El sector gobernante proeuropeo de Moldavia, el Partido de Acción y Solidaridad (PAS), consiguió una rotunda victoria sobre su rival de tendencia prorrusa en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo, lo que supone un importante impulso para la aspiración de la exrepública soviética de unirse a la Unión Europea (UE) y separarse de la órbita de Moscú.

De acuerdo a la información publicada este lunes por las autoridades electorales del país, con casi la totalidad de los votos escrutados, el PAS tenía el 50,2% de los apoyos frente al 24,2% del Bloque Patriótico, que pretende acercar a Moldavia a Rusia.

El sólido resultado del domingo logrado por el partido de la presidenta Maia Sandu supuso un alivio para el gobierno y sus socios de la UE, que acusaron a Moscú de intentar influir en la votación, informó Reuters.

“Me alegra que nuestro camino hacia la UE esté garantizado. Quiero que Moldavia sea un país libre y democrático”, declaró Sandu a los medios de prensa tras conocer los resultados preliminares.

Por su parte, este lunes el líder del PAS, Igor Grosu, brindó una conferencia de prensa en la que destacó la buena votación de su sector, a la vez que criticó la injerencia rusa en el proceso electoral.

“Fue una lucha extremadamente difícil”, dijo Grosu. En sus primeras declaraciones tras los resultados, le dieron a su partido nuevamente mayoría absoluta en el Parlamento, en el que contará con 55 escaños.

Grosu dio las gracias a los moldavos que decidieron “defender su país votando”, así como a las instituciones estatales que evitaron que las elecciones fueran “secuestradas” por una Rusia que “lanzó todo lo que tenía” para conseguirlo.

“Mentiras, dinero, ilegalidades. Utilizó a criminales para convertir nuestro país en un espacio de criminalidad”, declaró Grosu en su contacto con los medios en Chisinau, la capital moldava.

Por su parte, el colíder del Bloque Patriótico, Igor Dodon, expresidente moldavo, convocó a protestas contra los resultados electorales.

El lunes, un centenar de personas se reunieron frente al parlamento, donde Dodon afirmó que su partido había presentado documentos a la Comisión Electoral Central que demostraban violaciones electorales.

“El PAS se aferra al poder gracias al voto de la diáspora”, declaró Dodon, refiriéndose al gran número de moldavos que viven y trabajan en la UE y otros países.

También afirmó, sin aportar ningún tipo de pruebas, que a más de 200.000 personas que viven en Transnistria, una región separatista prorrusa que no reconoce al gobierno de Chisináu, se les negó la oportunidad de votar.

La presidenta Sandu rechazó estas críticas y declaró a la prensa que Moldavia no podía influir en lo que sucedía en una región que no reconocía el control del gobierno moldavo.

“Hicimos todo lo posible para brindar las condiciones necesarias para que la gente de la región de Transnistria, que participó genuinamente en el proceso electoral, pudiera votar, y lo hicieron”, afirmó.

Sandu agregó que las elecciones del domingo fueron justas.

Moldavia, con una población de 2,4 millones de personas que se vio directamente afectada por la guerra en la vecina Ucrania, la presunta interferencia rusa y la escasez de energía, osciló durante mucho tiempo entre Rusia y Europa, temiendo incluso en los últimos tiempos una agresión militar del Kremlin.

El triunfo de los europeístas moldavos generó muchas repercusiones en Europa.

“El pueblo de Moldavia eligió la democracia, las reformas y un futuro europeo, frente a la presión y la interferencia de Rusia”, expresó el portugués Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, en su cuenta de X.

Los líderes de Francia, Alemania y Polonia, en una declaración conjunta, también felicitaron a Moldavia por “la celebración pacífica de las elecciones, a pesar de la injerencia sin precedentes de Rusia, que incluyó la compra de votos y la desinformación”.

Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó que el resultado electoral demostraba que Moscú no había logrado “desestabilizar” a Moldavia.

Sin embargo, Moscú, que niega enfáticamente las acusaciones de intromisión, acusó a las autoridades de Chisinau de impedir el voto de cientos de miles de sus ciudadanos residentes en Rusia al proporcionar solo dos circuitos electorales para la gran diáspora moldava.

Al preguntársele si Rusia reconoció los resultados, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que algunas fuerzas políticas en Moldavia habían denunciado irregularidades, haciendo referencia al Bloque Patriótico.