Durante menos de dos horas se extendieron este viernes las primeras conversaciones directas entre delegaciones de Rusia y Ucrania en más de tres años de guerra. El encuentro, en el que Ucrania buscaba un cese del fuego, terminó sin un acuerdo al respecto y con un pacto de intercambiar 1.000 prisioneros de cada bando.
Sin embargo, el jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinsky, manifestó que las dos partes reunidas en Estambul, Turquía, también se comprometieron a que cada una “presentará su visión de un posible futuro alto el fuego y la explicará en detalle” próximamente. Dijo que la delegación de su país estaba satisfecha con los resultados del encuentro y dispuesta a continuar con los contactos.
Medinsky informó que Ucrania “solicitó conversaciones directas entre los líderes de ambos estados” y agregó: “Hemos tomado nota de esta solicitud”. “El siguiente paso debería consistir en organizar una reunión de líderes”, un encuentro entre los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, jefe de la delegación de su país, quien recalcó que “Ucrania quiere la paz”.
Si bien Zelenski estaba dispuesto a participar en el encuentro de este viernes, el Kremlin descartó la presencia de Putin. Por lo tanto, el presidente ucraniano tampoco asistió a la reunión y viajó a la ciudad de Tirana, en Albania, para participar en la cumbre de Cooperación Política Europea.
Una vez que terminó el diálogo entre las delegaciones de su país y de Rusia, Zelenski destacó que “la mayor prioridad de Ucrania es un cese del fuego incondicional”. “Nuestra postura es: si Rusia rechaza un alto el fuego total e incondicional y el fin de las matanzas, se deben imponer sanciones severas”, dijo. “Debe mantenerse la presión sobre Rusia hasta que esté lista para poner fin a la guerra”, agregó en un mensaje en X.
En la misma línea se manifestaron varios de los dirigentes europeos reunidos en Albania, que instaron a Putin a sentarse a negociar. En ese encuentro participaron más de 40 jefes de Estado y de gobierno, así como los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, informó la agencia Efe.
Desde Tirana, los gobernantes de Alemania, Ucrania, Francia, Polonia y Reino Unido conversaron juntos por teléfono con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre las negociaciones que se llevaban a cabo en Estambul. Una vez que estas terminaron, Rutte manifestó: “Creo que Putin se ha equivocado al enviar una delegación de bajo nivel. La pelota está en su cancha, tiene que querer jugar y ser serio sobre querer la paz. Toda la presión está ahora sobre Putin”.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, fue más allá y dijo que “los rusos en Estambul rompieron de facto las negociaciones y se negaron a un alto el fuego”. Agregó que “es hora de aumentar la presión”.
Tal como había pedido Zelenski, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó que la Unión Europea está preparando un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, que incluye algunas que afectan a los gasoductos Nord Stream I y II, el sector financiero y el precio del petróleo.
Para el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, Putin “está demostrando que no tiene el más mínimo interés en poner fin a la guerra”. Agregó que el presidente ruso “anunció que quería negociar para lograr el cese del fuego y después no se presenta y envía a la ‘serie C’” de su Ejecutivo, en referencia a que la delegación sólo incluyó funcionarios de segunda línea. No sólo no asistió Putin, sino que tampoco envió a su ministro de Defensa ni al de Relaciones Exteriores.
Una opinión similar manifestaron los titulares de Defensa de Francia, Sébastien Lecornu, y de Italia, Guido Crosetto. Su par de Reino Unido, John Healey, dijo que “Putin ha expuesto su doble cara hoy. Dice que quiere la paz pero rechaza el alto el fuego”.