y por primera vez fue el partido más votado en un estado federado. En segundo lugar quedó el Partido Cristianodemócrata (CDU), con 23,6% de apoyo. Los siguen la Liga Sahra Wagenknecht con 15,8%, La Izquierda con 13,1% y el Partido Socialdemócrata (SPD), del canciller alemán, Olaf Scholz, con 6,1%.

En Sajonia la conservadora CDU logró el primer puesto con 31,9%, la AfD quedó segunda con 30,6% y los siguen la Liga Sahra Wagenknecht con 11,8%, el SPD con 7,3% y Los Verdes con 5,1%. El porcentaje de La Izquierda, 4,5%, dejó a este partido sin representación parlamentaria.

Estos resultados fueron un golpe para el gobierno de coalición que encabeza el socialdemócrata Olaf Scholz y que integran también los liberaldemócratas y los verdes.

“Los resultados de la AfD en Sajonia y Turingia son amargos y preocupan”, dijo Scholz. “Nuestro país no puede y no debe acostumbrarse a esto. La AfD le hace daño a Alemania, perjudica la economía, divide a la sociedad y arruina la reputación de nuestro país”, agregó.

El canciller llamó a mantener el “cordón sanitario” contra la ultraderecha, es decir, a que todos los partidos se unan en el Parlamento y respalden a un candidato de otro partido como gobernante regional para así evitar que la AfD llegue al poder.

“Todos los partidos democráticos están llamados a formar gobiernos estables sin los extremistas de derecha”, dijo Scholz, según citó la Deutsche Welle. “Aunque los resultados son amargos también para nosotros, la lucha valió la pena porque los peores pronósticos sobre el SPD no se cumplieron”, agregó en referencia a algunas encuestas que mostraban que los socialdemócratas incluso podían quedar fuera de los dos parlamentos regionales.

Para Alice Weidel, la copresidenta de la AfD, la votación que obtuvo su partido le da el derecho a que el gobierno de la región quede en manos de Björn Höcke, un dirigente que fue condenado dos veces por el uso de consignas nazis. “Los electores nos han dado un claro mandato para gobernar tanto en Turingia como en Sajonia y quiero advertir en contra de la tentación de desconocerlo. El cordón sanitario es antidemocrático”, dijo Weidel.

Según la Deutsche Welle, en las regiones del este de Alemania la ultraderecha se ha hecho fuerte porque es en esas zonas que es más fuerte el descontento con la marcha de la economía.

A partir de estas elecciones, incluso si no logra controlar el gobierno, la representación que logró la AfD le permite bloquear decisiones parlamentarias, como el nombramiento de jueces, señaló Efe.

Las elecciones dejaron también una fuerte presencia de la Liga Sahra Wagenknecht, llamada así por el nombre de su líder, que surgió como una escisión de La Izquierda, pero adoptó un discurso que coincide con la ultraderecha en el rechazo radical a la inmigración y en la oposición a seguir brindando armas a Ucrania.

Conservadores camino al gobierno

Con la política de aplicar el cordón sanitario, la derechista CDU tiene aspiraciones de llegar al gobierno no sólo en Sajonia, sino también en Turingia. Su líder, Friedrich Merz, celebró la victoria en Sajonia, donde se postuló a la reelección Michael Kretskchner, y dijo que ese partido es “el último baluarte del centro democrático contra el populismo de extrema derecha” y que todos deberían reconocerlo, incluso aquellos que están más alejados de sus posturas políticas. Agregó que la CDU asume ese papel y está decidida a seguir ocupándolo.

También destacó el “muy buen resultado” que obtuvieron los cristianodemócratas en Turingia, liderados por Mario Voigt, en “circunstancias extraordinariamente difíciles”, entre las que contó “la presión incontrolada de la inmigración”. Dijo que esta situación es uno de los “problemas sin resolver” del gobierno alemán, y consideró que los tres partidos que integran la coalición de gobierno, socialdemócratas, verdes y liberales, fueron un “fiasco total” en estas elecciones.

Merz también se refirió a La Izquierda y reiteró el rechazo de la CDU a una alianza con ese partido, aunque se manifestó dispuesto a mantener un diálogo. También descartó cualquier alianza con la AfD. Manifestó que, con el objetivo de llegar al gobierno de Turingia, la CDU conversará primero con los socialdemócratas, luego con la Liga Sahra Wagenknecht y después con otros partidos.

Para la ultraderechista Weidel, la CDU sólo podría desarrollar su programa en una alianza con su partido, y la AfD está dispuesta a conversar al respecto.