La interpelación a los ministros de Salud Pública, Daniel Salinas, y de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, realizada en nombre del Frente Amplio por el senador Daniel Olesker, dejó muchos aspectos para analizar y evaluar. En esta nota nos centraremos en uno de ellos.

El interpelante se focalizó inicialmente en un tema que hemos analizado anteriormente, la relación entre movilidad ciudadana y las tasas de contagio y de mortalidad. La primera pregunta de Olesker fue: ¿Los ministros reconocen que existe una correlación directa entre movilidad y contagios por SARS-CoV-2?

En su primera intervención, el ministro Salinas de algún modo refutó ese vínculo, afirmando que la diapositiva presentada por el interpelante mostraba una disminución de la movilidad simultánea al aumento de contagios. Esto fue clarificado por Olesker, quien le recordó algo ya documentado por el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH): que la correlación está temporalmente desfasada unas dos semanas.

En su segunda intervención, el ministro cambió algo su posicionamiento y sobre el tema dijo textualmente: “Según algunos estudios que obran en mi poder, sin tener en cuenta la vacunación, la restricción de la movilidad hubiera influido 15% en la reducción de la mortalidad, pero la introducción de la variante P1 influenció 85%. Son datos científicos que tengo, son preprint de materiales que se van a dar más adelante”.

¿Preprint?

¿Cuándo es utilizado y qué significa el término preprint en un contexto científico? Un preprint es un informe de investigación que aún no ha sido revisado por pares evaluadores ni aceptado para su publicación por una revista arbitrada. Para sus autores es una forma de avanzar en la difusión de su trabajo, pero es frecuente que un preprint no termine siendo publicado o no lo sea al menos en su forma original en una revista arbitrada. Obsérvese que no habiendo sido aún evaluado por “pares” investigadores, ni las conclusiones de un preprint ni (siquiera) la metodología empleada pueden ser consideradas correctas o adecuadas.

Cuando el ministro Salinas dice que de acuerdo a un preprint la incidencia de una mayor movilidad ciudadana sobre las tasas de mortalidad es de sólo 15%, puede estar afirmando algo en términos científicos incorrecto tanto en más como en menos. Es decir, podría ser que no tuviera ninguna incidencia o también una mucha mayor. Pero lo interesante es que, al haber hecho tal afirmación, para él sí tiene incidencia. Si bien hay extensa bibliografía científica internacional y nacional que documenta la correlación, el reconocimiento, medio a regañadientes, del ministro no fue obviado por la oposición y así se lo hizo saber públicamente.

Ahora, ¿existe realmente ese preprint? En estas horas me ha sido imposible establecerlo, ni siquiera consultando a los investigadores que han estado estudiando el tema en el país en todos estos meses. Correspondería que el ministro, o los investigadores implicados, hicieran público dicho informe de modo de poder estudiarlo.

Jugarse sólo a la vacunación tuvo como consecuencia que durante cuatro meses hayamos estado en nivel rojo del índice de Harvard con más de 300.000 contagiados y de 5.000 muertes, un buen porcentaje de ellas evitables.

Lacalle le hizo la autocrítica

Lo anterior nos lleva a analizar otros dichos del ministro que generaron confusión no hace mucho. Ante el récord de 4.581 nuevos contagios y 53 decesos registrados el día anterior, Salinas declaró el 20 de mayo a un informativo que “el incremento de los casos se debe a un megabrote producido en el Día de la Madre, ya que la mayoría de los contagios son intrafamiliares” y que la movilidad se había incrementado 10% durante los primeros días de mayo. Es decir, coincidía con lo que habíamos primero pronosticado, y luego cuestionado, en una nota publicada en este medio.

Sin embargo, al día siguiente Salinas fue desautorizado desde el departamento de Treinta y Tres por el propio presidente Luis Lacalle Pou, quien aseguró, “luego de haber escuchado muchas explicaciones, no tener elementos de juicio” para afirmar que haya sido el Día de la Madre lo que determinó el récord de 4.581 casos el 20 de mayo. Una de las explicaciones que recibió el mandatario fue que “se hicieron más test, 21.000, cuando se hacían alrededor de 11.000. Si eso es así, podríamos estar en la situación de que si hacemos 40.000 se den 8.000 casos. Después está la explicación, que no sé si me cierra del todo, que dice que hace tantos días se dieron tales actividades o acontecimientos, y por eso aumentaron los casos”. El mandatario destacó que pese al incremento de casos “no hubo un aumento en tratamiento intensivo, sigue bajando semanalmente y tampoco hubo un salto en los fallecidos”.

Es clara que esta última aseveración de Lacalle era totalmente falsa. Por esa fecha los ingresos al CTI eran de los más altos (47 pacientes por día), los decesos en el CTI alcanzaron la segunda cifra semanal más alta (218) de toda la pandemia, y los muertos totales semanales fueron 400. Estábamos en pleno segundo pico dentro de la extensísima ola epidémica, y era totalmente procedente asociar lo que estaba ocurriendo con los incrementos de movilidad observados un par de semanas antes.

Pero la “autocrítica” realizada por Lacalle a Salinas tuvo su efecto. De ahí en adelante, nunca más se hizo referencia, desde esferas gubernamentales, a la movilidad incrementada a principios de mayo y su inevitable repercusión en un nuevo récord de contagios y muertes. Recién en la interpelación afloró el reconocimiento, producto de los cuestionamientos fundados que le fueron realizados. Sin embargo, la última de la larga lista de preguntas formuladas en la interpelación permaneció sin respuesta. ¿Por qué en 2020, con 15 contagiados diarios y una muerte cada tres días, se postergó el Día de la Madre, y en 2021, en el momento pico de la pandemia, no se tomó la misma decisión? Contestarla seguramente implicaría reconocer que la perilla económica para el presidente tiene más importancia que la sanitaria, incluso en el cortísimo plazo. Se dice que es algo ansioso.

Precisamente en esta temática queda en evidencia la hemipléjica estrategia antipandemia llevada adelante por el gobierno durante 2021: no controlar la movilidad al mismo tiempo que se realizaba la campaña de inmunización con la vacuna. Jugarse sólo a esto último tuvo como consecuencia que durante cuatro meses hayamos estado en nivel rojo del índice de Harvard con más de 300.000 contagiados y de 5.000 muertes, un buen porcentaje de ellas evitables.

Edgardo Rubianes es doctor en Biología y fue presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación.