Este martes, por segundo día consecutivo, el presidente estadounidense, Donald Trump, se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en el marco de la visita de este último a Washington.
Si bien las partes no informaron oficialmente sobre los detalles de las conversaciones que mantuvieron, que duraron menos de una hora y en las que estuvo presente el vicepresidente James David Vance, fuentes cercanas a la Casa Blanca dijeron que los mandatarios hablaron sobre una posible tregua en la Franja de Gaza.
En la cena que habían tenido el lunes, en el primer día de la visita de Netanyahu a Estados Unidos, el israelí le entregó una carta a Trump en la que lo propuso para recibir el Premio Nobel de la Paz, “en reconocimiento a su participación en múltiples iniciativas de mediación internacional”.
En cuanto a la situación en Gaza, donde siguen los bombardeos israelíes, este martes, el diario Haaretz informó que Netanyahu apoya plenamente el plan presentado el lunes por su ministro de Defensa, Israel Katz, que pretende concentrar a toda la población del enclave palestino en una “ciudad humanitaria” que se construirá sobre las ruinas de Rafah.
Ese mismo día, desde Washington, Netanyahu habló sobre Gaza con la prensa y dijo que si bien Israel todavía tiene que “concluir el trabajo” en el lugar, también se refirió a las negociaciones en curso para lograr un alto el fuego de 60 días.
El mandatario también expresó que su gobierno y el de Estados Unidos estaban trabajando con otros países para brindarles a los palestinos un “futuro mejor” y sugirió que los residentes de Gaza podrían trasladarse a países vecinos.
Ante la pasividad total en los hechos de la mayor parte de la comunidad internacional y la nula capacidad del gobierno palestino que lidera Mahmud Abás para tener algún tipo de incidencia, los planes de Israel para dominar Gaza no parecen tener obstáculos.
“Si la gente quiere quedarse [en Gaza], puede quedarse, pero si quiere irse, debería poder hacerlo. No debería ser una prisión. Debería ser un lugar abierto y dar a la gente la libertad de elegir”, declaró Netanyahu, que ya está hablando más abiertamente de su intención de acelerar la salida del enclave a la mayor parte de sus pobladores.
“Estamos trabajando estrechamente con Estados Unidos para encontrar países que busquen hacer realidad lo que siempre dicen: que querían brindarles a los palestinos un futuro mejor. Creo que nos estamos acercando a encontrar varios países”, agregó el primer ministro israelí.
Mientras en Qatar delegaciones israelíes y de la organización islamista palestina Hamas siguen negociando de manera indirecta una tregua con la mediación de funcionarios qataríes, estadounidenses y egipcios, este martes en Washington un grupo de jerarcas qataríes se reunió con el enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, Steve Witkoff, durante tres horas en la Casa Blanca para discutir las negociaciones en curso.
Ambas partes se mostraron optimistas de que es posible que se llegue a un acuerdo sobre el final de la semana. “Estamos en conversaciones indirectas y teníamos cuatro problemas, y ahora sólo queda uno después de dos días de conversaciones indirectas”, declaró Witkoff a la prensa.
Por su parte, Majed al-Ansari, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, dijo: “Hay una interacción positiva en este momento. Los equipos de mediación están trabajando incansablemente para asegurar que se logre un consenso sobre el marco de las conversaciones”.
Pero una tregua de dos meses, si bien, obviamente, significaría un alivio para la población gazatí, no modificaría en nada el futuro del territorio, que parece estar destinado a ser administrado de hecho por Israel, al menos a corto plazo. Esto lo dejó claro Netanyahu en declaraciones a la prensa en Washington cuando fue interrogado sobre el futuro de Gaza. “Los palestinos deberían tener el poder para gobernarse a sí mismos, pero ninguno para amenazarnos. La seguridad de Gaza siempre estará en nuestras manos”, aseguró.