En una de las noches más esperadas de la política estadounidense de los últimos tiempos, Zohran Mamdani, candidato del Partido Demócrata, fue electo el martes como nuevo alcalde de Nueva York.

Según informó Associated Press más de dos horas después de que se cerraran los circuitos, Mamdani se había impuesto sobre el exgobernador Andrew Cuomo –quien perdió la interna demócrata con Mamdani, pero se presentó como candidato independiente– y también sobre el postulante republicano, Curtis Sliwa.

Nacido en octubre de 1991 en Kampala, la capital de Uganda, hijo de la cineasta Mira Nair y del académico en historia Mahmood Mamdani, una pareja oriunda de India de religión musulmana que formaba parte de la comunidad de la nación asiática en el país del centro de África, el alcalde electo se mudó a Estados Unidos cuando era niño y allí vivió la mayor parte de su vida.

Activista social, pero también músico –tuvo una banda de rap cuando era veinteañero, al mismo tiempo que trabajaba asesorando a personas de bajos recursos para que pudieran evitar desalojos–, Mamdani tuvo un ascenso rápido dentro del ambiente político de su ciudad.

Con rasgos de outsider, pero, al contrario de los que vienen emergiendo sucesivamente en el escenario político mundial, Mamdani no quiere destruir la política sino utilizarla para poder llevar condiciones de vida dignas a la mayoría de la gente.

En momentos en que la música de la extrema derecha parece ser la banda sonora de la época, el triunfo de la izquierda en la ciudad más importante de Estados Unidos motoriza, en los hechos, y refuerza el discurso de que vivir de otra manera es posible. O al menos intentarlo, votando a un líder político carismático que realmente cree que existe otra forma de vivir, básicamente, más justa.

En la capital financiera del mundo occidental, la propuesta más votada fue la de este personaje que centró su campaña en impulsar políticas públicas muy claras y puntuales para resolver problemas que tienen buena parte de los habitantes de Nueva York.

Centró su campaña en la promoción del transporte gratuito, la instalación de guarderías públicas de calidad, de almacenes municipales con precios regulados y del control de los precios de los alquileres, medidas que podrían ser llevadas adelante y financiadas con más impuestos a los más ricos de la ciudad.

Recostado en el lado más a la izquierda que pueda haber dentro del Partido Demócrata –una cavidad que tuvo y tiene como precursor al senador Bernie Sanders, firme defensor de la candidatura de Mamdani dentro de su propio partido–, el emergente político que se define como socialista está lejos de tener un apoyo masivo -ni mucho menos- de los legisladores y figuras del sector más tradicionales. Uno de ellos es el líder de los senadores demócratas, el neoyorquino Chuck Schumer.

Y aunque se pronunció tardíamente a favor de Mamdani, el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, no cree que sea “el futuro” de su partido. Analistas políticos consultados por AFP coinciden con él y señalan las marcadas peculiaridades de la vida política neoyorquina en comparación con el resto del país.

Fiel a su retórica agresiva y alarmista, el presidente estadounidense Donald Trump ha venido tratando a Mamdani como un extremista y un peligro para el país. El líder republicano calificó al alcalde electo como “un lunático comunista al 100%”, e incluso lo acusó de ser un inmigrante ilegal.

En un plano más pragmático, el neoyorquino Trump también amenazó con no darle a la ciudad de Nueva York los fondos federales que le corresponden en el caso de que Mamdani ganara.

Durante la campaña, uno de los temas con los que se atacó con más insistencia a Mamdani fue su firme postura contra el gobierno de Israel por su campaña militar en la Franja de Gaza, y sus posiciones en favor del establecimiento de un Estado palestino, opiniones por las que fue presentado como un judeofóbico. De hecho, en la mañana del martes Trump publicó en su cuenta de Truth Social, la red social de su propiedad: “¡Cualquier judío que vote por Zohran Mamdani, un antisemita declarado y confeso, es un estúpido!”. Hace algunas semanas, hablando sobre el mismo tema, Trump había dicho que Mamdani “odia a los judíos y, sin embargo, cuenta con el apoyo de judíos”.

Sin embargo, Mamdani también recibió el apoyo de numerosas agrupaciones judías progresistas, que, por cierto, son parte fundamental de la impronta netamente vanguardista y progresista de la ciudad de Nueva York, lo que refleja las divisiones respecto a su candidatura en la enorme comunidad judía que vive en la mayor urbe estadounidense.

La publicación de Trump “demuestra una vez más que no le importan los judíos”, declaró Jamie Beran, directora ejecutiva de la organización judía nacional progresista Bend the Arc, a la BBC.

Tanto Trump como el exgobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, “utilizan el antisemitismo como cortina de humo para manipular los temores judíos en beneficio propio”, afirmó, insistiendo en que ambos serán “derrotados por los judíos que se organicen junto a sus vecinos para elegir a defensores progresistas como Zohran Mamdani”.