Muchas personas se preguntarán por qué es relevante pensar y reflexionar sobre los procesos electorales en otros países, particularmente de América Latina. Quizás las distancias a veces no permiten visualizar el verdadero impacto que tienen para nuestro país. El interés radica en que las elecciones en los países de la región inciden directamente en las relaciones que Uruguay pueda establecer con otros Estados. Es decir, de ello dependen en gran medida la calidad y durabilidad de estas relaciones, el grado de cooperación y los temas en común en los que se pueda trabajar. Es absurdo pensar que un país como Uruguay, con nuestras dimensiones territoriales y poblacionales, pueda lograr un desarrollo sostenible y a largo plazo aislado del contexto regional. Aquí aparece el rol de la cooperación, entendida como un proceso equitativo entre los estados, donde cada parte participante aporta sus mejores prácticas para el desarrollo del conjunto.
En este sentido, hoy más que nunca debemos pensar a nuestra América Latina enmarcada en el concepto de Patria Grande. Se deben diseñar políticas públicas que impacten desde lo regional a lo local, entendiendo que el mundo globalizado ha difuminado las fronteras nacionales, y que es necesario garantizar los derechos fundamentales para el desarrollo de las personas en todos los puntos del continente. En una situación como la actual, donde la economía de los países de la región ha sido azotada por esta pandemia, es necesario volver a pensar en estos ámbitos de cooperación, los cuales podrían contribuir no sólo al desarrollo conjunto de medidas económicas y sociales para amortiguar los efectos de la covid-19, sino también facilitar la investigación científica y el acceso a recursos sanitarios, tales como vacunas e insumos médicos para fortalecer los sistemas de salud.
¿Qué sucederá en 2021 en términos electorales en América Latina?
Los ecuatorianos iniciarán el año 2021 con un proceso electoral. El 7 de febrero elegirán al sucesor del presidente Lenín Moreno, además de 137 miembros de la Asamblea Nacional. Moreno, quien fue vicepresidente de Ecuador bajo el mandato de Rafael Correa entre 2007 y 2013, no será candidato a la reelección. Su mandato ha estado marcado por un fuerte enfrentamiento con su antecesor y ex compañero de la Alianza País, además de una serie de conflictos sociales a raíz de medidas económicas restrictivas. Según los sondeos de intención de voto, los tres candidatos con mayores posibilidades son el empresario Guillermo Lasso, quien representa una coalición de derecha conformada por el Movimiento CREO y el Partido Social Cristiano; Yakú Pérez, líder indígena perteneciente al Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, de tendencia indigenista y de izquierda; y el economista Andrés Arauz, perteneciente a la coalición Unión por la Esperanza, liderada por el ex presidente Rafael Correa.
Chile es otro de los países que iniciarán el 2021 con un ciclo electoral extenso, que durará hasta noviembre. En primer lugar, el 21 de abril se celebrarán tres elecciones al mismo tiempo: la de los 155 integrantes de la Convención Constitucional, surgida a partir del plebiscito nacional del año 2020, y que será la encargada de la redacción de la nueva Constitución; la de los gobernadores de las 16 regiones del país; y la de los alcaldes y concejales para 345 municipalidades. En segundo lugar, Chile celebrará elecciones generales en noviembre para elegir un nuevo presidente de la República y nuevos integrantes del Poder Legislativo. Sebastián Piñera, quien ha tenido un tumultuoso segundo período presidencial signado por los conflictos sociales y la crisis sanitaria, no puede ser reelegido. Si bien aún no están claras las candidaturas, quienes reciben mayor adhesión según los sondeos de intención de voto son el arquitecto Daniel Jadue, actual alcalde de Recoleta, perteneciente al Partido Comunista de Chile; y el economista Joaquín Lavín, quien pertenece a la Unión Demócrata Independiente, de perfil conservador, y que se ha desempeñado como alcalde de Las Condes.
