Dada la columna de opinión publicada el 19 de julio en la diaria, la secretaría estudiantil del Sindicato Médico del Uruguay desea emitir su opinión respecto de los aspectos mencionados en ella.

Desde la secretaría reconocemos y hacemos autocrítica sobre los actos negativos a los cuales se hace referencia, tales como los excesos que se pueden llegar a cometer en un contexto de festejo público, los daños que estos pueden causar a los bienes patrimoniales presentes en una zona que concentra una riqueza excepcional. Hacemos un llamado a los estudiantes y a la población que forma parte del festejo a tener respeto y cuidado sobre dichos bienes que forman parte de nuestro acervo. Asimismo, queremos motivar a la reflexión a todo el demos universitario en torno al desperdicio de alimentos, que lejos está de ser una práctica exclusiva del estudiante de medicina. Dado que los vecinos perciben el asunto como una problemática, nos alegraría mucho que se tomara la iniciativa desde los sectores que así lo entienden y sufren reflexionando sobre dichos actos. Manifestamos públicamente nuestro compromiso a trabajar junto a vecinos y futuros egresados los aspectos referidos.

Por otra parte, nos llaman poderosamente la atención las acusaciones que toman como eje la violencia y proponen el cambio de modalidad a una fiesta privada, dado que dicha concepción promueve la pérdida del espacio público como lugar de encuentro y celebración popular. Consideramos el festejo público una actividad de integración de los nuevos miembros del colectivo médico con la sociedad, que en su concepción de Universidad pública, gratuita y cogobernada nos permite realizar nuestros estudios, sintiéndonos profundamente agradecidos y a la cual destinaremos nuestros mejores esfuerzos profesionales.

Sorprende también la inevitable lectura de un rol idealizado del médico dada la noble tarea que desempeña, que pareciera contraponerse (falsamente) a la posibilidad de participar en una celebración pública. La utilización de actos lamentables protagonizados por individuos cuyo comportamiento ha sido rechazado y penado por las autoridades de la Facultad de Medicina, tomados en la referida columna como ejemplo del accionar de la población estudiantil, generaliza y no hace justicia a la vocación de servicio que motiva la elección de tan noble profesión, ni representa a los cientos de estudiantes que dedican numerosas horas de su tiempo a la realización de actividades extracurriculares supervisadas en los servicios hospitalarios, motivados por el deseo de superación y de mejorar la calidad de atención que se brinda.

Hacemos un llamado a la utilización de los medios de comunicación como una herramienta de construcción de vínculos entre los diversos actores sociales por encima de su uso como espacio de denuncia y difamación. En este sentido queremos invitar a los vecinos y comerciantes organizados de la zona a ponerse en contacto con la secretaría estudiantil del Sindicato Médico del Uruguay para conocer mejor su percepción de los hechos, evaluar la posibilidad de realizar la celebración pública en otra zona y así lograr limar asperezas, en pos de construir más y mejores vínculos que promuevan una práctica de diálogo y tolerancia.