Aunque su mandato como presidente de Estados Unidos comienza el lunes, Donald Trump tiene previsto iniciar este sábado los actos para celebrar su investidura. Su equipo organizó una recepción en su campo de golf en las afueras de Washington, donde está previsto un festejo con fuegos artificiales. Las celebraciones continuarán el domingo en un acto similar a los de campaña, pero convocado para festejar su victoria electoral, que encabezará el presidente electo después de visitar la Tumba del Soldado Desconocido.
Para el lunes, la agenda está cargada de actividades: desde la ceremonia oficial de la toma de posesión, que debido al frío se realizará dentro del Capitolio, y no en sus escalinatas, hasta la participación de Trump en tres fiestas de inauguración de su gobierno.
El dirigente estará acompañado por una lista de invitados que muestra sus nuevas alianzas y es en sí misma una declaración política. Estarán presentes su futuro asesor Elon Musk (dueño de X, Tesla y SpaceX), Jeff Bezos (dueño de Amazon), Mark Zuckerberg (propietario de Meta) y Sam Altman (CEO de OpenAI). Todos ellos hicieron aportes millonarios a los fondos para celebrar la investidura de Trump, con la meta de alcanzar los 200 millones de dólares.
Además, el presidente electo optó por rodearse de gobernantes y dirigentes de derecha y sobre todo de extrema derecha. No invitó a la presidenta de un país vecino como México, Claudia Sheinbaum, pero sí a los gobernantes de Argentina, Javier Milei, de Paraguay, Santiago Peña, de Ecuador, Daniel Noboa, y de El Salvador, Nayib Bukele.
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro también fue invitado, pero no podrá asistir porque la Justicia, que lo investiga por un intento de golpe de Estado, le impide salir del país. Quien sí asistirá es el excandidato a la presidencia venezolana Edmundo González Urrutia informó el equipo de Trump, que calificó al dirigente como “legítimo presidente de Venezuela”.
También fueron invitados referentes de la ultraderecha europea, como el colíder del partido extremista Alternativa para Alemania, Tino Chrupalla, y gobernantes como la italiana Giorgia Meloni y el húngaro Viktor Orbán. Xi Jinping, el presidente de China, un país con el que Trump ha confrontado, declinó la invitación para asistir a la ceremonia, aunque enviará a un representante. Este viernes Trump informó que conversó con Xi y que los dos manifestaron su voluntad de hacer “todo lo posible para que el mundo sea más pacífico y seguro”.
Preparados para Trump
Desde la primera presidencia de Trump, las cosas han cambiado para el dirigente. El millonario ya no sólo es el referente del movimiento Make America Great Again, sino que logró alinear al Partido Republicano detrás de su figura. Las internas se trasladaron ahora a otros ámbitos del equipo que lo respalda. Steve Bannon, un referente e ideólogo de la llamada “nueva derecha” que encarna Trump, ahora está enfrentado a uno de los nuevos aliados del presidente electo. La posición de Bannon, contraria a que lleguen migrantes a su país, choca con la de Elon Musk, que defiende como una excepción los visados H-1B para trabajadores extranjeros altamente calificados. El propio empresario sudafricano utilizó ese tipo de documento en el pasado. Para Bannon, estos visados permiten que los trabajadores extranjeros se queden con los mejores empleos.
Además de llegar a este nuevo mandato sin los frenos que imponían figuras tradicionales del Partido Republicano a sus planes, Trump comienza su segunda presidencia con un discurso reforzado. Promete deportaciones masivas de migrantes indocumentados y eliminar la ciudadanía por nacimiento para los hijos de esas personas, aunque esto último requeriría una reforma constitucional.
Insiste en que a Canadá le conviene convertirse en un estado más de su país, en comprar Groenlandia, un territorio danés, y en que Estados Unidos recupere el canal de Panamá. Las autoridades canadienses, danesas y panameñas rechazaron las pretenciones de Trump.
Al mismo tiempo, el presidente electo de Estados Unidos amenaza a sus vecinos Canadá y México con aplicar aranceles de 25% a sus productos si no evitan -dijo- que los migrantes y el fentanilo atraviesen las fronteras. Anunció además la creación de un nuevo órgano, el Servicio de Ingresos Externos, para “recaudar aranceles, gravámenes y todos los ingresos de fuentes extranjeras”. La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, dijo que su país se toma en serio “la amenaza” de los aranceles y agregó: “Estaremos listos”.
Para la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, esto “no es nuevo”, sino algo que Trump “ha dicho ya varias veces”. Además de manifestar su desacuerdo, recordó que está vigente el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que, según dijo, benefició mucho a los estadounidenses “en empleo, en producción”. Agregó que “ya habrá tiempo para poder hablar con el gobierno del presidente Trump”.
Por otra parte, Sheinbaum anunció que su gobierno tiene prevista una estrategia para recibir a mexicanos que eventualmente sean deportados desde Estados Unidos, y para que “puedan tener acceso a los programas sociales, al empleo” y posibilidades de trasladarse a sus lugares de origen.
El regreso de Trump preocupa a Europa por la incertidumbre que genera en su alianza en defensa de Ucrania y por los reclamos reiterados del dirigente de que los socios de Estados Unidos en la OTAN hagan mayores aportes a los gastos de esa organización defensiva. Un ejemplo de esa preocupación es que el cambio de gobierno en Washington está presente en la agenda de una reunión que mantendrán durante este fin de semana los partidos conservadores de la Unión Europea, en la que participarán el candidato favorito a ganar las elecciones de febrero en Alemania, Friedrich Merz, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En cuanto a Rusia, con la que Trump ha tenido una relación ambivalente, en los últimos años ha fortalecido sus vínculos con Corea del Norte y China, y este viernes, horas antes de que comenzaran los festejos por el nuevo gobierno en Estados Unidos, firmó un Acuerdo de Asociación Estratégica Integral con Irán que incluye cooperación en seguridad y defensa.