También el 21 de abril Perú celebrará elecciones generales para elegir un nuevo presidente y representantes al Congreso de la República. Según los sondeos, quienes se posicionan a la delantera para la contienda son el ex futbolista y empresario George Forsyth, un candidato outsider que mantiene un fuerte discurso anticorrupción y fundó recientemente un partido de centroderecha denominado Victoria Nacional; el economista y actual presidente del Partido Morado Julio Guzmán; la psicóloga y antropóloga Verónika Mendoza, ex congresista y candidata a la presidencia en 2016, perteneciente al partido Nuevo Perú, un sector de izquierda escindido del Frente Amplio peruano; y Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, actual presidenta del partido Fuerza Popular (que representa a la corriente denominada fujimorismo) y candidata en dos oportunidades a la presidencia del Perú.
Resulta esencial conocer y difundir los procesos electorales que registra nuestra región, celebrarlos como triunfos de toda la ciudadanía latinoamericana.
En Centroamérica serán dos los países que celebrarán elecciones presidenciales, Honduras y Nicaragua. Costa Rica, por su parte, vivirá con intensidad a finales de este año la campaña electoral de sus próximas elecciones generales, que se celebrarán en febrero de 2022.
Por último, México y Argentina celebrarán elecciones legislativas, instancia que también significa una oportunidad para los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández de medir el resultado de su gobierno hasta el momento, sobre todo luego del suceso sanitario de la covid-19, que ha azotado duramente a ambos países. En el caso de México, se renovará la totalidad de la Cámara de Diputados en junio, mientras que en Argentina se hará una renovación parcial en octubre.
Los desafíos para nuestras democracias en el contexto actual
La actual situación sanitaria ha puesto de manifiesto diversas dificultades para las democracias de la región, dificultades que ya venían afrontando desde antes, y que la situación social y económica actual que atraviesa el continente ha visibilizado y agudizado. Una de ellas es, sin duda, el creciente descreimiento en la política y la crisis de representatividad que atraviesa el continente, fomentada en gran medida por la desinformación y los fuertes discursos antidemocráticos promovidos en redes sociales y –debemos decirlo también– en medios de comunicación hegemónicos.
La preocupación se hace aún mayor cuando se evidencia la presencia cada vez más habitual de grupos de ultraderecha que arremeten contra las instituciones democráticas y no tienen prurito alguno en abogar por la supresión de los derechos a las poblaciones más vulnerables. Algunos de estos grupos, algo más organizados y devenidos en partidos políticos, han logrado situar incluso figuras políticas, bajo el engañoso concepto de candidato outsider. Logran instalar una imagen de renovación política, pero sus ideas, lejos de renovar, atrasan.
No puede decirse que el sistema político carece de responsabilidad ante esta situación. Es necesario que los procesos de autocrítica de los diferentes sectores políticos sean realmente procesos de construcción democrática, que ayuden a desentrañar el motivo de este alejamiento de las personas de los instrumentos de representatividad existentes en la sociedad. También es necesaria una lucha tenaz contra la desinformación y la difusión de teorías conspirativas, que no hacen más que atentar contra las instituciones. Por último, pero no menos importante, esta lucha debe ser pensada en clave regional, ya que no podemos estar tranquilos si sabemos que a nuestro alrededor nuestros compatriotas latinoamericanos están siendo sometidos y sus derechos arrasados.
A pesar de las flagrantes amenazas a las que ha estado sometida, la democracia es la herramienta más importante de organización que tenemos como sociedad. Es el instrumento que combate el sojuzgamiento y la tiranía. Quienes integramos la sociedad, ya sea que militemos políticamente o no, tenemos el compromiso inalienable de defenderla, preservarla, celebrarla y promoverla. Por esta razón, y por las anteriormente expuestas, resulta esencial conocer y difundir los procesos electorales que registra nuestra región, celebrarlos como triunfos de toda la ciudadanía latinoamericana. Acompañarlos y fortalecerlos será lo que nos permitirá efectivamente lograr el desarrollo y el acceso a los derechos en nuestra Patria Grande.
Felipe de los Santos Moreira es edil del Frente Amplio en Lavalleja.